No Sueltes la pistola [SIN CORREGIR]

Capítulo 27: Sentimiento extraño.

Antes de leer este capitulo espero que hayan leido la advertencia que publique anteriormente. Si es asi, y estan de acuerdo, lean bajo su propio riesgo :) Pueden leer con la canción de abajo, si se acaba, pueden repetirla :)

 

Traje a Harry a mi casa pero a penas entramos, me encerré en mi oficina. Tengo muchos pensamientos en mi cabeza. Estoy vuelta un desastre. No sé qué hacer. Necesito hacer algo drástico, algo que le mande un mensaje a los Italianos, y a su jefecito, que no estamos jugando. Pero primero, debemos comenzar con el tráfico internacional. Me paso toda la tarde definiendo los últimos arreglos con Kol. Kol ya tiene todo casi, listo. Buen chico. Ya hablo con el contacto en Grecia. Kol será el encargado de esta operación, le estoy dando una confianza. Mi plan para saber quién es el soplón será pospuesto por un tiempo. No creo que ninguno de mis chicos lo sea, pero los miembros… pueden ser más comprables. Es por eso que pensé el algo más factible. Algo que hará más difícil encontrarme. Mi identidad ahora más que nunca tiene que ser secreta. Todo aquel que me vea, tiene que ser de suma confianza o es porque va a morir. Nadie puede saber que soy la líder de los Teenpuld. Así como el líder de los Italianos está escondido, yo también lo hare. Ahora el juego es más personal. Seré sumamente cuidadosa con cada paso que dé. Marco el número de Kol.

— ¿Kiley? —pregunta Kol al contestar.

—Necesito saber cuántos miembros en total tiene los Teenpuld. Cualquiera, joven, antiguo, activo y no activo. Lo necesito para mañana —ordeno. Escucho a Kol gemir— dile a Danilo y Cristian que te ayuden, que muevan el culo —digo con una sonrisita. Adoro estresar a Kol, y sacarlo de sus casillas.

—Está bien —suspira— lo que mi reina diga.

—No seas idiota —digo divertida y cuelgo. Estoy estresada. Tantas cosas por hacer y tan poco tiempo. Cada decisión que tome puede llevarnos un paso a la muerte, o a la gloria. La puerta suena. Frunzo el ceño. ¿Quién será? ¿Quién es la otra persona que está en esta casa aparte de mi? Harry. Oh, olvide a Harry. Apago la laptop y me levanto. Me estiro y suelto un sonido de satisfacción. Camino hasta la puerta y la abro. Me encuentro con Harry parado con los brazos detrás de su espalda. Levanto una ceja divertida y cierro la puerta detrás de mi. No dejo hablar a Harry. Necesito distraerme y liberar tensión. También la sexual— vamos a terminar lo que comenzamos antes —murmuro en sus labios. Harry sonríe y me levanta, mis piernas automáticamente se enrollan en su cintura. Nuestras lenguas tienen una batalla de poder. Harry tiene una mano en mi culo y la otra en mi nuca. Mi mano está en la nuca de Harry y me deleito con sus rulos. Siento algo suave en mi espalda. Despego mis labios de los de Harry en busca de aire. Harry comienza a besarme en el cuello y desciende hasta mis pechos. Una cama, estamos en una cama. Harry rompe mi camisa. Suelto un grito de sorpresa, cavernícola. Sonrío y acaricio sus brazos firmes. Lo beso y lamo en la clavícula. Siento a Harry estremecerse. Sonrío contra su piel y suelto otro beso. Rompo la camisa de Harry y sonrío satisfecha. Ojo por ojo. Harry ríe y me besa el valle de los senos, jadeo.

Harry comienza a dejar besos por mi cuerpo. Me tumbo y dejo que haga lo que quiera conmigo. Harry  lame y besa en una línea recta hasta llegar al borde de mi pantalón. Lo desabrocha rápidamente y en cuestión de segundos ya está en el piso, mis pantaletas lo siguen poco después. Jadeo al sentir la boca de Harry en mi parte sensible. Mi mano va a la cabeza de Harry y lo acaricio mientras el me da placer con su boca. Que increíble boca. Chupa, lame y succiona mi clítoris. Estoy en el cielo. Entonces siento un dedo en mi interior. Gimo y aprieto la cabeza de Harry más fuerte. El dedo entra y sale de mi.

—Estas tan húmeda —murmura Harry en mi clítoris. Jadeo con fuerza y levanto mi pelvis. Mis pensamientos se han esfumado de mí y me estoy sumida en un estado de lujuria pura— solo conmigo —gruñe Harry. Gimo cuando aumenta la velocidad y adentra otro dedo— repítelo Kiley.