Olimpo
Los rayos de la mañana despertaron a una inquieta Afrodita, estaba muy nerviosa pues había recibido un mensaje de su amante pero no debía hacerlo saber pues de eso dependería su encuentro
-Te extraño tanto- la diosa se abrazó a si misma, estaba tan cansada de su relación que ya no quería ver a su horrible esposo, por esa razón le había pedido reencarnar a su padre
-Tu padre te esta buscando- la indiferencia le cayó de peso a la bella mujer, que sólo levantó la cabeza y asintió sin darle mucha importancia
-Espero que sea algo importante y no me vaya a quitar el tiempo- la diosa se levantó de la cama con toda la elegancia con la que poseía y pasó junto a su marido sin mirarlo siquiera
Se dirigió al aposento de su padre, llamó a la puerta y espero pacientemente a que le permitieran pasar, la joven diosa contoneaba sus caderas sensualmente pero inconscientemente, su rubia cabellera eran como rayos de sol y su mirada envolvía a cualquiera
-¿Deseabas verme?- la formalidad en el léxico de Afrodita inquietó al viejo
-¿Desde cuando eres tan ceremoniosa, hija mia?- la joven se sentó en un pequeña silla y lo miró con desdén
-Desde que mi padre, no me ama- la mirada de reproche que Afrodita le dedicó hizo que Zeus se irguiera en toda su estatura
-No es que no te ame, hija mia; lo que sucede en este caso es que eres muy caprichosa pero me regocijo en comunicarte que voy a cumplir tu deseo- el rostro de la bella joven se iluminó notoriamente
Recinto de las amazonas
Su vestido negro era entallado y con pequeñas piedras en el escote, había procurado elegir algo no muy llamativo ni atrevido; no quería que el arácnido malinterpretara su vestimenta y quisiera sacar ventaja
-Porque fui tan descuidada, porque no previne que algo así pudiera suceder- la amazona se reprendia mentalmente una y otra ves
Llamaron a su puerta con delicadeza, la mujer suspiro larga y amargamente antes de abrir y encontrarse con su peor pesadilla. Cuando abrió la puerta pensó seriamente que se había equivocado, lo que vio en su puerta era algo que no había visto ni en sus mejores sueños: un enorme ramo de rosas rojas que olían a colonia de hombre la impactaron
-Señorita, un pequeño presente que no se compara en nada a su belleza- la sensual voz de Milo cautivó a la peliverde
-Gracias, son muy hermosas- el hombre se adentró a la cabaña y colocó el monumental ramo delicadamente sobre la mesa
Shaina no salía de su expectación, observó maravillada las flores, como había podido averiguar que las rosas rojas eran sus favoritas...
-¿Shaina...?- el peliazul la esperaba en la puerta sin ninguna cara de deseo o algo parecido, otra cosa que la inquietó
-Disculpa, es que me encantan las rosas- comenzó a sentir un pequeño rubor en las mejillas cuando lo vio sonreír
-Es un gran alivio, no sabía cuál elegir; así que escogí a mi gusto- el muchacho le extendió el brazo -¿nos vamos?-
La joven asintió y tomó su bolsa, él le cedió el paso con caballerosidad; bajaron las escaleras del coliseo en silencio, estaba demasiado ocupada pensando quien era el hombre que la acompañaba, seguramente había secuestrado al verdadero Milo y tomado su lugar, era completamente imposible que el caballero de la octava casa fuera quien la llevara del brazo, era algún tipo de hechizo o ella se estaba volviendo loca
Restaurante Sapphira
El caballero dorado descendió de su Mustang con elegancia, abrió la puerta a la joven y la condujo al lobby del lugar, entregó las llaves al muchacho del valet parking
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La otra cara de Milo
FanfictionMilo de Escorpión, el hombre imperfecto e irresistible, ¿podrá conquistar a la única mujer en la faz de la tierra que es inmune a sus encantos? Fanfiction de Saint Seiya (Los caballeros del Zodiaco) de Masami Kurumada, sin fines de lucro.