Capítulo 7

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—Lo siento mucho —murmuró ella, tomando un sorbo de agua.

—Pues me alegro de que lo sientas —su hermana la empujó sobre la cama—.

No te muevas de ahí.

—Pero...

Era absurdo protestar. Ella conocía a Starr mejor que nadie y no tenía sentido

discutir con ella. Al menos, si tenías un poco de sentido común. De modo que aceptó

que le pusiera una compresa fría en la frente.

—No ha comido nada en todo el día. Por lo visto, está muy ocupada —dijo

Justin.

El traidor.

—¡Será posible!

—Estoy bien, Starr. Sólo tengo que comer algo...

No solía tener náuseas por la noche y, normalmente, organizaba su horario con

Starr para no tener que servir desayunos, pero aquel día no había tenido tiempo de

nada.

—Vas a quedarte ahí sin moverte. Te traeré un sandwich.

—Pero hay que terminar los preparativos para la fiesta de Rea.

—Yo soy copropietaria de este restaurante y puedo organizar la fiesta igual que

tú.

La cocina no era precisamente el fuerte de Starr. Se le daba bien llevar el bar y

tenía buen ojo para la decoración, mientras Ashley se encargaba de llevar las cuentas.

Pero la cocina era cosa de ________.

Starr se acercó a la ventana para cerrar las cortinas.

—Ashley llegará enseguida. Entre las dos nos encargaremos de todo, tú no te

preocupes.

—Pero no sabéis...

—Por favor, nena —la interrumpió su hermana, mientras encendía el ventilador

del techo—. Llevas siglos haciendo listas detalladas de todo lo que hay que hacer.

Seguro que has hecho una para la fiesta de Rena.

________ se tocó el bolsillo izquierdo del mandil. Vacío. Pero siempre tenía el

cuadernito allí. Por supuesto, últimamente estaba distraída. Buscó en el bolsillo

derecho. Vacío también. Ah, se le debía haber caído.

—Sé que tengo el cuaderno en alguna parte...

—¿Es éste? —preguntó Justin, tomando el cuadernito de espiral que había caído

sobre la cama.

________ siguió la dirección de sus ojos y se dio cuenta de lo que estaba

mirando: los dibujaos que había hecho mientras esperaba que Bo decidiera qué

quería comer.

Los biberones.

Y entonces Justin la miró a ella. Miró su vientre.

Y, de repente, se puso tan blanco como las cortinas de la habitación.

Lo sabía. Estaba claro. ________ tragó saliva.

Todα tuyα - Justin Bieber y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora