Capítulo 8 parte II

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[Dedicación a estrellaziall bc amo sus comentarios y su feedback y su apoyo y FYUJMNBFGUK Gracias por todo :')]


—¿Por qué tenemos que hacer esto, Niall? —me quejé, estirándome.

—¿Y por qué no?

Suspiré y asentí con la cabeza. Tenía razón.

—Es que sabes que la que le gusta jugar es a Melanie.

Terminamos de estirarnos y comenzamos a trotar un poco por el sitio en el que siempre jugábamos cuando íbamos a su casa. Ya era casi una tradición hacer aquello, por lo que teníamos ropa deportiva —es decir, un short y unos zapatos de goma— allí, además de toallas y esas cosas y ropa de vestir en general. Niall negó con la cabeza y chasqueó la lengua, decepcionado.

—Luego dices que el flojo soy yo.

—Es que no entiendo por qué quieres que juguemos de la nada —expliqué trotando a su lado—. Tú siempre juegas con Mel y yo sólo soy su porrista personal.

—Dos cosas que decir al respecto: primero, eres un pésimo porrista, y dos, ¿qué no puedo simplemente querer jugar con mi mejor amigo sólo porque sí?

Gruñí y, pasados unos minutos, comenzamos a jugar. Éramos simplemente nosotros dos corriendo de un lado a otro con el balón, intentando quitárnoslo y meterlo en la portería del otro y, para hacer la historia corta, después de unos cuarenta minutos, aproximadamente, ya le había ganado. Yo siempre había sido mejor en fútbol —quizá por mis piernas más largas—, por lo que en realidad no era de extrañar que él hubiera perdido.

—¿Suficiente paliza por un día, enano? —pregunté burlescamente y lo vi rodar los ojos y sacarme la lengua. Solté unas carcajadas y, exhausto, me dejé caer en el suelo. Me sequé la frente con la camisa y tomé bocanadas grandes, intentando tranquilizarme. Cerré los ojos, me concentré en respirar y, más que eso, en volver a mi estado normal; el ejercicio físico no era mi fuerte.

Sentí que Niall se acostó sobre mí, sudado, y abrí los ojos, dispuesto a reclamarle, cuando lo vi y, pum, morí de ternura internamente; tenía los ojos cerrados, el pelo revuelto y la cara roja por el esfuerzo. Me recordó a cuando lo veía despertar algunos días en los que dormía en mi casa y tenía la boca abierta y su respiración era algo irregular y tenía la cara pegajosa; era para sacarle fotos.

—¡Quítate, idiota! —me quejé para molestarlo, golpeándole el hombro repetidas veces—. ¿Crees que no pesas, eh, o que hueles a flores? Apestas a demonio.

Gruñó y movió los hombros, indicándome que dejara de fastidiarlo.

—Tú también estás sudado y no me estoy quejando, imbécil —dijo con la voz atascada en mi camisa húmeda.

Bufé y cerré de nuevo los ojos, porque en serio estaba cansado y, aunque era divertido pelear con él, no tenía fuerzas suficientes para hacerlo, y lo sentí remover su cara en mi pecho, sacándome un gruñido de molestia.

—¿Y tú crees que eso no duele o qué?

—Tú cállate, ¿sí? Que estoy cómodo.

Sentí algo removerse en mi interior y no dije nada. Luego, sólo estábamos respirando en silencio, tirados en el piso el uno sobre el otro, sudados, apestando, exhaustos y, de alguna manera, en completa tranquilidad. Pensé en levantar mi mano hasta su cabello y revolverlo o en llevarla a su espalda, pero era distinto esa vez porque, bueno, ahí no estaba Montse pidiéndonos hacer eso —y, en sí, es que me parecía demasiado cursi de mi parte, considerando ya lo que había pasado en la mañana y cómo Niall me había consolado.

Homely [Ziall AU] #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora