Capítulo 34

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Capítulo 34:


Un mes. Un mes ha pasado desde ese suceso tan desgarrador y, siendo sincera, hasta yo misma me siento sorprendida del avance que he tenido.

La psicóloga, la doctora Jonas, me ha ayudado tanto a superar no solo la... violación, sino también lo sucedido hace años. Creo que saben a lo que me refiero, así que no es necesario mencionarlo. Estuve a punto de cancelar mi inscripción a la universidad, pero ella me aconsejó que serviría mucho para distraerme. Después de varias insistencias de parte de mis amigos, terminé aceptando, y qué bueno que lo hice. Adrien, que es la única persona a la que le tengo confianza, se la pasa conmigo la mayoría del tiempo. La psicóloga dijo que tal vez me cueste un poco conocer gente nueva, y aunque muchos de mis compañeros se acercan a mí, pero se alejan inmediatamente al verme tan cerrada, una sola persona no lo ha hecho: Ariel Brain. Ella también empezó la misma carrera que yo este año, y aunque casi no converso con ella, siempre se acerca a mí y hace hasta lo imposible para que sea su amiga. Ariel también me ha ayudado mucho a recuperar más la confianza en mí misma y, poco a poco, me voy abriendo más a ella.

De hecho, todos mis amigos me han ayudado mucho. Me visitan, me hacen sentirme mejor con sus ocurrencias y, de vez en cuando, me obligan a salir de mi casa para distraerme. Helena y Kate siguen siendo las mismas chicas divertidas que conocí hace años, y las tres seguimos trabajando en el mismo lugar de siempre. Aunque algunos hombres trataban de sobrepasarse conmigo y me ponía extremadamente nerviosa, nuestro jefe se encargaba de sacarlo del lugar por ser irrespetuoso y mis amigas me ayudaban para que no me entrara un ataque de pánico.

Todos los días, por desgracia, tengo pesadillas. Para mí, es muy difícil borrar de mi mente las imágenes de ese hombre, sus manos recorriendo mi cuerpo con perversión y su sonrisa de triunfo al escuchar mis gritos desgarradores. Las primeras dos semanas no podía ni siquiera dormir porque los recuerdos regresaban a mi mente. Me daba tanto miedo caer en un sueño profundo solo para despertarme por culpa de esas imágenes tan feas. Para mi fortuna, con ayuda de mi psicóloga, de mis amigos y de Kyle, esas pesadillas disminuyen con el paso del tiempo.

—Él está muerto, Emily. Él ya no nos hará más daño.

Eso me repetía Kyle cada vez que me escuchaba gritar tan fuerte que hasta sentía que mi garganta podía desgarrarse. Sí, Adam Marx está muerto, ya no queda nada de él, pero el miedo de que regrese por mí es tanto que me he vuelto muy paranoica. Tengo que asegurarme de que todas las puertas de mi casa estén completamente cerradas, las ventanas aseguradas y tener un cuchillo debajo de mi cama por si lo necesitaba. La doctora dijo que esto es normal debido a lo que me sucedió, pero que, poco a poco, lo iría superando, y vaya que lo he hecho.

Le agradezco a una persona en específico que me ha ayudado mucho a superarlo todo: Kyle Evenson. Le dije miles de veces que no lo quería volver a ver, que se fuera de mi casa, e incluso amenazaba con irme yo, pero siempre estuvo a mi lado. Se quedaba a dormir en mi casa, y cada vez que me escuchaba gritar, iba a mi habitación y se quedaba ahí hasta que me durmiera. Hubo días en los que hasta se quedó despierto toda la noche solo para protegerme. Fue ahí donde supe, y con algunas palabras de mi psicóloga, que él en verdad me quería, y por eso, le di otra oportunidad. Kyle me aseguró que nunca más haría algo que me dañaría y, hasta ahora, lo ha cumplido. Nuestros amigos, al ver que estábamos juntos de nuevo, se pusieron muy felices. Hasta Helena festejó nuestro regreso, y cuando le pregunté por qué estaba tan feliz si ella quería vernos separados, me aseguró que lo único que quería era mi felicidad, la cual conseguiré al lado de Kyle.

Creo que lo que dijo Jack, el hombre al que conocí en alcohólicos anónimos, es muy cierto: Kyle y yo tenemos un vínculo que nada ni nadie lo podrá romper jamás.

Un Asesino SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora