¿Pero qué carajos? ¿Me estaba poniendo roja? Esperen un segundo ¿había dicho mantita? No puede evitar que una carcajada saliera de mis labios, me giré mirando a Tommy para evitar que ese tonto chico se diera cuenta del color rojo que sabía estaba tomando mi cara, no sé si era porque me estaba riendo pero empecé a sentir un extraño calor acomodándose en mis mejillas.
-Eh... ¿dije algo gracioso?- Se escuchó detrás de mi espalda, Claro que lo hiciste pedazo de... ¡quien a su edad en este puto mundo dice MANTITA!
-No, creo que mi hermana está enloqueciendo- Puse mi mirada en Tommy con la intensión de que quería golpearlo, yo sabía que él también se estaba aguantando la risa -Discúlpala a veces puede llegar a ser una molestia, espera aquí, creo que tengo una manta de sobra- Estúpido mocoso, me voltee para encarar al idiota de la mantita.
-H-Hola...-Dijo entrecortadamente, tuve que subir un poco mi mirada, era casi igual de alto a Tommy pero nada intimidante, sus ojos me dejaron un poco mareada, eran jodidamente hermosos, un gris intenso e irresistible -¿Estás bien?- Tuve que darme un manotazo mental para reaccionar, no entendía que mierda me estaba pasando, esta no es la Dahiana de siempre.
-Si.- Le dije cortante y con el ceño fruncido mientras ponía mis brazos sobre mi pecho -Debo irme- aparté mi mirada de la de él, ¿qué rayos está ocurriendo?, pasé por su lado y con mi hombro lo golpee intencionalmente, él muy tonto casi se desploma con mi golpe -Deberías aprender a pararte como un hombre- Le sonreí burlonamente mientras él se ponía ¿rojo?, ¿rojo? Por Dios que es esto, vi como mi hermano le largaba la manta para después darme el alcance.
-¿Qué ha pasado allí?- Me dijo sonriendo como bobo -Lo has dejado totalmente achantado.
-Déjate de estupideces Tom- Le hablé mientras sacaba otro cigarro de mi bolso, a este paso no me iban ni alcanzar para tres días, pero ese niñato me había dejado con la cabeza revuelta, era un completo idiota.
