Departamento 813 [Rin x Len] [Miku x IA]

Prólogo: Carta

Rin se lanzo a su cama totalmente agotada. Había sido un larguísimo día y lo único que quería hacer era dormir hasta que su propio cuerpo le exigiera levantarse, estaba por cerrar los ojos cuando el grito de Miku desde la otra habitación la había espabilado. 

- ¡Rin tienes correo!

Rin se levanto algo extrañada ¿Una carta?¿Quien envía cartas hoy en día?

- ¿Quien la manda?.- Pregunto mientras recibía el sobre por parte de su amiga.

- No lo sé.- se alzo de hombros mientras se quitaba la bufanda.- Estaba en el buzón junto con las cuentas.

Las expresiones de Rin mostraban pura confusión y su ceño se fruncía levemente mientras leía en una perfecta caligrafía lo que parecía ser una broma sin gracia. 

¡Buenos días vecina! ¿Como esta? Yo la veo preciosa esta mañana.

Atte Dpto 813

- ¿Que clase de broma es esta?.- murmuro.

Miku alzo una ceja y miro la carta desde atrás. Tras leer rápidamente su contenido se hecho a reír.

- ¿De que te ríes mocosa? No me hace gracia.

Miku respiro ondo ante el mal humor de su hermana.

- No te amargues tanto hermanita.- Bromeo.- A mi si me hace bastante gracia, ¿Quien diria que tienes un admirador secreto?

Rin arrugo la hoja y la tiro al cesto.

- De seguro me están tomando el pelo.- refunfuño.

Miku suspiro derrotada. Ella era una romántica empedernida, le encantaban las historias de amor y le sobre exaltaba creer que su hermana seria la protagonista de una... pero sabia que Rin era demasiado realista y, aún que lo negara, nunca había creído en el amor.

- Eres una amargada ¿Lo sabias?

- Y tu una soñadora.

- Soñar es gratis.

Rin sonrio corto y leve. 

- Si... Pero las cuentan no. Así que mueve tu soñador trasero y ve a trabajar que llegas tarde.

- Si capitán.

Cuando Miku cerro la puerta la rubia de forma lenta y discreta tomo la única bola de papel dentro del cesto e intento alisarla. Volvió a leer su contenido y sonrió, en el fondo ella también era una soñadora y le gustaría pensar que no le estaban tomando el pelo pero conocía lo cruel que podía ser el mundo ( y por sobre todo el amor) así que con una sacudida se quito aquella ensoñación y se fue a dormir púes aquella noche seria la única libre en mucho tiempo.