14. Visita Sorpresa.

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Yo sabía muy bien lo que era el dolor pero nunca pensé que podría llegar a este grado de sufrimiento. Falta una semana para mi cumpleaños, ya pasaron cuatro días desde el video anónimo, cuatro días de llantos continuos en los que lo único que me ayuda a callar son los deliciosos labios de Luke sobre los míos. No sé lo que somos, pero sí sé que él consigue hacerme olvidar todo durante un diminuto ratito que, aunque corto es suficiente para ayudarme a superarlo poco a poco.

Luke vio el video, lo único que dijo fue “Realmente es idiota” y “¿Seguro que hablaba de ti?”

Alguien llama al timbre e inmediatamente oigo el grito de Bethany desde la habitación.

     -¡¿Podéis abrir vosotros?! – me levanto yendo hasta la puerta de madera y me pongo de puntillas para mirar por la mirilla.

Dos mujeres rubias, las dos bonitas e impacientes esperan mirando fijamente la puerta. Cuando voy a quitar la cadenita de seguro Luke se me adelanta y apartándome suavemente me mete detrás de él y abre, sus ojos se abren de golpe al ver a las dos mujeres.

      -¿Mamá? – exclama en un grito ahogado.

      -¡Luke! – la mujer de ojos azules abraza al rubio entre sus brazos mientras a la otra me observa atentamente con el ceño fruncido.

Me siento terriblemente incómoda.

      -Umm… Lia, mamá esta es Eli; Eli mi madre, Jenn, y la de Bethany, Lia. Eli es una amiga, ¿entráis?

      -¿Aviso a Beth y a Cat de que no hagan ruido? – le susurro al oído, Luke asiente mientras guía a las dos mujeres tremendamente atractivas hasta la sala de estar.

Entro en la habitación de Cat sin llamar,  por raro que suene sus extrañas posiciones en plena desnudez ya no me molestan o incomodan en lo más mínimo.

      -Bethany, ¿podéis dejar de… gemir o gritar? Tenemos visitas – les digo.

Las dos locas que tengo como amigas se sientan mirándome sin comprender, ¿cómo pueden dejar estas cosas con tanta facilidad?

      -¿Puedes explicarte mejor? ¿Qué visitas? – pregunta Cat.

      -Tú madre y la de Luke. Umm… Lia y Jenn, creo.

      -¡¿Mi madre?! – exclama la morena.

      -Shh… - le digo.

Bethany se envuelve su pequeño y bonito cuerpo en una fina bata de seda negra y sale de la habitación sonriente, nos guiña un ojo y cierra la puerta. Cat me mira interrogándome con los ojos y yo me encojo de hombros. Cuando Cat está mínimamente vestida salimos de la habitación hasta la cocina y nos quedamos ahí mirando la televisión.

      -¿Crees que habrá pasado algo? – le pregunto a Cat.

      -Que va – dice haciendo un gesto con mucha pluma tirando un botecito de miel causando un gran estruendo.

      -¡CAT! – Grito empezando a correr detrás de ella alrededor de la isla de la cocina mientras escapa entre risas - ¡Vuelve aquí, pelirroja!

      -¡¿Eli?! – nos paramos al acto y miramos a los dos hermanastros que nos miran divertidos negando con la cabeza.

Señalo a Cat.

       -¡Empezó ella!

Luke estalla en carcajadas y Cat sonríe tímidamente mirando la miel desparramada en el suelo.

      -Eli siéntate – me ordena Luke.

      -Cat limpia eso. – le ordena Bethany.

      -P-Pero…

      -Pero nada, ¡límpialo! – exclama Bethany intentando contener una sonrisa.

Luke se acerca a mí y me sienta sobre un taburete besándome, le rodeo la cintura con las piernas y entierro las manos entre su pelo acercándolo más a mí. Una tos hace que nos separemos, yo me ruborizo e intento apartarme todo lo posible pero Luke no me lo permite.

      -¿Pasó algo? – pregunta amablemente Jenn.

      -Cat tiró un botecito de la preciada miel de Eli al suelo – ríe Luke, le doy una colleja y aparto la cara cuando intenta volver a atrapar mis labios entre los suyos.

Después del pequeño momento de vergüenza, Bethany y Luke vuelven a la sala de estar con sus madres y no salen hasta la noche.

Luke entra en la habitación de Cat seguido de Bethany, donde mi pelirroja y yo nos entretenemos mirando unos juguetitos de Bethany.

      -¡Hey! – Exclama la dueña de estos al vernos – Esto no se toca – murmura con los ojos entrecerrados amenazadoramente quitándonos su preciado vibrador de brillantes.

Luke se sienta a mi lado apoyando su pecho en mi espalda, el mentón en mi hombro y entrelazando sus piernas con las mías.

      -Nunca probamos ese, ¿verdad? – le pregunta Cat, Bethany niega con la cabeza y un destello malicioso brilla en sus ojos.

      -¿Quieres probarlo? – ante la cara de póker de Cat, Luke suelta una carcajada pero no se mueve.

      -Hey, si vais a hacer algo dejadme salir antes – exclamo intentando salir de esa habitación que ahora tiene un ambiente opresivo, solo para mí, claro.

Pero ninguno de los tres me permite salir hasta que terminan con su instructiva clase.

Holaa, no me gusta dar la lata pero no actualizo hasta que tenga 3 comentarios mínimos, besos :**

Amor, Sexo Y Otras Drogas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora