No Sueltes la pistola [SIN CORREGIR]

Capítulo 36: La felicidad es algo que no dura, al menos ...

"La felicidad es algo que no dura, al menos no cuando hay tantos cabos sueltos"

Me levanto de la cama y voy directo al baño para verme en el espejo. Tenía el pelo hecho un asco, asique me hago una cola de caballo. Me cepillo los dientes y miro por la puerta a Harry. Harry estaba dormido en la cama, la sabana solo cubría su parte inferior que ya me sabía de memoria. Su pecho estaba a la vista. Su sixpack y sus entradas me daban un orgasmo visual. El pelo de Harry estaba esparcido alrededor de su cara. Harry era hermoso, era hermoso y… me amaba. Me amaba de verdad. Todavía me costaba creer que Harry me amara, y que yo lo amara también. Porque lo hacia, pero no podía decírselo más de aquella vez. Quizás no debí decirle a Harry que estaba enamorada de él. Me muerdo mi labio inferior y miro mi reflejo en el espejo. Tengo miedo y no puedo negármelo a mí misma. Tengo miedo de que Harry saque su lado Daniel el cualquier momento. En todo este tiempo que llevamos viviendo juntos me siempre me había tratado como una princesa. Me hacia el amor y cuando lo necesitaba, teníamos sexo. Pero siempre me miraba como si fuera algo frágil, cosa que me indigna, pero por alguna razón es algo tierno que Harry me mirara de esa manera. Que me mirara como si fuera su mundo. Quizás Harry es demasiado para mí. No soy lo suficientemente buena para Harry. Harry es tan bondadoso y yo soy tan… cruel. Pero el mundo me hizo cruel, las circunstancias me hicieron cruel.

Pero no maldita sea, no podía justificarme. Había hecho cosas terribles para mi corta edad. Harry siempre es tan bondadoso, tan pacifico, tan tranquilo. Joder ¿en serio creció en un ambiente violento? No pareciera. Harry era todo lo contrario a algo violento. Harry era como mi balanza. Cada vez que pensaba en algo suicida o algo doloroso veía a Harry, su sonrisa, y era algo que me tenía amarrada a la tierra. El tema del soplón era algo delicado. Solo sabía que fuera quien fuera tenía que sufrir. No podía dar a entender a los chicos que podían hacer los que les daba la gana. No. No por ser mujer soy frágil o débil, es más, por ser mujer soy más peligrosa que cualquier hombre. Pero si Kol tiene razón, y Valentina es el soplón… yo no sé si podría hacerlo. No, no sé si podre no matarla. Espero que Kol se equivoque, porque si Valentina es el soplón, no le gustara su futuro. ¿Traicionar mi confianza? La confianza que no se la daba a muchos, solo pocas personas eran las afortunadas y ella… no. Con todo el dolor en el alma Valentina estaría bajo tierra para él próxima amanecer.

— ¿Cómo está la mujer más hermosa del mundo? —preguntó alguien en mi oído. Me sobresalto y miro mi reflejo en el espejo. Harry me beso en el cuello y me sonrió a través del espejo. Miro a Harry culpable a través del espejo por mis pensamientos sangrientos. Quizás yo tenga razón, y Harry es demasiado maravilloso, demasiado bueno para mí. Pero soy egoísta y lo que es mío es mío. Y Harry era mío. Me vuelvo y lo beso apasionadamente. Primero había comenzado como un beso lento, luego la temperatura comenzó a subir. Harry me levanto y me sentó en el lavamanos. Sus manos acariciaron mi cuerpo por sobre la ropa. Sus labios besaron mi cuello, su lengua chupo mi cuello. Gemí y jale su cabello— si seguimos así llegaras tarde a tu reunión —dijo Harry en mi oído. Mis ojos estaban desenfocados y mi feminidad estaba palpitando.

—Soy la jefa, que me esperen todo lo que yo quiera —gimo atrayendo sus labios a los míos. Harry gruño divertido y me beso apasionadamente. Harry me cargo y me llevo hasta la cama. Su cuerpo estaba sobre el mío y estábamos los más pegados posibles uno del otro. Podía sentir su erección. Sonrío y bajo mi mano para acariciarla. Harry soltó un gemido.

—No despiertes al león si no lo vas a calmar —gruño Harry metido en mi cuello. Atraigo su boca a la mía y lo devoro.