La de la foto es Bethany. Este capítulo y los siguientes quizá tengan alguna que otra escenita un poco subida de tono, pero nada más:
Poco a poco me doy cuenta de que apenas sabía nada sobre Luke y Bethany, son hermanastros. La madre de Luke es bisexual y cuando su marido la dejó tirada después del divorcio se quedó fatal, a pesar de eso siguió por Luke y cuando este tenía diez años más o menos conoció a la madre de Bethany y se casaron. Bethany y Luke llevaban un tiempo recorriendo todo el mundo pero cuando legaron aquí, a Hawai decidieron quedarse un tiempo, sus madres viven en Miami.
Luke se encontró con su padre hace poco en alguna ciudad de Canadá, según él, sigue tal y como lo recordaba un verdadero gilipollas rubios de ojos azules que además que pasarse casi todas las noches borracho de fiesta en fiesta engaña a su mujer siempre que puede.
Bethany, en cambio, es adoptada. Su padre no la quería y su madre era un putón de mala muerte que hacía cualquier guarrada solo porque alguien le calentara la cama, su madre adoptiva Lena se la encontró en la calle arrastrando una muñeca de peluche y mirando con desesperación un puesto de golosinas.
Esa parte me causó cierta gracia, mi madre me encontró a mí en la misma situación en una fiesta en el pueblo de mi abuela, la diferencia es que yo no era una niña abandonada.
-No sé cómo eres capaz de comer eso – dice Luke mirando el tarro de miel en el que hundo el dedo una y otra vez provocando miradas golosas y lujuriosas de mis dos amigas.
-¿No te gusta? – le pregunto traviesa chupándome el dedo.
-Sí, sí que me gusta, pero en cantidades menores – murmura dándole un repaso rápido a mi cuerpo.
-Dios…ahora entiendo eso que dicen de la tensión sexual – susurra Bethany.
Lo dijo con tal seriedad que Luke, cat y yo no podemos hacer otra cosa más que reírnos ante su fascinación por el arte de la seducción, la perversión y el sexo.
<<Hola Eli, sé que probablemente estás algo más que cabreada con nosotros pero lo importante es que estamos bien, ¿tú también, no? ¿Qué tal mamá? – Reconozco el sarcasmo en la voz de mi hermano – no pensé que fueras a dejarla sola. Umm… dato, papá está en el hospital, por si quieres pasarte, digo. Danna y yo estamos en casa, mamá nos contó todo, ¿enserio te fuiste así sin más? Tienes más ovarios de los que pensaba hermanita. Me niego a pensar que dejaste todo para irte a ver mundo por ahí con tu amiguita del alma Cat, y menos que dejaste a tu querido Dan solo. Llámame cuando oigas el mensaje, si quieres claro>>
Mis ojos están rojos y todos me miran estupefactos.
-Lo siento – sollozo antes de correr hasta mi habitación.
Yo sí que no me puedo creer que mi propio hermano me haya hecho esto.
. . . . .
-¿Irás? – me pregunta Luke sentándose a mi lado en el sofá.
-No tengo ni idea de lo que voy a hacer, Luke. La verdad es que no quiero volver si es eso lo que preguntas – murmuro apartando la cuchara llena de helado de chocolate cuando intenta comérselo.
-Pero se supone que es tu familia, ¿no?
-Mi padre confía en mí, sabe que todo lo que hago es por una buena razón.
-¿Y cuál es tú razón en este caso? – me pregunta con una ceja enarcada.
-Vivir.
Él me sonríe y me da un beso en la sien.
-Estos días estás un poquito cursi, ¿no? – le pregunto apartado al mirada de la televisión.
-Es el efecto “Elicia” – me responde socarrón.
Lo apunto con la cuchara llena de chocolate.
-No vuelvas a llamarme así – gruño intentando reprimir una sonrisa, me es inevitable no sonreír, Luke sabe que no se lo digo en serio.
-Elicia – susurra en mi oído.
Me quita el tarro de helado apartándose de mí rápidamente mientras saca pequeñas cantidades de helado con el dedo.
-Está riquísimo Elicia, ¿por qué no vienes a probarlo?
La cara me arde de enfado y sé que como vuelva a pronunciar mi primer nombre completo de mis orejas saldrá un humo gris que no presagiará nada bueno. Doy un salto levantándome del sofá y en dos segundos estoy frente a Luke arrebatándole el helado después de darle un golpe de lado con mis caderas.
-¡Au! – me doy la vuelta y lo veo en el suelo.
Mi corazón se derrite un poquito.
-Luke… - murmuro tanteando el terreno - ¿Estás bien?
No responde. Me acerco más a él y me agacho a su lado cuando lo veo levantar la vista y tumbarme en el suelo junto a él con una sonrisa maliciosa aflorando en las comisuras de sus labios. Está subido a horcajadas sobre mí impidiendo que mueva los brazos retenidos por sus piernas. El helado está a la derecha de mi cabeza y parece que me mira como si intentara reírse de mí, Luke se lo acabará y yo me quedaré aburrida terminando de ver la película con unas miserables palomitas de microondas.
-¡Luke! – grito con voz a punto de una rabieta de niña mimada, porque, al fin y al cabo eso es lo que soy - ¡Luke suéltame!
Él se ríe pero se levanta y me ayuda a levantarme pero al final acabo quedándome de rodillas frente a él. Llevo unas simples bragas una camiseta negra de tirantes y sin sujetador, que deja poco a la imaginación, llevo el pelo suelto, en una mano el tarro de helado y en la otra una cuchara, mi trasero descansa sobre mis talones, tengo las piernas ligeramente abiertas y la perfectamente notable erección de Luke me hace sentirme rara. Me siento sexy, y estoy excitada de rodillas frete a un chico guapísimo, ¿cómo acabará esto?
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Amor, Sexo Y Otras Drogas ©
Teen FictionEli, la ingenua Eli no sabe que tiene prácticamente a todos los miembros masculinos del instituto (y de por dónde pase) detrás de ella, sin embargo, a pesar de poder tener a cualquier chico que se propusiera, ella está enamorada de su mejor amigo Da...