Capítulo 11 parte II

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Era gripe. Una vulgar y común gripe, sólo que al parecer había tenido las defensas muy bajas y por eso me había contagiado —y, según lo que me dijo la mujer, había podido contagiarme literalmente de cualquier cosa, de cualquier persona que estornudara en un carro o lo que fuera, y que no se debía lo de lavar la ropa.

—Fue lo que me pareció más lógico —comentó Niall suspirando.

—Está bien, pequeñín —Sonrió la doctora—. Al fin y al cabo, no eres médico, así que sólo asociaste cosas y ya... pero eso en realidad fue bastante inteligente de tu parte.

Mi mejor amigo ladeó la cabeza y la doctora hizo los récipes necesarios, explicándonos qué iba a tomar y cómo.

—Gracias, Diana —concluyó el rubio sonriendo.

—A ti, por visitar —Sonrió—. ¿Cómo está tu mamá? ¿Es feliz?

—Oh, no tienes idea. Ayer estaba cuidando a su hermana —Me señaló— y estaba muy emocionada.

—Sí —comentó la doctora asintiendo con la cabeza—. Siempre me dijo que quería una niña.

—Sí, pero me tuvo a mí —Se encogió de hombros.

—Oh, por favor, no te menosprecies; ella te ama. A los cuatro, mejor dicho —Luego pasó a verme—. A los seis.

Carraspeé.

—¿Habla de mí? ¿De... Melanie y yo?

La doctora me miró con ironía.

—¿Si habla de ti? —Rio—. Siempre está hablando de los dos.

Entendí que se refería a que hablaba de Niall y yo. Como pareja. Porque nos shippeaba. Porque creía que estábamos juntos.

—Eso es... lindo —admití algo apenado.

—¿Son mejores amigos, no? —preguntó ella y asentí con la cabeza. Ella rio, supuse que recordando algo de su pasado, y suspiró—. Sí, así empiezan muy lindas historias, hijo, con sólo mejores amigos.

—Sí, bueno, gracias —Se levantó Niall y le dio un apretón de manos—. Fue un placer haberte visto.

—A ti, pequeñín —Me sonrió, pasó a darme un apretón de manos a mí y luego volvió a sentarse tras su escritorio—. Y, ¿Niall?

Este volteó.

—¿Sí?

—Dile a tu madre que aún recuerdo nuestras noches más locas.

Mi mejor amigo estalló en carcajadas y asintió con la cabeza.

—Por supuesto. Se lo haré saber.

—Cuídate. Y también a tu novio, eh; dale vitaminas y vigila que se alimente bien.

—Claro. Adiós —Saludó con la mano antes de cerrar la puerta y, una vez solos en el pasillo, lo miré con las cejas levantadas—. ¿Qué?

—¿Qué es eso de sus noches más locas?

Rio y negó con la cabeza.

—Eran amigas en primaria y secundaria y hacían pijamadas juntas. Luego por razones extrañas se separaron pero hace relativamente poco retomaron el contacto y Diana le dijo a mi mamá que era médico y que, si necesitaba algún favor, le avisara y que con gusto la ayudaría.

Homely [Ziall AU] #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora