Adoptada por One Direction

Capítulo 17: Yo paso por tí.

(capítulo súper corto, subiré otro después).

Brooke.

–¡Llegamos!– grité entrando a la casa.

–¿Cómo les fue?– preguntó Liam.

–Bien, compramos dos vestidos muy lindos– contestó Cheryl.

–Estoy cansada– dijo Kendall sentándose en el regazo de Harry.

–Yo igual, me voy a dormir– tomé las bolsas con lo que compramos.

–¿No quieres cenar?– preguntó Niall– hay Spaguetti en el refrigerador.

–No gracias, tengo sueño, buenas noches– subí las escaleras.

Entré a mi clóset y colgué los vestidos para que no se mal trataran.

Busqué mi pijama y me cambié.

Me acosté en la cama mientras revisaba Instagram, estaba tan cansada que no recuerdo en que momento me dormí.

(...)

–Arriba nena– escuché la voz de alguien.

–Buenos días– volteé a ver quien era y vi a Danielle, supongo que las chicas se quedaron a dormir.

–Buenos días, Louis me pidió que te despertara, cámbiate y baja a desayunar– asentí y salió de la habitación.

Hice mi rutina diaria en el baño y busqué algo que ponerme para la escuela.

Vi el reloj y todavía me sobraba mucho tiempo así que decidí conectar la plancha y plancharme el cabello.

–Brooke, ¡es tarde baja ya!– gritaron desde abajo.

Miré la hora y solo tenía 10 minutos para estar allá. Termine de planchar la parte que me faltaba y desconecté la plancha.

Tomé mis cosas rápido y bajé corriendo las escaleras.

–¿Y papá?– pregunté entrando a la cocina.

–¿Cuál de todos?– preguntó Kendall riendo.

–Se fue temprano– dijo Niall, sabiendo que me refería a Harry– tenía junta y dijo que te veía allá.

–Princesa, ya no te da tiempo de desayunar tomá– me dio una barra de gramola y dinero– compras algo allá.

–Está bien, adiós– salí de la cocina y tomé mi mochila.

–¡Maneja con cuidado, Brooke! –grito Louis desde la cocina.

–¡Siempre!– respondí y salí de la casa.

Subí a mi auto y conduje rápido a la escuela, solo tenía 5 minutos.

(...)

–¿Por qué tan tarde, señorita Tomlinson?– preguntó el maestro Stevens, de historia.

–Lo siento, se me hizo tarde– sonreí inocente.

–Puede pasar, pero que sea la última vez– asentí y me senté junto a Sam.

(...)

–¡Brooke!– llegó Alex.

–Hola Alex– cerré mi locker.

–Hola, si saldremos hoy, ¿verdad?– lo voltee a ver.

–Claro, ¿a las 5:00?– asintió– bien, ¿nos vemos en mi casa o en dónde?

–Yo paso por tí.

–Está bien– sonó la campana de salída– bueno, nos vemos.

–Adiós, Brooke– nos despedimos con un beso en la mejilla y cada quien se fue a su siguiente clase.

La siguiente parte del día pasó aburrida como siempre.