Capitulo 10

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REMOLINO DE EMOCIONES

Pansy se detuvo de improviso, mientras el aliento se escapaba de sus rojos labios. La visión de la playa de arena blanca, y el mar tan azul a la distancia, la dejo estupefacta. Sus ojos azules se llenaron de la magnificencia del cielo del mismo tono, de un límpido azul mostrando orgulloso la ausencia de nubes. El sol brillaba con fuerza y calentaba su piel, haciéndole estremecer. Los ríos de agua salada acudieron a sus ojos ante el espectáculo de la naturaleza, haciendo camino por sus mejillas hasta perderse en su fina blusa celeste.

Hacia tres meses que estaba ahí. Tres meses desde que Hermione Granger la había tomado de la mano, con sus pertenencias encogidas en el bolsillo, y con un susurrado "libertad", había activado el traslador que las había llevado a aterrizar a las afueras de Queensland, en Sunshine Coast. La llevo sin dilación a una pequeña casita blanca, donde una pareja de adultos la esperaban. Al instante en que los vio supo quienes eran. Hermione le contó que había tenido que Obliviatear a sus padres, para evitar que los mortifagos los asesinaran, y que ahora ella iba a fungir como su hija.

Ella.

Pansy Parkinson iba a ser una hija de muggles.

Había cambiado sus nombres e implantado recuerdos falsos para que ellos cuidaran de ella. Ya no seria una Parkinson, ahora su nombre era Samantha Jones, hija de Sylvia y Thomas Jones.

Muggles.

Estuvo a punto de hacer un berrinche, pero la castaña la había silenciado al recordarle que tenía que seguir el juego si no quería morir. Y realmente quería seguir viviendo mucho tiempo mas, muchas gracias.

Así que ahí estaba, con poco mas de siete meses de embarazo, mas gorda que una vaca, sola.

Bien, no estaba sola, sola. Los padres de Hermione, sus padres, la cuidaban y la procuraban con mucho cariño, pensando que ella era su hija en realidad. Y aunque disfrutaba los mimos y cuidados que ambos le daban, pues sus verdaderos padres nunca hubieran hecho eso por ella, se sentía como una ladrona, al robarle esos momentos a Hermione.

Suspiro, mientras una sonrisa boba se dibujaba en sus tiernos labios. El bebe había comenzado a patear su estomago, y cada vez que lo hacia, ella acariciaba los puntos sobre su piel y sonreía bobamente. Al principio, se sentía cohibida, incluso avergonzada de que alguien pudiera verla. Pero como nadie además de los padres de Hermione la conocían, fue relajándose con el tiempo y ahora no paraba de demostrar su amor para con su hijo. Su hijo y de Harry.

Su semblante se oscureció al recordar las escenas entre Harry y Chang. A veces, durante la noche, cuando entre los doseles de su cama se encontraba verdaderamente sola, las lágrimas acudían a sus ojos, amargándole el corazón al recordar como Harry había dejado de amarla. Sabia que era su culpa, porque ella lo había querido así, pero aun así le dolía, porque de verdad lo amaba, y lo que había hecho había sido por el bien de ambos.

Sin embargo, y a pesar de saber que ella misma lo había provocado, no dejaba de sentir la hiel derramarse por su boca, cuando recordaba y la ira y los celos corrían por sus venas como lava ardiente. Si no estuviera en esa situación, lo primero que hubiera hecho cuando los vio en esa actitud, fue comenzar a cruciar a la oriental hasta volverla tan loca como sabia estaba Bellatrix Lestrange.

Escucho que la llamaban y se dio la vuelta. Su "madre" caminaba hacia ella con una sonrisa en la boca, y una canastita en las manos. La boca se le hizo agua cuando pensó en el almuerzo, y le sonrió de vuelta, mientras caminaba hacia ella.

Aunque mas le valía cuidar un poco lo que se llevaba a la boca...











Se inclino contra un árbol mientras trataba de llevar aire a sus pulmones. El recuerdo de unos preciosos ojos azules, mirándolo brillantes de amor y ternura le estaban enloqueciendo. Hacia varios meses que no sabia nada de ella, y aunque esto no debiera preocuparle, lo hacia.

Cuando se miran | Hansy {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora