Capítulo 44: Narra Harry.

6K 451 28
                                    


Mi padre era un jodido enfermo hijo de puta o quizás no. No sabía que putas pensar. Mi mente era un revoltillo de pensamientos que no tenían sentido. Por un lado estaba lo que decía el padre de Kiley, y por el otro, lo que decía mi padre. Siempre había admirado a mi padre por saber sobreponerse a pesar de las adversidades. Lo único que le reprochaba era que todo lo resolvía con violencia. Pero conocía a mi padre y sabía que todo lo que decían era cierto. Me jodia que Kiley pensara que estaba de su parte. ¿Por qué pensaba eso? ¿No le había demostrado que era diferente a ellos? ¿No le había demostrado que no quiero ser como ellos? Quizá son trate tan fuerte, quizás Kiley vio a través de las grietas el monstruo que era. Quizás Kiley vio todos los muertos que llevo encima por menos que quitarme un chicle. Era un monstruo, soy un monstruo que solo quería cambiar. Que solo quería no ser más así. Quería ser diferente a todo lo que conocía, lo intente con todas mis fuerzas. Pero quizás Kiley vio a través de las grietas y por eso no me cree. Pero ella tenía que creerme, porque yo la amaba. No importaba lo que había hecho en el pasado, eso era el pasado. Ahora era un hombre nuevo, un hombre nuevo que amaba con toda su alma a Kiley. Kiley era mi vida, no podía ver mi futuro sin ella. Pero ella no me creía. Ella vio el monstruo que trato de ocultar y ya no me quiere. Kiley ya no me quiere. La miro dolido, pero no podía culparla. Kiley era una chica frágil que se hacia la ruda. Pero yo era un monstruo que se hacia el chico bueno. Joder, no quera ser mas así.

Entonces comenzaron los disparos. No sabía de donde habían comenzado, pero mi mente estaba abrumada. Mi cerebro se desconectó. Entre el dolor de saber que mi padre era un jodido hijo de puta y saber que lo mas probable era que Kiley no me quisiera más, estaba deshecho. Saco mi pistola y comienzo a disparar. Mi padre se trajo a sus lame bolas y no iba a permitir que me hicieran daño, mucho menos que se acercaran a Kiley. ¿Dónde estaba Kiley? No tena la jodida idea pero estaba furioso conmigo mismo. Furioso por no haberme esforzado mas en ser una buena persona. Una buena persona para Kiley. Estaba tan jodido, tan, tan jodido. Era una mierda, una maldita mierda. Siento un aire en mi cara, frunzo el ceño y miro al tipo que se atrevió a golpearme. No me dolía, pero el no tenía que haber hecho eso. Lo agarro por el cuello y se lo parto de un solo movimiento. Había caído en un frenesí sin retorno. Estaba en un abismo. Estaba furioso conmigo mismo. Daniel estaba muerto, pero no fue por mi mano. Necesitaba que fuera de mi mano, o al menos, las de Kiley. Pero no, mi padre le quito esa satisfacción a Kiley y a mi. Ese hijo de puta. Me sentía impotente. Daniel había lastimado a Kiley mientras ella estaba conmigo. Esos pensamientos solo me hacían perderme más.

—Detente, este no eres tu —dijo alguien. Mi cerebro era una bruma, escuchaba las palabras pero no tenían ningún sentido para mi. Apunto a otro chico y estaba listo para disparar— te amo… lo siento por desconfiar de ti… mi amor, mírame —sollozo alguien. Frunzo el ceño ante la voz. Entre la bruma que era mi cabeza escucho sollozos y un jadeo que me dejo aturdido. Parpadeo y frunzo mas el ceño al ver a Kiley con una mueca en su cara.

— ¿Kiley? Mi amor ¿Qué tienes? —pregunto preocupado al ver su mueca de dolor.

—No tengo ni pu…ta ide..a —jadeo Kiley. Le dispararon, a Kiley le dispararon. Miro a mi alrededor buscando al responsable cuando mi respiración se me quedo atrapada en la garganta. Mi padre nos miraba divertido y con el arma aun arriba.

— ¿Por qué? ¿Por qué le disparaste papa? ¿Qué tienes en la cabeza? —pregunto molesto mirando a mi padre. ¿Cómo mierda mi padre me hacía esto? Kiley se iba desmayando pero la agarro antes de que se caiga al suelo. La miro horrorizado— no cierres los ojos, no sigas la luz, aguanta bebe.

—No seas marico —dijo Kiley— no me voy a morir… viviré para seguir jodiendote la vida —murmuro tratando de sonreir. Mi hermosa mujer fuerte trataba de aparentar que nada pasaba. Pero mi padre le había disparado en una zona peligrosa. Maldito seas papa.

No Sueltes la pistola [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora