Todα tuyα - Justin Bieber y Tu

Capítulo 10

¿A gas? Si había un escape de gas el restaurante podría saltar en pedazos. Justin

miró la alarma contra incendios que había en la pared y, sin pensar, tiró de ella para

hacer sonar la sirena.

Luego tomó a ________ en brazos por segunda vez aquel día y se dirigió a la

puerta. No pensaba soltarla por nada del mundo.

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—Puedes dejarme en el suelo, Justin.

________ repitió esa petición por tercera vez desde que la sacó del restaurante

en brazos. En sus fuertes y musculosos brazos. Apretada contra su torso, respirando

el aroma de su colonia masculina...

Pero no quería oler su colonia.

________ respiró el perfume de las azaleas que rodeaban el restaurante,

esperando que el aire fresco se llevase el olor del gas. Y el miedo.

Justin no la soltaba, aunque ahora estaban en la calle, rodeados de gente. Gente

más fascinada por la visión de Justin Bieber con ________ McDermott en brazos que

por el escape de gas en el Beachcombers.

La sirena rompía el silencio de la noche y ________ temía que su casa, su

negocio, explotara por los aires. Afortunadamente, Justin había reaccionado

rápidamente.

Le emocionaba que la hubiera ayudado. Era consolador. Y sexy. Si pudiera

confiar en la relación entre ellos como confiaba en la fuerza de sus brazos...

La gente arremolinada en el muelle se apartó para dejar paso a Starr, con el

mandil blanco del Beachcombers sobre los vaqueros cortos.

—¿Qué pasa, ________? ¿Estás bien?

Su hermana los miraba, boquiabierta.

________ le dio a Justin un codazo en las costillas y él, por fin, la soltó, sus pies

hundiéndose en la arena.

—Estoy bien. Es que olimos el gas y... salimos corriendo. Los bomberos nos

dirán si de verdad hay un escape.

Justin la había soltado, sí, pero no le quitó el brazo de la cintura, con la mano en

su estómago, hasta que ella la apartó un poco.

—Pensé que ya te habías ido.

—Pero volví —dijo él.

—Ya veo.

El ruido de la sirena les impedía hablar, afortunadamente. ________ no tenía

energía para darle explicaciones a su hermana. Además, tenían problemas más

importantes.

Una hora después, observaba al último cliente alejarse cuando los bomberos

dijeron que, efectivamente, había un escape de gas en la cocina. Habían cerrado la