Capitulo 5: ¿Porque me sigues?

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— ¡KILEY! —alguien grito detrás de mí. Mierda. Me gire lentamente. Mi padre. Estaba en el pasillo, con los brazos cruzados y la cara roja de furia. Supongo que si se enteró que no vine a dormir anoche. Resignada, camine hasta él.

— ¿Si? —pregunte en tono aburrido. Si me iba a reventar los oídos con su regaño, al menos podía divertirme un poco obstinándolo.

— ¿Dónde estuviste ayer? Revise tu habitación, por lo menos cinco veces y o estabas —rugió.

—Fuera —respondí. No fue lo que él quería escuchar. Aunque eso ya lo sabía.

— ¡NO ME HABLES ASI! —grito. Un tímpano en peligro de extinción.

— ¡NO ME GRITES! —grite en repuesta. Cuando mi madre murió, murió también mi respeto por mi padre. Ese mismo día, me entere que él era un mafioso. Un año después, él se enteró, que yo lo sabía. Estuve en negación por su trabajo meses, hasta que un día comprendí que no me quedaba nada. Así que aprendí todo lo que pudiera del trabajo sin alertar mucho a mi padre. Entonces, comencé hacer aliados. Hasta que forme los Teenpuld. La red más importante era la de mi padre, Los Monmery, luego les seguía los Rojos. Pero me alce con los Teenpuld y ahora competimos por el primer puesto. Solo que mi padre no sabe quién es el líder de ellos, ni sabe cómo se llama. Solo sabe que una red nueva se está alzando con mucha fuerza y quiere quitarle su poder. Eso lo tiene desquiciado. ¿Cómo se pondrá cuando se entere que soy yo la líder de los Teenpuld? Dulce. Pero no es el momento. Él podía matarme, así como hizo con mi madre. Sé que el la llevo a su muerte. Estoy completamente segura.

— ¿Cómo te atreves hablarme así? —pregunto en un tono peligroso.

Me cruce de brazos. —No me das miedo —respondí desafiante. No sabes lo que eh hecho en menos tiempo que tú, padre. A esto me has llevado. Esto es lo que has inculcado. A esta mierda que se hace llamar persona. Mi padre se acercó peligrosamente a mí.

—Pues deberías —amenazo.

— ¿O qué? ¿Me mandaras a matar? —pregunte con una ceja alzada. Mi padre apretó la mandíbula.

—Te pudo pasar algo. Tengo enemigos Kiley, es peligroso afuera si no te sabes proteger.

— ¡Me me proteger! —estalle.

—Es lo que tú dices —dijo en un tono más calmado. Abrí y cerré mi boca.

—No me trates como una niña —escupí— no lo soy.

—Te comportas como tal —dijo. Quería golpearlo. Pero eso es por mi problema con la ira. Sí, yo también tenía problemas con la ira. Trate de calmarme.

—No, padre —escupí la palabra— tu no me conoces —solté.

— ¿No te conozco? ¡Eres mi hija! —se burló.

— ¿Y? eso no significa que me conozcas.

— ¿Qué tratas de decir? Qué mi hija. Que todavía es una niña mentalmente, porque se comporta como tal. Es ¿Qué? —grito. Mi respiración era agitada. Quería gritarle que era la tipa que le tumbara el negocio, pero me contuve.

—Olvídalo —gruñí.

—No. Me dirás que quieres decir en este mismo instante. Tu madre no te enseño eso —rugió.

—NO HABLES DE MI MADRE. NO TIENES DERECHO —estalle. Quería pegarle un tiro. Él no tenía derecho de hablar en nombre de mi madre, puesto que el la mato. Miserable hijo de puta. Me obligue a tranquilizarme. Cuando logre reunir algo de control, me gire, y me adentre en mi habitación.

— ¡NO ME DEJES HABLANDO SOLO KILEY! —grito mi padre mientras yo daba un portazo— ¡SAL AHORA MISMO HIJA DE PERRA! —grito.

Agarre lo primero que tenía a la mano. Fue un portarretrato de Valentina conmigo en mi cumpleaños número siete. El portarretrato fue a parar a la pared, y luego en varios pedazos al piso. No fue suficiente. Lo próximo fue mi perfume de Katy Perry. El perfume estallo contra la pared. El líquido se escurrió por esta también. Grite y patee la cama. Agarre la almohada y golpee una y otra vez con ella la cama. Mis gritos furiosos retumbaron por toda la habitación. Luego los gritos se convirtieron en llantos. Me derrumbe en el suelo, con la cabeza en la cama. Llore y llore sin detenerme.

— ¿Teen, estas bien? —alguien grito detrás de mi puerta.

— ¡DEJAME SOLA! —grite en respuesta. Casi no se entendía por los llantos, pero no me importo. Siguieron tocando, pero no abrí. Luego de un rato, se apagaron.

*****

Caminaba bajo la luz de la luna. La brisa desordenaba mi cabello. Después de mi episodio necesitaba aire libre. Esa casa me sofoca. En mi pantorrilla derecha llevaba mi glock, y en la izquierda llevaba mi cuchillo. En mi cadera tenía una funda que contenía mi otro cuchillo. Nunca se era lo suficientemente precavida.

Los carros pasaban como un borrón. Las personas me empujaban apuradas. Todas tenían algo que hacer, algo a donde ir, con alguien a quien regresar. Nunca tendría eso. Quizás con Daniel. Es lo más cercano al amor que tendría jamás. Tenía sus defectos, muchos, pero me quería. Él siempre se disculpa. Mire a las estrellas. Quisiera tener un amor como el que tenía mi madre. Ella me conto, una vez, que amaba a alguien apasionadamente. Que él siempre quería protegerla, que nunca la maltrataba, que siempre le hacia sonreír y reír hasta el borde de las lágrimas. Quisiera un amor así. Daniel no lo era, pero era lo más cercano a amor que tendré.

Un claxon me saco de mis pensamientos. Mire confundida al Lamborghini negro estacionado a mi lado. El carro era hermoso. El vidrio se bajó y respire hondo. El que lo conduce más, pero idiota.

— ¿Qué haces aquí, niño? —pregunte molesta.

Harry sonrió presumido. —Venia conduciendo por aquí, y te veo tan sola.

—Agh —dije. Me cruce de brazos. Lo ignore y seguí caminando. Pero él no se quedó atrás, y me siguió lentamente en su Lamborghini. ¿Qué quería este chico ahora? No estaba de humor para él. Estaba muy vulnerable en este momento. Mis recuerdos de niña estaban muy frescos. La noche de autocompasión seguía muy reciente. Las heridas todavía no han cerrado. Y cuando estaba tan vulnerable, mi humor era el peor— ¿Qué quieres? ¿Por qué me sigues? —estalle estresada por su persecución. Harry detuvo el carro y se bajó de él.

—Quería volver a verte —respondió.

— ¿Ah sí? —dije sarcástica. Harry metió su torso por la ventana del carro y busco algo en la guantera. Gire y seguí caminando.

—Espera —grito detrás de mí. No le hice caso y camine más rápido. Pero el me alcanzó— pausa —dijo mientras me tomaba del brazo. Jale mi brazo, y para mi sorpresa, él lo libero fácilmente— se te quedo esto en mi casa —dijo. Me extendió su mano. En ella, se encontraba una pulsera. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero las despache. No lloraría, aunque esta pulsera fuera tan especial. Mire al cielo un momento y clave mis uñas en mis manos. Cuando el llanto paso, le arrebate mi pulsera. Mi madre me la regalo antes de morir, era lo único que me quedaba de ella. Mi padre boto todo lo que le recordaba a ella. Fotos, joyas, hasta remodelo su cuarto y la cocina— de nada —dijo sarcástico Harry. Pestañee un poco, me había olvidado que él se encontraba delante de mí.

Suspire. —Gracias —dije agradecida. Y eran un agradecimiento sincero. Le di una mirada y seguí caminando. Pero esta vez, muchos pesos se fueron de mí. Al tener mi pulsera conmigo, me sentía mucho mejor. Sentí a alguien caminar junto a mí, y no necesite voltear para saber que era Harry.

— ¿Puedo caminar contigo? —preguntó en voz baja. Le di una mirada de reojo.

Sonreí de lado. —Como quieras —respondí. Y me sorprendí al saber, que lo decía en serio. Me sentía sola, y Harry era tan buena compañía como ninguna.

Holaaaa, espero que les guste el capitulo *O*

¿Ven? Teen no es una completa perra xd

Ya sabe, espero sus votos (estrellita) y COMENTARIOS. ¬¬ no dejan, no se les caera la amno ahque

No Sueltes la pistola [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora