Capitulo VII Esos cabrones

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Al caminar por el puerto nos encontramos con un local. Tres hombres sacaban cosas y amenazaban a una mujer para que les diera dinero. Estos tipos tenían armaduras y adivinen, el escudo de Alvin estaba en ellas.

Patan camina hacia ellos, cuándo está cerca golpea a uno en la cara, logra tirarlo al suelo. Los otros dos toman a Patan y lo golpean. No quisiera ser Patan, creo que debo intervenir, corro y golpeó a uno en la entrepierna, después de eso no estoy seguro en qué momento termine inconsciente en el suelo junto a Patan.
Siempre tengo sueños raros, está vez estaba volando, ya se, es una tontería, pero es un sueño. Entre las nubes estaba yo, parecía una ardilla voladora y al lado de mi un dragón negro, me sonríe y yo le regreso el gesto, el dragón empieza a hablar, es curioso su voz es muy aguda, como el de una chica, y ademas me era un poco familiar. 

-Hiccup - sonrisa.- Hiccup despierta, ¿Qué pasó aquí? - la voz se escuchaba más clara, y el sueño se desvanece en mi mente.
Frente a mí se encuentra Brutilda quien, por alguna razón, tiene pintada la cara de negro con blanco. 

- Unos hombres de Alvin, estaban saqueando el lugar. - Me levante con un dolor indecible en la cabeza. 

-Por lo menos tienes ropa. - Brutacio también tenia la cara pintada - Patan no tuvo tanta suerte - señala  a Patan quien sólo está en ropa interior, tenia piernas algo gordas.

-Lindo tatuaje Patan - en el pecho de Patan decía I love my mom, la letra era fea y temblorosa. Astrid solo reía. 

- En la taberna donde nos encontraron hay un señor virolo que hace esos tatuajes. - Bocon nos muestra su tatuaje que estaba en su estomago.

- Patapez, dime que tú no tienes un tatuaje así. - Astrid le pregunta y el mencionado solo desvía la mirada. - Eso si que esta de locos. 

- Eso no importa tenemos que encontrar a esos cabrones que se robaron mi ropa. - Patan trata de cubrirse con sus manos.

- Te vez muy lindo así. - Brutilda dice de forma seductora. 

- En realidad creo que yo tengo un trauma - Patapez trata te taparse los ojos. 

Después de conseguir ropa para patán, en realidad solo se cubre con una sabana. Preguntamos por el pueblo sobre aquellos hombres.

- Muy bien chicos ya saben qué hacer. - Nos desplazamos al rededor de un pequeño barco, Patan entra por el frente, aquellos hombres estaban contando el dinero, cuando ven a Patan se detienen.

- ¿Qué pasa chico? ¿Vienes por más golpes?.

- En realidad, vengo a destrozarles la cara horrorosa que tienen. - Los hombres se levantan y se acercan a patan. Pero aquellos hombres caen al suelo inconscientes, atrás de ellos estaban los gemelos y Astrid, con algunos palos. Los golpearon en la cabeza.

- Eso fue muy fácil. - Patan toma su ropa.

Cuándo aquellos hombres despertaron se dieron cuenta de que estaban amarrados y flotando con la ayuda de una pequeña balsa en medio del mar.

Johan nos recibió al anochecer en el  puerto, estábamos cenando con él en su camarote, era muy grande. Johan era un buen hombre, nunca busco el mal de las personas, decidió viajar por el insondable mar, recolectando objetos y vendiéndolos a personas que les interesaran, le gustaba el mar, el sonido de las olas y las gaviotas.

-¿Qué es lo que te desagrada de tu oficio? - Indagaba Brutilda

- El excremento que dejan las aves por las mañanas, el olor no es agradable con el calor. 

- ¿Como el cerebro de Brutacio al pensar? - Comento Brutilda sobre su hermano gemelo 

Todos reímos sobre aquel comentario, al acabar la cena yo me encontraba en la proa del barco observando las estrellas y pensando una buena excusa para decirle a mi padre sobre el por que me escape... me va a matar cuando regrese, ¿en que estaba pensando cuando me fui? 

- ¿En que piensas?- Fui sacado de mi mente por una hermosa mujer.

- En como salir vivo después de hablar con mi padre... - me di cuenta de lo que había dicho asi que decidí cambiar,hábilmente, a otro tema - ... digo... estoy elaborando planes de batallas de emergencia en caso de un ataque sorpresa... obviamente... - trate de sonar seguro y confiado, ella solo me miro extraño, creo que funciono.

- ah... ¿Estas pensando como volverte  escapar de tu padre? 

- ¿Tan obvio es? - bajo la cabeza para mirar el suelo, continuó dirigiendo mi atención al mar.

- Si - Astrid se acercó y ve el mar junto a mi. - Yo creo que muy pronto tu padre estará orgulloso de ti. - no puedo creer que diga algo así... si supiera que soy un caos no pensaría de la misma manera, solo le doy una sonrisa forzada. 

- Tal vez... después de un tiempo no pienses de la misma manera. - Me mira extrañada, luego vuelve a mirar al horizonte. 
- Eso no losé, espero estar cerca para descubrirlo. - Sonrió ante esas palabras.

Ese fue mi último buen recuerdo de aquella noche.

"EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora