El escorpion

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Templo de Escorpión

La brisa gélida acompaño al acuariano, sentía la confianza para entrar en los aposentos de su mejor amigo desde hacía ya bastantes años; incluso siendo las dos de la tarde, no le extrañó encontrarlo aún en la cama

-Levántate bicho, tenemos que ir a entrenar ¿o vas a desperdiciar esa energía en seguir durmiendo?- el dorado siguió su camino hasta el lugar donde su amigo estaba hecho bolita en su cama

-Vamos, tenemos un día bastante duro- noto una mata de cabello verde que no correspondía a su arácnido compañero

Con la sutileza que lo caracterizaba, se dio a la tarea de descubrir un poco las cobijas para encontrar los rostros aún durmientes de la cobra y el escorpión; vio con terror que su cava caería en manos de aquel que seguramente la destrozaría en un par de días

Se maldijo a sí mismo por no hacer nada para evitar que eso sucediera, y por los extraños sonidos que emitía por el coraje acumulado, Shaina comenzó a moverse un poco inquieta, abrió los ojos y se topó con aquel dorado que seguía en un shock bastante intenso

-¿Señor Camus, que hace usted aquí?- la joven se cubrió el cuerpo con la cobija e intuyó que era lo que estuvo haciendo en las habitaciones del dorado de la octava casa

Su blanco rostro se tiñó de carmín al ver el enfado del acuariano, quiso que la tragara la tierra en ese preciso momento pero Zeus no era tan generoso con ella, el caballero solo se limitaba a mirar cada uno de sus movimientos sin despegar la mirada de su desnudo cuerpo

-¿Me puedes explicar que hace esta amazona en tu cama?- la voz del francés resonó en toda la habitación e hizo que el escorpión se levantará inmediatamente, aún con un sueño y unas profundas ojeras

-¿Cuál muje....?- hasta el propio Milo se sorprendió al encontrarse cara a cara con la cobra, sus ojos recorrieron su rostro con sorpresa y con un profundo deseo que no había sido saciado la noche anterior

El Olimpo

La furia de Hefestos tenia incorformes a todos los habitantes del lugar de los dioses; cada hora se topaban con el estruendo de los martillazos del herrero, las maldiciones y su mal humor

Los rumores llegaron a oidos de Zeus que fue directamente a ver que era lo que sucedia, llego hasta sus aposentos y lo encontro durmiendo

-Creo que ya fue suficiente de tus berrinches, ¿no crees?- el horrible dios se levanto inmediatamente y se cuadro ante el padre de los dioses

-No encuentro el porque de su visita- Hefestos le dio la espalda e intento volver a dormir, no tenia la más minima intención de escuchar a su suegro

-No me gusta que me ignoren- el padre de los dioses lanzo infinidad de rayos sobre el cuerpo del dios que se encontraba ante él, pronto las marcas se volvieron llagas enormes desde el inicio de la espalda hasta las piernas, pero el orgulloso herrero no emitió sonido alguno; se quedo muy quieto esperando que Zeus se cansara y dejara el lugar

-Veo que tanto rencor y celos han logrado que no sientas dolor, me parece admirable de tu parte, tengo una oferta que te agradara- las palabras quedaron en el viento pero ninguno se movió de su lugar

Zeus se acercó, mirando cada una de sus movimientos, esperaba escuchar algún gemido de dolor por muy tenue que este fuera pero no hubo nada

-Te daré un cuerpo para tu venganza, pondré todas las cosas a tu favor para que cumplas tu cometido- los ojos del herrero miraron a su suegro con incredulidad

-¿Pero algo quiere a cambio, verdad?- la sonrisa del dios del trueno confirmó las sospechas de Hefestos

-Quiero que separes esa nueva amistad entre Afrodita y Atenea, no me conviene que esas dos se lleven así de bien-

Templo de Atena

-¿Una que?- la confusión en el rostro de Atenea molestó a la amazona, le parecía estúpido tener que pedir permiso para hacer una fiesta

-Una fiesta, un halloween, disfraces, musica, bebidas, bocadillos, cosas así- la diosa analizaba con cuidado cada palabra de Geist

-Me parece una buena idea pero no creo que los demás caballeros se presten para algo así, debes estar consciente que la gran mayoría son muy serios- la amazona arqueo una ceja y por dentro soltó una pequeña risilla por el comentario

-Permitame que sea yo la que lo constate, creo que con un poco de buena fortuna y solo una pizca de convencimiento, lograre que esta fiesta sea un éxito- Geist se veía muy segura de si misma, ya tenia el plan perfecto para convencer a los demás

-Bueno pero no quiero que esto sea un gran acontecimiento, sera mas bien como algo privado, los muchachos se merecen un poco de diversión después de tanto esfuerzo y guerras santas-

-Claro, Atena, estarás orgullosa de mi- la joven hizo una leve reverencia y dejo a una emocionada Saori quien nunca había participado en un halloween

Templo de cáncer

El italiano siguió sigilosamente al hermano de Camus, se percató que el rubio tenia cierto interés en su hermana

-¿Tu debes ser André, verdad?-

El fotógrafo nunca había entablado una conversación con el, incluso lo miro con desconfianza

-Así es, ¿pero a usted no lo conocía?- Angelo se presento de la manera mas tranquila que pudo, sabia que necesitaría toda la ayuda posible

-Mi nombre es Angelo, soy el caballero del templo de Cáncer, es un gusto conocerte-

Pasaron algunas horas platicando acerca de su trabajo como fotógrafo y al cangrejo le cayo bien el rubio; cuando llego el momento de la confianza, sacaron una botella de ron, y empezaron lo que seria una larga noche

-He visto que te agrada Shaina- el rubio sonrió calurosamente y no pudo evitar sonrojarse, la joven no le era indiferente por mas que tratara de ocultarlo

-Ella... hic... me ... hic... es.... linda- y al poco tiempo se quedó dormido, mascara levanto las cosas que utilizaron y se encargo de llevarlo al templo de su hermano, el frío Camus se sorprendió al ver a su hermano en brazos del desquiciado cangrejo

-Espero que este así porque se le pasaron las copas y no porque hayas querido probar nuevas experiencias-

-No soy tan asqueroso como tu con el bicho, a mi me gustan unas buenas tetas- el italiano se dio la vuelta y emprendió el camino a su templo, con la plena convicción  de que aquel muchacho seria su víctima para salvar a su hermana

Recinto de las amazonas

-Creo que debo pedirle una disculpa a la Cobra- Milo caminaba sigilosamente rumbo a la casa de la joven

Unos metros antes de llegar pudo escuchar una conversación que aunque lo negara no lo pareció que fuera prudente

-No me habías mostrado ese lado tuyo,Shaina, este fin de semana Saori se ira en un viaje, podemos pasarla bien- un acalorado Seiya tenia acorralada a la cobra en un pequeño rincón

-Mas te vale que te alejes de mi pegaso, ya no estoy interesada en ti, y tengo un compromiso con mi diosa, así que hazte a un lado- la voz de la joven empezaba a entrecortarse, el escorpión intuyó que el caballero de bronce estaba usando algo para someterla

Una especie de rabia creció en su interior, sentía la necesidad de mandar al diablo a aquel insolente pero también una parte de el le impedía inmiscuirse

-¿Porque habría de meterse un caballero dorado en este tipo de asuntos de caballeros inferiores?- se dio la vuelta tratando de alejarse

De repente una voz dura, áspera y muy fuerte sonó en su cabeza, taladraba su cerebro con una inmensa intensidad, aquella voz la había escuchado anteriormente pero con desviar un poco la atención se le pasaba

-Es hora de tomar el control...- fue lo ultimo que Milo supo de si

La otra cara de MiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora