«40»

964 98 23
                                    


Continuo escribiendo las respuestas para un trabajo de Historia mientras Keila y Colton hablan a través de Skype. 

Deben estar sorprendidos porque me encuentro haciendo tarea, pero déjenme decirles que soy así cuando estoy aburrida, a parte debo entregar esto antes de que mamá decida enviarme a un internado. 

—¡Iremos a una fiesta de disfraces!—festeja Colton con euforia como si nunca hubiera asistido a una fiesta de personas disfrazadas con litros y litros de alcohol en sus sistemas.

Suspiro.

—¡Universitarios!—añade Keila y la miro con una ceja en alto, entonces dice—: Colton conoció a una chica dos años mayor que él que nos invitó a esa fiesta.

No me sorprende en nada. 

Busco un lápiz marrón y trazo una linea horizontal en la hoja como si fuera muy importante dar este dato inútil bueno para nada. ¡Un descanso necesito! Pero debo dejarlo listo para mañana.

Recién he escrito el titulo, eso es un buen avance. 

—Pronto entraré a la universidad—nos cuenta el rubio conquistador de universitarias—, y conoceré muchas de ellas.

¡Claro! Ni que fueras a la universidad y conocieras ancianas listas para una partida de bingo. 

—¿Blake?—me llama Keila— ¿Nos escuchas?

Lamentablemente si porque parece que este texto del libro no es suficiente para concentrarme en la tarea y no en sus voces.

—Si.

—¿Irás con nosotros?

—No—contesto de inmediato.

Puedo escuchar a Keila jadeando de sorpresa.

—¿Por qué?—inquiere Colton— ¡Sera la mejor de todas!

Esta nota será la mejor de todas, pendejo, la profesora llorará de la emoción. 

—Odio los disfraces.

En parte es muy cierto...¡Los detesto! Esas personas arruinan la apariencia de un buen personaje animado o cualquiera de la televisión. 

Hubo una vez en la que asistí a una fiesta de disfraces, fue cuando tenía siete años, un niño muy feo que no tenía la dentadura completa se disfrazó de mi personaje animado favorito...¡Botas! ¿Vieron el monito de Dora la peligrosa? ¡Perdón! ¿La exploradora? Bueno, era mi personaje favorito pero ese niño lo arruinó y nunca más vi esa serie porque me recordaba al imbécil sin dientes que se tiró un pedo en mi cara.

Por eso odio los disfraces. 

—¡Irás con nosotros!

La miro fulminante.

—No iré ni aunque las vacas vuelen.





Suspiro cansada.

—No entiendo como me dejé convencer.

Me cruzo de brazos mientras observo con desinterés a todas esas personas disfrazadas de estúpidos, porque así se les ve un disfraz. 

—Ni siquiera vas disfrazada—dice Keila—, no te quejes. ¡Vamos!

¡Por supuesto que no voy disfrazada! Aunque me hubiera encantado traer el disfraz de Tinki Winki que me compró mamá el anterior Halloween.

—Una cosa—la miro molesta—: Pareces Caperucita versión prostituta dos punto cero con mejoras en la parte delantera—indico sus tetas enormes—. ¿Tienes relleno?

IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora