Capítulo 31

64 1 0
                                    

Capítulo 31:


KYLE

Tenía conocimiento de que mi furia era la que me obligaba a actuar de esta forma, pero no podía —ni quería— impedirlo. Tal vez me arrepienta después de esto, o incluso mis amigos me odien, pero, en este instante, ya no me importaba.

Sin ni siquiera tocar la puerta de entrada de la casa de mi chica desaparecida, la abrí con una fuerte patada. Escuché sobresaltos en la sala de estar, y fue ahí a donde me dirigí. Noté a todas las chicas mirándome con sorpresa, pero mi vista se fijó en un solo objetivo.

El chico, al notar que lo miraba a él más de la cuenta, abrió los ojos con sorpresa al entender de quién se trataba y empezó a retroceder. Lástima que chocó con la pared y se quedó sin salida alguna. Lo tomé del cuello y lo elevé del suelo, ayudándome de la pared para recargarlo. Todas las mujeres detrás de mí jadearon con terror y el chico luchaba con sus manos para que lo soltara, pero todo su esfuerzo era en vano.

—¿Creíste que podías ayudar en el secuestro de mi novia y salir ileso? ¿Eh?

—Kyle, detente —pidió Lena.

—¡Responde, idiota! —Apreté más el agarre en su cuello. Noté que su rostro empezaba a tornarse cada vez más morado.

—¡Déjate de tonterías y ve mejor a buscar a mi amiga! —gritó Helena.

Cuando noté que estaba a punto de morir asfixiado, decidí soltarlo, provocando que cayera al suelo y tosiera, tratando de recuperar el aire. Los ojos de todos los chicos y chicas se encontraban en mí, pero no me importaba. Sabían que, si se metían conmigo, con suerte salen vivos. Eso es uno de los pocos aspectos que no han cambiado y que no cambiarán de mí.

Me agaché junto al tal Joshua y lo tomé del cabello, provocando que un jadeo saliera de su boca y cerrara sus ojos por el dolor de mi agarre.

—Me dirás toda, toda la información que sepas y tal vez, solo tal vez, te deje vivir. ¿Te quedó claro?

—Está bien, está bien —repitió.

Solté su cabello y me puse de pie, dirigiéndome a uno de los sofás, para después, sentarme, esperando a que decidiera dejar de actuar como marica y hablara de una vez por todas. Mi paciencia ya era muy poca y, si algo no me gustaba de este chico, me desharía de él en cuestión de segundos.

—Eres un animal —murmuró Lena, molesta.

—No dirías lo mismo si se tratara de Louis buscándote. —Le guiñé un ojo.


♦♦♦


Me la pasé manejando por mucho tiempo, casi una hora, hasta que llegué al jodido lugar que Joshua me había dicho, el lugar en el que, al parecer, salió el avión que llevaba a Emily y a Paris. A pesar de todas las amenazas que le hice al imbécil ese, no logré sacarle demasiada información. Noté que él ni siquiera sabía para quién trabajaba, solo que Paris lo había convencido con una noche de sexo para que hiciera este trabajo. No tenía ni idea de la existencia de Adam Marx. Siempre pensé que él no se equivocaba, pero creo que no contaba con el hecho de que el primo de Lena lo traicionaría y nos diría información.

Las cosas ya no te salen tan bien con la edad, Adam.

En total, sólo íbamos Nate, Robert, Louis, Zachary y yo. Unos de los que me ayudarían se quedarían aquí para cualquier noticia y otros viajarían con nosotros, dependiendo del lugar al que se hayan llevado a Emily. Me bajé de la camioneta, en la que perfectamente cabíamos los cinco, junto con las armas que necesitaríamos.

Un Asesino SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora