Capítulo 22: ¿Donde estabas?

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Mi vida es una completa mierda. Daniel es la peor cosa que me pudo pasar en la vida. Sinceramente, no es amor lo que el siente por mi. Daniel no me ama, ni de cerca, el está completamente obsesionado conmigo. Eso está más que claro. ¿Por qué siquiera le permito pisotearme? ¿No es que eres tan ruda Kiley? ¿Dónde quedo eso? Se fue al caño. ¿Por qué Dios me abandono? ¿No es que el era el todopoderoso que puede perdonar todos nuestros pecados? Pues, joder, me arrepiento. Soy una pecadora. Y boom, nada paso. Mi vida sigue siendo la misma mierda. Que fraude.

Daniel había dejado la habitación hace más o menos una hora. Se fue feliz, satisfecho y me dejo hecha trizas. De nuevo. Odio a Daniel, lo odio. Daniel me ha robado tantas cosas, y ahora, el poder en mi cuerpo. ¿Qué más me queda para que él pueda tomarlo sin más? Los Teenpuld. Pero no, eso si que no. Me eh esforzado para sacarlos adelante y eso es algo que Daniel no podrá quitarme. Es mi esfuerzo, es mi vida. Es lo único que tengo, y que me queda. Mis lágrimas se secaron desde hace media hora. Solo estoy aquí, hecha un ovillo, con los ojos secos y mi mirada perdida. Debo de parecer una loca. Pero no me importa.

Me siento impotente. Quisiera quedarme en esta habitación, para siempre. No quiero salir y ver a todas esas personas felices. Restregándome su felicidad en la cara. Que su mama no esta muerta, ni su papa es un mafioso. No tienen a un demente detrás de ellas haciéndoles daño y no están carcomidos por el odio y el rencor. Oh, y menos que son jefes de una red de mafia y están en comienzo de una guerra contra otra mafia. O quizás son peores. No sabemos los que las personas ocultan detrás de una sonrisa. Pueden ocultar que son unos violadores o victimas, oh, yo se de eso. Pero la diferencia es que yo no lo oculto detrás de una sonrisa. Yo me pongo de mal humor y quiero golpear algo. Mas bien, dispararle a algo. Mi cuerpo me duele, pero no mas que mi alma. No mas que como me siento emocionalmente. Quiero llorar, pero me temo que no me quedan mas lágrimas.

— ¿Kiley? —preguntó alguien en la puerta. Me enrosco mas en mi caparazón. No quiero ver a nadie. Siento la puerta cerrarse. ¿Y si es Daniel? Imposible. Vino hace una hora, Dios, hasta el tiene que descansar. Además, no se parece a su voz— ¿Kiley? ¿Estas despierta? —volvió a preguntar. Y esta vez, reconocí la voz. No puedo evitarlo, gruño. ¿Qué hace Harry aquí? no lo quiero aquí. Lo quiero lejos de mi y de mi suciedad— ¿Te sientes bien? —preguntó con tono preocupado. ¿Encontrarme bien? Ya yo no puedo sentirme bien, todo eso esta sobrevalorado. No creo que algún día pueda volver a sentirme bien. La felicidad no se hizo para mi— ¿Te duele algo?

—Si —susurro mirando a la nada. Siento a Harry moverse detrás de mí. El no puede verme la cara, ya que mi pelo me la tapa. Lo dije más para mi que para el.

— ¿Qué? ¿Dónde te duele? ¿Llamo al doctor? —preguntó Harry. Aprieto mis manos en puños. Maldito imbécil.

— ¿Dónde estabas? —pregunto con voz sombría.

— ¿Cómo?

—Te pregunte ¿Dónde coño estabas metido? —pregunto en un gruñido y me vuelvo abruptamente para mirar a Harry.

—Kiley… ¿Qué te paso? —preguntó asombrado.

— ¿Qué me paso? ¿De que hablas?

—Estas… despelucada. Se nota que has estado llorando y veo una inmensa tristeza sobre ti. ¿Te paso algo? —preguntó Harry acercándoseme. ¿Una inmensa tristeza? Eso es lo primero en la escala. Siento muchas cosas, pero sobre todo me siento sola. Pero aquí esta Harry, mi héroe. Pero ya no lo es mas, falto a su nombre, dos veces.

—Eso no te importa —gruño. Trato de levantarme de la cara pero el suero me lo impide y Harry me agarra por los hombros— suéltame ¿Dónde estabas? ¿Por qué no estabas aquí, junto a mi? —pregunto un poco desesperada. Sola, vacía, sucia, agobiada, triste, destrozada, angustiada, furiosa, rencorosa, adolorida. Siento tanto que me abruma. No puedo mantenerme con mi mascara indiferente. Mis manos tiemblan.

No Sueltes la pistola [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora