Son las seis de la mañana, las jodidas SEIS, y mi madre está loca por llevarme a ese estúpido campamento de niñatos inmaduros que me lleva todos los años en vacaciones, un estúpido campamento para niños buenos, ¿qué es lo que pasa por la cabeza de mi madre?
Soy Dahiana Hale Playton, tengo 17 años y no me canso de contar los días para cumplir los 18, vivo en un pueblo de Oregón, exactamente Portland, vivo con mi madre una mujer recatada llena de normas y muy rígida, mi padre uno de los empresarios más importantes de Portland y mi querido hermano de 19 años que es un tremendo fastidio, los tres perfectos miembros de mi familia son reconocidos por tener la mejor etiqueta del jodido pueblo y pues ¿yo?, yo soy la oveja negra de la familia.
-DAHIANA!! Niña baja ya- Grito mi adorable madre desde la primera planta de la enorme casa donde vivimos -Se nos está haciendo tarde- La verdad no tenía nada de ganas de llegar a ese estúpido lugar.
Me terminé de arreglar mi ondulado y castaño cabello en un moño, me puse mi chaqueta negra favorita, coloque mi morral de cuero en mi hombro, había llevado ropa, cigarros, dinero y claro no faltaban mis herramientas de trabajo, empecé a bajar por las escaleras pero antes de que mi mañana fuera peor apareció mi hermano por detrás de mí dándome un susto que casi hace que me caiga por las escaleras.
-¿Qué te pasa mocoso?- Le dije fulminándolo con la mirada mientras él muy idiota trataba de controlar sus asquerosas carcajadas.
-Hubieras visto tu cara hermanita- Dijo mientras pasaba por mi lado, aproveché y le di con mi puño en su espalda haciendo que diera un gruñido -¡OYE!
Reí cuando lo vi quejarse y sobándose, estúpido.
-¿Para dónde vas con ese bolso de niña?- Le dije mientras terminábamos de bajar los últimos escalones -Creo que el campamento para chicas empieza el otro mes- Me burlé.
-Que chistosa- Se acomodó su bolso azul celeste en su espalda mientras me miraba muy serio -Iré contigo este año.
¿Qué? ¡NO! Para mi madre no era suficiente martirizarme llevándome a ese asqueroso campamento que ahora me iba a mandar con mi hermano.
-No te preocupes hermanita que a mí tampoco me hizo mucha gracia- Mi hermano ya estaba en la enorme entrada de nuestra casa, odiaba que mis padres llamaran tanto la atención con su dinero, ¿por qué no podíamos comprar una casa normal?
-Puedo saber ¿por qué mi adorable madre te va a llevar a ese campamento conmigo?- Mi hermano era tremendamente bueno en todo, era un maldito cerebrito, tenía las mejores notas y el comportamiento más excelente que jamás hayan podido ver, era educado y nunca se había metido en ningún problema, solo ha ido a fiestas de clase a diferencia de su querida hermana que se ha involucrado en cuanto problema se le cruza por el frente, pero no me quejo, me divierte el fastidiar a las personas.
-¿Será que se pueden apresurar?, llevo más de dos horas esperando en el auto-Puse los ojos en blanco, no era una novedad que mi madre exagerara
-Resulta que la última vez que fuiste incendiaste todo el campamento Dihi y como consecuencia yo tu adorable y querido hermano iré a inspeccionarte para que no lo vuelvas hacer- Mientras cerraba la puerta lo miré mal, odiaba que me dijera Dihi, y pues lo del incendio no fue mi culpa, la líder tenía un poco de frío lo menos que yo podría hacer era darle calor
Sonreí internamente al recordar como todos corrían y se tropezaban cayendo al lago
-¡RÁPIDO!-grito mi madre como por milésima vez, Dios esta mujer estaba matándome.