Departamento 813 [Rin x Len] [Miku x IA]

Diecisiete: Para alguien especial.

Al día siguiente Rin obligó a su hermana a quedarse en  casa y salió rápidamente en dirección a Crypton Records pues en diez minutos tendría una reunión con su ex y posible futuro manager.

Crypton era un gran edificio hecho de cristal y acero, por dentro los sillones grises y blancos le daban un aspecto sofisticado a las paredes llenas de rayones hechos por los propios artistas. Rin observó con adoración la gigantesca marca de "vocaloid" escrita con lápiz azul y amarillo.

- Generalmente las borramos cuando los grupos se separan, pero yo prohibí que la tocaran.

- Fue un lindo gesto, gracias.

- De nada Rinny Winnie.

- ¿Como estas Oliver?

Rin se giró, mirando con ternura al hombre frente a ella.

- Extrañándolos, me alegra que llamaras.

Rin sonrió y en un arrebato de emoción abrazo fuertemente al hombre de cabellos dorados. Aspiró ese aroma de tabaco y cuero que siempre desprendía  y se dejó acariciar por el que había sido su mentor y mejor amigo.

- Te extrañe mucho Oli.

- Yo también te extrañé pequeña.

Rin se alejó y le dio una leve sonrisa.

- Ven, vamos a mi oficina.

Rin siguió al hombre de jeans y chaqueta por un amplio pasillo hasta llegar a u un montón de puertas.

- Wow, una oficina. Que elegante.- se mofó.- ¿Ya no ocupas el cuchitril del sótano?

- O no, hubo una infestacion de ratas y tuve que mudarme.

- ¿Te dieron algo desente?

- No preguntes, solo gózalo.

Justo en ese momento Oliver abrió la puerta de su oficina dejando ver un gigantesco ventanal por delante, ya dentro todo era simplemente perfecto. 

- Ok... definitivamente esto es mucho mejor que tú cuchitril.

Oliver sonrió, atravesó una fila de sillones y se sentó en su gran escritorio poniendo los pies sobre el mismo.

- Y dime ¿Lo pensaste bien?

- Si.

- ¿Y cual es la decisión?

- Volveremos, pero con unos pequeños ajustes.

Oliver sonrió.

- Esa es mi chica.- le lanzó un lápiz, Rin atrapándolo en el aire.- Tienes dos meses para encontrar mínimo a un reemplazo, de lo contrario no podrán volver como Vocaloid.

- Lo se.- admitió con un suspiro.- Me lo dijiste.

- Solo te lo recordaba.

El hombre le dedicó una sonrisa tranquilizante, sabía que para Rin este tema era delicado y, para mucho, estresante. De hecho el había sido quien tiempo atrás le había sugerido un sicólogo y seguidamente un cambio, habían sido días oscuros para la banda pero más para la pequeña chica frente a el.

- Y cuéntame pequeña Rin ¿Que te trae por aquí?

Rin pensó en el tiempo que había pasado sin escuchar aquellas "erres" tan pronunciadas y decidió que mucho, recordó cuando la primera vez que se vieron le preguntó la razón y este le contó que era Inglés.

- Quería verte.- contestó con seriedad.- Tengo algo muy importante que preguntarte y necesito que me respondas con la verdad.

Oliver alzó una ceja intrigado.

- ¿Que quieres saber?

Rin se sentó frente al rubio lo más seria que pudo y hablo:

- ¿Que paso con Len el día del accidente?

...

- ¡ESTOY  SÚPER ABURRIDA!

Exclamó Miku lanzando el control De la televisión a lo lejos. Llevaba todo el día en la casa y no tenía nada que hacer pues todo estaba hecho, había ordenado, hecho comida, alimentado al gato y leído hasta el cansancio.

Comenzó a dar vueltas por el departamento, los golpes le dolían y la hinchazón de su mejilla le palpitaba interminablemente pero no se iba a resignar a dormir todo el día. Llego a su habitación y se sentó en el borde de la cama mirando su estantería llena de libros haber si alguno le llamaba la atención, su mirada paseo por cada tomo hasta llegar cerca del suelo y ver algo que no era precisamente  un libro.

Sonrió, ya sabía qué hacer.

Se levanto y tomo la guitarra que Rin le había dado, se acercó a la estantería y sacó una gorda carpeta llena de rayones y dibujos, la abrió y encontró todas sus viejas partituras.

- Mucho tiempo sin verlas chicas.- saludo.

En aquellas partituras estaban plasmadas de miles y miles de canciones, algunas propias de vocaloid como de otros artistas.

Sacó la primera que encontró y al ver cuál era la miró con admiración en sus ojos, Kaito y ella la habían inventado...era una canción que nadie conocía salvo ellos dos. Sonrió Y junto a su guitarra la llevo a su sala, se sentó en la alfombra y comenzó a tocar los primeros acordes.

Esa canción estaba hecha para aquella persona que les robara el corazón, o eso habían dicho cuando pensaron en cantarla al público. Miku y Kaito se arrepintieron al último segundo y decidieron que era algo demasiado romántico, hermoso y secreto...algo escrito desde el fondo de sus corazones que solo aquella persona que los tuviera en corazón, cuerpo y alma la escucharía.

Los primeros acordes comenzaron a sonar, Miku no se atrevió a cantarla... solo la tarareo. Pronto cerró los ojos y dejó de lado la partitura, no la necesitaba esa canción era de ella, había nacido del roce de sus dedos y las cuerdas de su guitarra. La tocó como tantas veces lo había hecho pero esta vez había algo distinto, no sabía que era pero le gustaba...era una sensación nueva como de emoción, el corazón le palpitaba con fuerza y tocaba cada vez más segura sin abrir los ojos. Solo disfruto el momento.

Hacia el final los dedos le cosquilleaban y un incontrolable deseo de estar acompañada por alguien le comía las emociones.

- Dios... ¿Que es esto?.- Preguntó a la soledad de su apartamento.

- No lo se pero suena increíble.

Miku se sobre salto, aquella voz surgida de la nada la había asustado.

- Ahora... ¿Me abres la puerta? Necesitamos hablar.

Miku sonrió, abrió la puerta que daba a las escaleras del departamento 143 recibiendo a un hermoso par de ojos celestes.

- Debería de hacer este lugar anti ruido.

Ia sonrió sin mostrar los dientes y asintió.

- Quizás.

Pancha reportándose desde las lejanías. Espero les gustara el capítulo.

Ahora empieza lo entretenido de esta historia, la música. Por lo que si quieres o sugieres una canción para los siguientes capítulos coméntala aquí y hagamos de esto un poco más dinámico.

Pongan atención a este capítulo pues más adelante será importante.