Homely [Ziall AU] #Wattys2016

Especial 16K lecturas

[N/A: Este capítulo es una locura, así que se recomienda discreción.

Y, por otro lado, les dejo en la multimedia una canción que yo amo y que siempre me pone de buen humor, en caso que quieran oír algo un rato y así olvidarse de sus problemas y tal.

Los loveo, gracias por leer mis historias c:]

Nos despegamos del abrazo después de unos segundos y nos encaminamos a la sala juntos.

—¿Por qué de la nada quieres hacerlo? —inquirí con extrañeza.

—No lo sé —Se encogió de hombros—. Me provocó.

Suspiré. ¿Por qué no le provocaba besarme? No, por supuesto, lo que tenía que provocarle era llenarme la cara de pintura. Qué buena suerte la mía.

—Bien.

Le dije que nos sentáramos en la mesa para pintarme y lo hicimos, pero como el florero con las rosas que me había regalado el otro día estaba bloqueándonos la vista —estaba incomodando de manera épica, por más lindo que fuera—, decidí bajarlo al suelo.

—¿Y si se me olvidan comprar nuevas rosas porque no veo el florero? —preguntó y rodé los ojos.

—Si de verdad quieres comprar rosas, las comprarás teniendo el florero a la vista o no.

Sacudió la cabeza y acomodó mejor las pinturas sobre la mesa. Abrió dos y metió los dedos en ellas, pasando luego a pasarlos por mi cara.

—Oh, espera —comentó—. ¿Y si colocamos música? Sería genial, ¿no crees?

Lo miré con cara de póquer.

—¿Y me lo dices ahora? ¿Después de que tienes los dedos manchados de pintura?

Rodó los ojos.

—Puedes ir tú y poner algo, genio. Y así no habrá peligro de que ensucie nada.

Me encogí de hombros y me levanté de la silla en la que estaba. Me moví hasta el reproductor de música más cercano y coloqué un CD de Tchaikovsky.

—¿Te gusta esa? Es la quinta sinfonía. Es de mis favoritas.

Me acerqué de nuevo hasta la silla y me senté. Lo vi volver a hundir los dedos en pintura y me los pasó por la cara de inmediato.

—Lo sé.

—¿Sabes que es la quinta o que es de mis favoritas?

Subió sus ojos hasta los míos y sonrió levemente.

—Sé que es de tus favoritas, Zayn. La escuchas bastante a menudo.

—Oh —No sabía qué decir—. Es que es hermosa, ¿no crees?

Su sonrisa creció en su rostro. Dejó de mirarme, pasando a concentrarse en las figuras que me hacía en las mejillas, y sentí el frío de las pinturas en ellas.

—Sí. Un poco nostálgica y sentimental para mi gusto, pero sí.

—¿Nostálgica? —Fruncí el ceño—. No es nostálgica. Es bella.

—La música significa diferentes cosas para cada quien —Me pasó la mano por el entrecejo—. Y no arrugues la cara, ¿de acuerdo? Que me arruinas el arte.

Rodé los ojos.

—Eres tan dramático.

—Soy amigo tuyo. ¿Qué esperabas?