Cuando se miran | Hansy {COMPLETA}

Capitulo 13

CUANDO EL MUNDO SE DETUVO

Las carcajadas de James se escuchaban desde el otro lado de la estancia. El furioso chapoteo que hacían sus pequeñas manos y piernas contra el agua había convertido ya en un pequeño lago la rosada moqueta. El pobre pato amarillo se hundía sin compasión a cada movimiento, mientras el chiquillo desnudo y mojado reía feliz la travesura. Pansy clavo sus risueños ojos azules en los castaños de su "madre", quien la miraba sonriente y feliz, esperando a su lado con la suave toalla entre las manos. Del otro lado de la estancia, su sonriente "abuelo" soltaba risitas por lo bajo, mientras observaba a su hija y a su esposa, completamente empapadas.

El pequeño James balbuceaba mientras ofrecía el pato amarillo a su madre, mientras con la otra mano tallaba sus ojos con fuerza, somnoliento. La tibieza del agua, junto al aroma y textura de las sales de baño, estaban logrando su cometido: que el pequeño merodeador finalmente se rindiera al sueño. La mujer mayor lo tomo entre sus brazos, rodeándolo con la mullida toalla amarilla, dejando apenas visibles los verdes ojos, sujetándolo con fuerza entre sus brazos para evitar que se deslizara hasta al suelo, de tal manera eran los frenéticos movimientos. A James Potter-Parkinson no le gustaba estar apretado, y mucho menos, quieto.

La feliz abuela lo dejo en medio de la amplia cama, mientras buscaba la ropita que cubriría el cuerpecito de 6 meses de su nieto. Del otro lado de la habitación, su madre se afanaba en buscar todos los implementos para colocarle el práctico y cómodo pañal que evitaría indeseables accidentes. Los adultos sonrieron, mientras escuchaban los alegres gorjeos del pequeño, quien agitaba con fuerza sus pequeños puños y pies, soltando felices carcajadas. De improviso, el niño se quedo muy quieto, y después de unos segundos, soltó un alarido. Al principio, los tres adultos se quedaron muy quietos, pasmados ante el nivel de llanto del infante, pero segundos después, tiempo les había faltado para saltar hasta el y verificar por todos lados que era lo que le ocurría al menor. El llanto era desgarrador, como si tuviera la piel en carne viva.

Entonces Pansy lo sintió. O lo que era lo mismo, dejo de sentirlo.

En medio de su pecho, un enorme vacío se abrió paso, desgarrándola y dejándola sin aliento, como si le hubieran golpeado con fuerza. Las piernas le fallaron, y mientras caía al suelo completamente mareada, el grito que salió de su garganta rivalizo durante algunos segundos con el de su hijo, quien seguía llorando desgarradoramente. Sus padres, empero, se habían quedado observándolos fijamente, sin siquiera atinar a moverse, pues no sabían que era lo que ocurría, y además, no decidían a quien atender primero.

Las lágrimas corrían a raudales por sus mejillas, mientras el aire se atoraba en sus pulmones. La vista se le había nublado y solo podía ver imágenes difusas, bultos oscurecidos frente a su rostro. Su cerebro, completamente embotado, únicamente atinaba a repetir una y otra vez las mismas palabras "Harry no, Harry no"

Lo sabía, siempre lo había temido, pero al final, simplemente había esperado que tuviera alguna posibilidad de escapar con bien, de verlo regresar a sus brazos con vida, pero finalmente, el destino que durante tantos años había rehuido al moreno lo había alcanzado. Se levanto como pudo, su cuerpo sacudido con violencia por fuertes sollozos, dirigiéndose hacia la cama. Tomo entre sus brazos el cuerpecito de su primer y único hijo, arrullándolo contra su pecho, tratando de que el chiquillo dejara de llorar, pero era imposible, pues entre mas lo arrullaba éste mas lloraba. Y ella lo comprendía, vaya que si.

Sus padres la rodearon, tratando de calmarles a ambos, pero ni las palabras de consuelo confundido, ni los arrullos que pretendían ser tranquilizadores surtieron efecto. Y Pansy se sintió mas miserable aun, porque sabia que tal vez Hermione también hubiera perecido ya, y sus padres jamás lo sabrían...