Capítulo 13

605 30 0
                                    



—Pero tampoco es malo acostarse juntos y pasarlo bien. Más que bien.

Eso era cierto. No era malo. Y en aquel momento no se le ocurría ninguna razón

para no volver a repetirlo.

Una vez tomada esa decisión, ________ se volvió hacia él.

Al ver que ________ se volvía hacia él con aquel brillo en los ojos, Justin sintió

una inmediata punzada de deseo, más caliente que el sol que bañaba la cubierta del

barco. Habían sido tres meses y medio muy largos sin ella.

Entonces, sin decir nada, acarició su espalda. Y eso fue todo lo que hizo falta.

Enseguida estaban besándose y el roce de piel con piel casi le hizo sufrir un

cortocircuito cerebral. Sería tan fácil meter la mano bajo aquel vestido de algodón,

bajarle el bikini, bajarse el bañador y entrar en ella... Ni siquiera tenían que

preocuparse por usar preservativo. Sólo sexo, pasión bajo el sol en aquel mar tan

tranquilo.

Sabía a limón, dulce y acre a la vez, como ________. La suavidad de sus labios,

de su cuerpo, lo hacía desear tumbarse sobre ella en cubierta, sin esperar más.

La deseaba ya, en aquel momento. Quería aquella oportunidad de conectar, de

fortalecer los lazos entre ellos, aunque sólo fuera algo físico. Pero no podía hacerlo.

Aún no.

—No quiero hacerle daño al niño.

—El ginecólogo ha dicho que estoy bien, el niño está bien y hacer esto está bien

—murmuró ella, metiendo la mano dentro de su bañador y bajando, bajando...

A Justin se le olvidó respirar.

—¿Y los mareos?

—Estoy bien —insistió ________, acariciándolo de la base a la punta con un

dedo...

Justin sujetó su mano.

—Que yo sepa, un mareo siempre significa algo.

Ella arrugó el ceño, frustrada.

—¿Crees que haría algo que pudiera dañar a mi hijo?

Justin negó con la cabeza porque sabía que no era así, que sería una buena

madre. Pero él se sentiría mejor padre si hablase antes con el ginecólogo.

—Estás agotada y yo estoy preocupado por ti.

—Pues yo estoy perfectamente, pesado —suspiró ________, dejándose caer

sobre una silla y haciendo pucheros. En serio, aquel puchero en su seria cara lo

enterneció. Que mostrara esa desilusión por apartarse de él acarició su ego como su

mano había acariciado antes su... pero sería mejor no pensar en eso por el momento.

Entonces ella levantó la cabeza y lo miró con expresión traviesa antes de poner

las dos manos sobre sus muslos.

Todα tuyα - Justin Bieber y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora