Capítulo 15

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—¿Echas de menos tener tu propia clínica?

—A veces —contestó él—. Pero trabajar con otros compañeros tiene sus

ventajas. Tengo más tiempo libre para seducir a cierta señorita guapísima.

—No tienes que seducirme —murmuró ella.

—A lo mejor lo estoy pasando bien.

________ lo miró con un brillo travieso en los ojos.

—Los dos lo pasaremos bien cuando termines con Trooper. Te estaré esperando.

Justin inclinó la cabeza para darle un beso en la mejilla. Con un poco de suerte,

el inspector se habría marchado cuando llegaran al Beachcombers.

—¿Y descansarás un rato antes de que llegue?

—Sí. Prometo no levantar nada más pesado que mi móvil... para comprarle

algo de pescado a Ronnie Calhoun.

—Trabajo, trabajo y trabajo ¿eh? Deberías relajarte un poco, tus hermanas están

preocupadas por ti.

Lo había dicho con toda intención. Ni Starr ni Ashley sabían nada del niño y ya

era hora de que lo supieran.

Pero ________ no estaba preparada para contárselo a sus hermanas. A su única

familia.

Además del niño.

¿Y Justin?, le preguntó una vocecita.

Justin, con su pelo rubio, con sus fuertes antebrazos, con aquellas manos tan

bonitas sujetando el volante. Sexo y amistad. ¿Qué más podía pedir?

—¿________?

—¿Sí?

—No quieres preocupar a tus hermanas, ¿verdad?

—Hoy te estás poniendo muy pesado.

—Porque me preocupas. Deberías decírselo de una vez.

—Sí, bueno...

—Sois una piña, ¿verdad?

—Tuvimos muchas compañeras en casa de la tía Libby, pero sólo nos

quedamos las tres.

Las que nunca fueron adoptadas.

—¿Y tus padres de acogida?

—Sólo tuve una madre de acogida, Libby. Su prometido murió en la guerra de

Corea y nunca quiso casarse. Era una mujer asombrosa, de verdad. Excéntrica y todo

eso, pero divina. Heredó la casa y ahorraba todo lo que podía para poder tener niñas

de acogida allí.

—Debía ser una persona increíble.

—Lo era. Aunque no todo el mundo lo reconocía. Algunos de los vecinos la

encontraban muy rara. Bueno, a algunos no les parecía bien tener niñas

problemáticas en el vecindario, la verdad.

—Qué pena —murmuró Justin.

—Sí, aunque en ocasiones sus miedos tenían fundamento.

________ recordó la primera vez que vio a una chica con una sobredosis...

Todα tuyα - Justin Bieber y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora