Capitulo 1

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Aria


Esa noche soñé con un par de ojos color ámbar que me miraban.

Conocía esos ojos, los había visto por primera vez cuando tenía cinco y él ocho, y había soñado con ellos los diez años que le siguieron.

Hasta que los sueños se volvieron pesadillas.

Podía culpar a Jordan de muchas cosas en mi vida, como mi vicio a los cigarrillos o mi miedo a los libros de Stephen King (y a los payasos), pero supongo que de lo que más lo culpaba era de morir, ¿el único problema? Ir a gritarle a la tumba de alguien a quien quisiste no te hacía sentir tan bien como te hacían creer.

El recuerdo de sus ojos me acompañó el día siguiente en la escuela, donde una foto de mi difunto mejor amigo/amor platónico en el cuadro de honor cerca de la entrada no ayudaba en nada a superar mi "pequeña crisis", como solía llamar mi mejor amiga a los periodos donde el recuerdo de Jordan se hacía presente.

Tenía que superarlo, lo sabía, pero saber que el último recuerdo que tienes de alguien que fue importante para ti es de él borracho robándote tu primer beso no era algo que pudiera ayudarme demasiado para cerrar el tema. Y tenía la sensación que ni tres años más de mentirme a mi misma diciendo que estaba bien iban a lograr que me olvidara de que ni siquiera me había despedido de él cuando se había ido esa noche.

***

-¿Me vas a decir qué es lo que te pasa, Aria?-Preguntó Riley, sus penetrantes ojos grises me miraban como si estuviera evaluando uno de los ejemplares de mariposa que solía coleccionar.

-No sé a qué te refieres-Contesté mientras seguía subrayando frases en mi libro de texto.

Odiaba Historia Universal, pero si no lo aprobaba mi madre iba a dejar de permitirme fumar en casa.

-Has tenido cara de funeral todo el día-Explicó.

¿Por qué diablos había tenido que decir la palabra "funeral"? Maldición.

-Estás imaginando cosas, Riley.

Entrecerró sus ojos en mi dirección, no iba a mentir diciendo que no resultaba incómodo tenerla observándome de esta manera, sin embargo sabía que si le decía algo sólo iba a lograr que se empecinara con el tema. Ya había pasado por esta situación antes, y sabía que apenas mencionara el nombre de Jordan iba a empezar con el sermón de siempre.

No tenía ganas de escucharlo en este momento.

Vi como abría su boca para decir algo, pero una voz la interrumpió, y aunque una parte de mí estaba agradecida de que alguien la detuviera de torturarme más de lo que ya estaba, la causa de la anhelada interrupción no era una que realmente quisiera escuchar.

-¿Podemos hablar, Aria?-Preguntó Dave, sus ojos azules que un día me habían gustado mirándome desde toda su altura.

-No creo que tengamos nada de qué hablar, Dave, ya dejé las cosas bastante claras-Indiqué a mi más reciente ex-novio.

-Aria, por favor, podemos resolver esto-Continuó, como si el hecho de que Riley estuviera presente no importara.

Era mi mejor amiga y de todas maneras se iba a enterar de todo lo que él me dijera, pero definitivamente no necesitaba tenerla como testigo de algo que el muy idiota se estaba encargando de convertir en una muy mala parodia de un libro de Nicholas Sparks.

-No hay nada que hablar, Dave, y si me disculpas, Riley y yo ya nos íbamos.

No le di tiempo de replicar cuando ya había guardado mis cosas y Riley, como la gran mejor amiga que había sido desde que había pintado sus trenzas con pintura roja cuando estábamos en preescolar, ya estaba de pie con su bolso colgado de uno de sus hombros.

Sueño de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora