Capítulo 21

501 20 0
                                    


—Pero si prefieres que duerma en otra habitación...

—Haz la maleta —sonrió ________, quitándose la arena de las manos—. Lo de

dormir... bueno, sé que puede parecer una bobada, pero compartir cama sería como

vivir juntos. Y ese es un paso que no estoy dispuesta a dar todavía. ¿Te parece bien?

Justin la miró a los ojos. ¿Estaba esperando que dijera algo? ¿Qué?

¿Quería que insistiera, que le suplicara, que exigiera un sitio en su cama?

Pero vio otra cosa en sus ojos, algo que parecía una pregunta, o un deseo sin

formular...

________ no podía querer que le dijera cosas bonitas. ¿O sí?

Desde el principio habían sido amigos y, sí, se habían sentido atraídos el uno

por el otro. Pero no habían sido novios, la suya no había sido una relación de

palabras bonitas.

Entonces fue como si lo hubieran golpeado en la cabeza con un mazo. Tenían lo

de la amistad y el sexo solucionado, pensó. Pero no había hecho nada para

conquistarla.

Quizá podría conquistar a la práctica ________ con gestos de amor, después de

todo.

Agotada después de un largo día de trabajo y sin haber pegado ojo, ________

parpadeó, cegada, al abrir el congelador industrial. Los últimos clientes del

restaurante ya se habían ido y, afortunadamente, el bar no estaba abierto los martes.

Y después de tomar el vaso de leche que necesitaba para llegar a la cuota de calcio

diaria se iría a la cama.

________ oía los pasos de Justin por el piso de arriba mientras miraba las

cerraduras nuevas. El pobre se había tomado una semana de vacaciones, pero no se

había relajado ni un solo segundo.

David y él habían estado buscando maneras de mejorar la seguridad del

restaurante y enseguida, como hombres que eran, aparecieron los martillos, los

destornilladores y los músculos.

Además de todo eso, estaba siendo encantador. Después de cortar las malas

hierbas del jardín, había comprado una planta de aloe para las quemaduras en la

cocina. Además, había hablado de ir a una de las islas cercanas, llena de conchas. Y

________ no pudo evitar fantasear con hacer el amor en la playa.

Cuando iba a sacar una botella de leche cambió de opinión. Nada de leche.

¿Dónde estaban los helados?

—Mira detrás del cisne de hielo.

La voz de Justin hizo que ________ se diera la vuelta.

—Gracias. ¿Cómo sabes lo que busco?

—Ah, porque soy muy listo —sonrió él—. Tu favorito es el helado de menta, ¿a

que sí?

—¿Cómo lo sabes?

—Tengo poderes —contestó Justin, tomándola por la cintura.

Todα tuyα - Justin Bieber y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora