-¡Quedaron perfectas! – exclama Claire cuando entra en la cocina y ve nuestras magdalenitas terminadas y decoradas.
Dan aun sigue peleándose con la manga y la purpurina comestible intentando decorar dos magdalenas.
-Yo quería una niña – dice abrazándome y me da la risa.
-Pues ya sabes, Dan, cuando quieras un falda me la pides, eh – Claire también se ríe con la cara de mi amigo.
-Deberías venir más veces – me dice Claire separándose un poco pero abrazándome igualmente – De hecho, ¿qué te parece si mañana vienes a comer?
-Me encantaría Claire, pero tengo que cuidar de mi hermano – le respondo cortésmente.
Me quito el mandil bajo su atenta mirada.
-¿Cuántos años tiene?
-Quince.
-Pues tráelo, tiene la misma edad que Marc.
-Mamá, mañana viene Ellen, ¿recuerdas? – le dice Dan con una expresión de disculpa hacia mí.
-¿Y? – pregunta Claire.
-Eli no se lleva demasiado bien con Ellen.
-Dan, no te cortes, simplemente no la soporto – le digo sinceramente a Claire.
Ella me dedica una sonrisa de comprensión.
-Te diré un secreto – se acerca a mi oído – Yo tampoco y me gustaría tener un poquito de ayuda en casa, ¿vendrás?
-Si a Dan no le molesta, a mi tampoco – este me sonríe y articula un inaudible “gracias”.
-Perfecto, voy a ver si Marc ya está dormido. Cielo mañana trae a tu hermano – me dice Claire antes de salir de la cocina.
-Gracias por soportar a mi madre y ayudarla – susurra acercándose a mí.
-De nada, pero soy yo la que debería darte las gracias, a ti y a ella. Enserio, tu madre es un amor, Ellen tiene mucha suerte de que Claire vaya a ser su suegra – le respondo.
Me pongo de puntillas y le doy un beso en la mejilla.
-Mañana nos vemos.
Dan me acompaña hasta la puerta sin decir nada y cuando me subo a mi camioneta, me siento a salvo. Será mejor que me acueste rápido en mi camita, mañana tendré que lidiar con la insoportable de Ellen.
Recojo a Cat que aun no está borracha y conduzco todo lo rápido que mi vieja Chevy me lo permite.
-¡Shh! ¡No hagas ruido! – exclamo en un susurro.
-¡Ajá! ¡Os pillé! – exclama mi hermano en voz baja.
-Tú calla niñato que tu madre ya sabe que íbamos a llegar tarde – le dice Cat.
-Freddie, mañana vamos a comer fuera, ¿vale? Tú y yo con unos amigos, ¿quieres?
-Cualquier cosa con tal de librarme de mamá un sábado – dice muy contento.
Subimos a nuestras habitaciones sigilosamente, Cat y yo nos metemos en mi cama mientras hablamos de lo que hizo cada una esta noche hasta quedarnos dormidas.
. . . . .
Mi despertador me martiriza la cabeza con una insoportable “pi, pi, pi, pi, pi, pi, pi…” así que, por accidente, claro, al intentar apagarlo de doy demasiado fuerte y acaba un poquito roto.
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Amor, Sexo Y Otras Drogas ©
Teen FictionEli, la ingenua Eli no sabe que tiene prácticamente a todos los miembros masculinos del instituto (y de por dónde pase) detrás de ella, sin embargo, a pesar de poder tener a cualquier chico que se propusiera, ella está enamorada de su mejor amigo Da...