19. Solo mía. Solo tuyo.

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Dan.

Los celos casi acaban conmigo pero esa no es escusa para hacer sufrir a Eli de esa manera Darla nos contó a Rober y a mí que alguien, que creo que ya sé quién es, le mandó cierto vídeo a Eli. Juro que cuando lo vi casi rompo el móvil, ¿por eso estaba tan enfadada? Salí corriendo de allí y me metí en el coche sabiendo perfectamente a donde ir.

Ahora estoy en la paya pero hay un problema, Eli no está aquí, ¿dónde coño está? Un trueno suena en el cielo y unas finas gotitas de agua empiezan a caer desde el cielo, no sé porqué pero algo me hizo desviar la mirada al acantilado.

Una figura.

Femenina.

Desnudándose.

Y saltando.

Un grito me desgarra la garganta. Joder, ¿qué le pasa por la cabeza a esa morena? No sube a la superficie. No sube. No respira. No jodas… Me quito la chaqueta, la camiseta, el calzado, los calcetines, y el reloj y los tiro en la arena.

¡La mato! Me meto de lleno en el agua buscando su fina figura pero no la veo. El miedo empieza a crecer en mí, <<está bien, está bien, está bien…>> me repito como un mantra pero eso no hace otra cosa más que ponerme más nervioso y de repente la veo está sumergida moviendo simplemente los brazos y las piernas en movimientos suaves. No intenta subir es como si el temporal no le afectara lo más mínimo, como si estuviera nadando en la piscina de mi casa como cuando éramos pequeños.

Si hay una ventaja de estar bajo el mar es que por mucho que llores nadie se dará cuenta. Consigo llegar hasta ella y cogerle una mano pero una fuerte corriente me vuelve a alejar y de pronto la veo golpearse la cabeza y cerrar los ojos, no se mueve, no respira, pero sonríe.

La cojo de la cintura y nado hasta la orilla con las pocas fuerzas que me quedan, no dejaré que se la lleven. Ella es mi luz, mi vida, mi todo.

Parece que simplemente duerme tumbada en la arena pero es imposible intentar pensar eso cuando no la ves moverse en sueños, hablar o respirar.

Le tapo la nariz apretándola entre el dedo gordo y el índice y le abro la boca para intentar darle algo de aire, repito ese procedimiento seguidamente después de presionar su pecho.

Vamos, vamos, respira. Oigo una tos y la miro a la cara, respira. Dios… suelto un suspiro de puro alivio y la sujeto entre mis brazos.

      -¿Dan? – susurra apenas capaz de hablar.

      -Si vuelves a darme un susto así te juro que… - pero soy interrumpido porque sus labios chocan contra los míos suavemente exigiendo una respuesta por mi parte y en pocos segundos le correspondo al beso.

La quiero, y pensar que estuve a punto de perderla me pone enfermo. Yo sabía que la quería, siempre lo supe, pero no quería aceptar que me había enamorado como un idiota de mi mejor amiga. Cuando nos separamos sus ojos me escanean y me dan tiempo a asumir todo lo que acaba de pasar.

      -¿Estás loca?

Su sonrisa radiante me deja atontado durante unos segundos hasta que oigo su voz de nuevo.

      -Por ti.

      -Ya hablaremos de eso después… - gruño mientras la levanto en brazos.

      -No, necesito hablar ahora de eso – me dice con decisión.

Eli.

Suelta un bufido de frustración. Estoy tiritando a pesar de ser principios de verano, pero eso es lo que menos me importa. Dan me pasa su camiseta

      -Póntela. – vamos.

Se pone el pantalón y sus habituales Converse iguales a la mis favoritas, pero unos números más grandes – y caminamos en silencio hasta el coche.

De repente en vez de abrir la puerta me acorrala contra un lado de la furgoneta y me besa, me besa igual que aquella vez hace dos años en un pequeño cuartito de Dany´s, me besa como si llevara haciéndolo todo su vida. Enredo una mano en su pelo mientras que la otra la deslizo bajo la camiseta para acariciarle la parte baja de la espalda.

      -Te quiero – susurro llorando.

Dan me mira atónito. Sí, yo también estaría así…

      -Y yo a ti.

      -No Dan, no como amigos o hermanos, como algo más… - susurro sin poder seguir la frase ahogada por el llanto que se acumula en mi garganta, las lágrimas en mis ojos y los mocos.

      -Eli, te quiero – dice segundos antes de cogerme el mentón para volver a besarme, de forma más pausada y dulce esta vez.

Me seca las lágrimas entre beso y beso dulcemente con los pulgares y me mete en la furgoneta.

      -Dan, tengo que ir a por mi ropa, mi móvil y las llaves – le digo intentando salir, pero me lo impide.

      -Voy yo, ¿dónde las dejaste?

      -En el acantilado menos mis Converse que están en mi coche nuevo.

El moreno me da un beso más y sale corriendo a por mis cosas. Me siento en el cielo.

Cuando vuelve mete todo en la guantera y me acerca más a él.

      -No quiero volver a casa, me deprimiría – le digo apoyando la cabeza en su hombro.

No dice nada, se dedica a sonreírme y conducir mientras escuchamos música. Cuando me doy cuenta de a dónde nos dirigimos me pongo tensa.

      -Mi hermano está con Fred.

      -No es tu hermano quien me asusta – le aseguro mirándolo – Tenemos que hablar, ya.

      -Eli, ¿qué quieres que te diga que no te haya dicho?

      -Pero tú estás con…

      -En aquel vídeo de quien hablaba era de Ellen, no de ti. – me dice parando el coche.

¡¿QUÉ?! No sé si sentirme aliviada o cabreada por culpa de mi paranoica mente.

      -Estoy paranoica, de verdad…

Dan me coge el rostro entre las manos y me besa, su lengua juega con la mía provocándome escalofríos de placer. Gimo.

Cuando nos separamos estoy roja de vergüenza y Dan sonríe como un niño el día de Navidad. Antes de nada me quito la camiseta de Dan y se la doy, él se la pone y me tapa con su chaqueta de cuero. Wow…Cuero contra la piel desnuda. Cojo mi ropa, el calzado, el móvil y las llaves y salgo del coche caminando hasta la entrada de la casa descalza de la mano de Dan.

      -Mamá ya estoy en casa – dice Dan bastante alto.

Claire, la madre de Dan sale de la cocina y al vernos se queda paralizada.

      -¡Eli! – Exclama viniendo hacia mí – Aish… mi niña. – me dice abrazándome.

     -Mamá la vas a ahogar. Y es mía, mi chica – le dice Dan acogiéndome de las caderas para acercarme a él.

Claire me suelta de mala gana hasta que entiende las palabras de su hijo. Sin embargo, contrariamente a lo que espera sonríe ampliamente  y mira las manos de Dan entorno a mi cintura fina y desnuda.

     -Si es que ya sabía yo… - se encamina a la cocina – En fin, la cena está lista en una o dos horas – nos dice ya en la cocina.

Me doy la vuelta entre los brazos de “mi chico”

      -¿Ves? A eso me refería, ¿soy tu chica?

      -Solo mía, y yo solo tuyo.

Holaa, solo falta el último capítulo así que dejadme unos cuantos comentarios y votos por favor. Gracias de nuevo a todas los que me apoyan y uuchos besitos, en el capítulo anterior fueron 4 cmentarios así que en este tienen que ser mínimo 5. Besos :**

Amor, Sexo Y Otras Drogas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora