Campo de Batalla

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- Ya están aquí - anunció Nova.
- Bien, traelos aquí y diles que tengo que hablar con ellos - le dije.
Después de cinco minutos los Elegido entraron a la tienda.
- Elegidos, se porque estáis aquí y aunque hemos empezado con mal pie ahora estáis bajo mis órdenes y esta es nuestra situación:
Estamos luchando contra las fuerzas de un golpe de estado ocurrido hace dos horas. Estamos en el campamento que es la base de nuestras fuerzas en esta misión.
El enemigo esta usando un cristal para canalizar la energía del planeta y usarla contra nosotros, nuestros objetivos son:
- acabar con los golpistas
- recuperar el cristal.
¿Alguna pregunta?
- ¿Contra que luchamos? - preguntó Arel.
- Principalmente son criaturas de la oscuridad que se han unido a Él.
- Entonces luchamos contra unas criaturas sin forma específica que se puede transformar en cualquier cosa.
- No exactamente, ellos usan armas para luchar y obviamente tienen que usar formas acorde a esas armas.
- ¿Que nos asegura que uno de ellos no podría estar espiandonos ahora mismo? - preguntó Arel.
- Bueno, digamos que hay una especie de cúpula alrededor del campamento que destruye a cualquier enemigo que entre en ella.
Y ahora Nova os llevará a vuestra tienda... ¡Esperad! Una última cosa:
El Consejo os ha dejado venir a esta misión porque debería ser fácil, no la fastidieis. Nova, ya puedes llevártelos.
- Claro, acompañadme elegidos - dijo Nova, que iba vestido con una túnica con el dibujo de una nebulosa. La capucha le ocultava el rostro.
Después de una larga caminata nos paramos delante de una tienda,
- Esta es vuestra tienda - dijo Nova.
- Muchas gracias - respondió Mara.
La tienda era espaciosa con camas colocadas en literas de madera, en cada litera estaba tallado el nombre de uno de nosotros, al lado de cada cama había colgados en la pared o apoyados en el suelo una armadura y diferentes armas.
- ¿Y que se supone que vamos a hacer con esto? - preguntó Lora.
- Tengo una idea - dijo Serar.
- Bien, te escuchamos - dijo Jaime.
- Este es el plan:
Nos equipamos para la batalla y a medianoche salimos del campamento y nos dirigimos al campamento enemigo, entramos, cogemos el cristal y nos vamos, entonces al volver aquí se lo restregarnos al Elegido.
- ¿Y se supone que ese es tú maravilloso e ingenioso plan?- preguntó Lora.
- Más o menos, sí.
- Pues a que estamos esperando, vamos a ello - dijo Dark.
Esa misma noche a las doce nos estábamos preparando en la tienda y, cuando todos estuvimos listos, nos dispusimos a salir del campamento.
Aparentemente la entrada no estaba vigilada por lo cual no nos costó mucho esfuerzo salir de allí, avanzamos entre el campo de batalla atentos para que no nos vieran...
Mientras tanto
- Ele, ya han salido de la barrera - dijo Ryuu.
- Lo sé, malditos mocosos, ¿porqué cuando les digo que no la fastidien lo hacen?. Ariel, dile al mensajero que llame a muerte, necesitaremos su ayuda. - dije.
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- ¡Rápido!, lanzad la cuerda por encima del muro - dijo Alec.
Y, con la cuerda colocada, empezaron a subir por ella.
El campamento enemigo tenía una disposición parecida al suyo ergo no les costó mucho llegar a la tienda donde se encontraba el cristal.
El cristal era de color verde y estaba colocado en una especie de soporte am medio a la tienda.
- Ahora solo tenemos que cogerlo e irnos - dijo Serar.
Cogieron el cristal, pero cuando salieron de la tienda se encontraron rodeados por unas criaturas negras como la noche y una de ellas habló:
- ¿De verdad creíais que iba a ser tan fácil?
- Pues la verdad es que sí - dijo Lora.
- Entonces, acabad con ellos.
Y mientras las criaturas se acercaban cada vez más el Elegido llego desde ningún punto en concreto:
- ¿Necesitáis ayuda? - preguntó el Elegido mientras aparecía con Ryuu, Ariel y Muerte alrededor suyo.
- No nos vendría mal - respondió Micar.
- Pues entonces es ora de acabar con ellos.
No se sabe cuanto duró la batalla pero cuando Muerte, el Elegido, Ryuu, Ariel y los elegidos acabaron con todas las criaturas del campamento ya era de día.
- Bueno, creo que ya está - dijo Ryuu.
- Ya, será mejor que nos lavemos las armaduras no me gusta ir por ahí lleno de sangre, sinceramente - dijo el Elegido.
- Por cierto, tenéis el cristal ¿no?- preguntó Muerte.
- Sí, aquí tienes - dijo Alec entregándole el cristal a muerte.
- Pues entonces se podría decir que misión cumplida - Dijo Ariel.
- Menos mal, ahora deberíamos ir volviendo - dijo Dark.
- Entonces entrad en el portal - dijo Muerte mientras habría un agujero espacio-temporal a través del cual volvimos a casa.

El Consejo: Libro I el inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora