Capítulo 7

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Star miraba fijamente a Marco mientras su amigo descansaba en su cama, con su enorme yeso envolviendo su brazo.

Los dos se negaban a desviar su mirada, era como una batalla. Habían tantas cosas que deseaban decirse, y esperaban que con sus miradas pudieran entenderse. Era una batalla entre el color azul y el marrón.

En su mente, Marco admiraba los bellos ojos de su amiga. ¿Quién no lo haría? Eran un par de ojos impresionantes y muy bellos. Tenían un brillo de inocencia que le atraía.

Por otro lado, Star miraba directo a los ojos de Marco tratando de descifrar que era lo que pasaba por su mente. Se veía tan distraído, tan pensativo, y no apartaba sus ojos de ella. Casi le daba miedo.

—Lo siento —susurró ella—. Debí haberte escuchado.

—No es tu culpa —rebatió él, sin dejar de mirarla—. Jamás imaginaste que algo como eso podía pasar.

La chica pestañeo dos veces mientras Marco admiraba el movimiento de sus pestañas. Desde su cama, Marco observaba enternecido la posición de su amiga. Sentada en la pequeña silla de su escritorio mientras escondía su rostro en el espaldar de la misma. Sonrió.

—Soy tan descuidada —susurró ella mirando al techo—. Ahora no podrás ir a tu competencia por mi culpa.

—No me importa —negó con su cabeza mientras se incorporaba—. Habrá muchas más, y además, era obvio que iba a perder.

—¡No digas eso! —Star se levantó de un brinco y camino algunos pasos hacia la cama—. ¡Hubieses ganado! ¡No voy a permitir que pierdas la oportunidad de regocijarte en la victoria!

Sin darle oportunidad si quiera de decir algo, sacó su varita y con un rápido movimiento, hechizó el brazo de su amigo. Pronunció algunas palabras que ni siquiera fue capaz de escuchar, pues estaba demasiado ocupado mirando como su brazo despedía destellos púrpura.

Marco, horrorizado, no podía decir nada del asombro. Su brazo, que antes estaba inmóvil y quebrado, ahora estaba como nuevo. Igual que hace algunas horas.

Star sopló su varita y se quedó mirando a Marco con picardía. Quería saber su opinión. ¿Ahora creería que era mas cool que Jackie?

Debería.

—Wow —susurró moviendo sus dedos y flexionando su extremidad. Era asombroso—. ¡Gracias! ¡Esto es increíble!

Envolvió a la chica en un apretado abrazo lleno de gratitud que la transportó a las nubes.

Dos horas después se encontraban alistándose para la competencia de Marco.

Star veía atentamente como el chico destrozaba tablas con su brazo sin si quiera quejarse. En un respiro ya había destrozado mas de veinte tablas en tandas de cuatro cada una. Era impresionante, a Star no le cabía duda alguna de que su amigo ganaría la competencia. ¡No había duda! ¡Era asombroso!

—Creo que estoy listo —anunció con una gran sonrisa cruzando su bello rostro. La chica le sonrió de vuelta.

Pero algo extraño comenzó a desatarse entre los dos. Un extraño resplandor púrpura emanaba del brazo de su mejor amigo. Pronto, se encontraron aterrorizados observando como el brazo de Marco se tornaba en un horripilante monstruo en forma de tentáculo baboso y tétrico.

Los dos dejaron salir un grito estruendoso mientras el brazo se agitaba como loco.

Pronto vino el desastre.

Todas las cosas de Marco pronto se vieron tiradas en el piso y rotas. Algunas no mostraban señal alguna de poder ser reparadas.

Las cosas salían volando y cada vez que Marco intentaba hacer algo terminaba desastrosamente mal. El brazo ya no obedecía a su dueño.

—¡Star! ¡Ayuda!

La chica, desesperada y sin saber que hacer, buscó rápidamente su libro de hechizos y comenzó a pasar las hojas a la velocidad de la luz en busca de ayuda para su amigo. ¡Desastre! ¡Todo era un desastre!

Pasó hoja por hoja hasta dar con el único hechizo que podía ayudar.

El brazo hablaba, y estaba llevando a Marco a la locura. Decía cosas que nadie más que Marco escuchaba, y Star comenzó a desesperarse.

Intentaba de todo. Conjuraba un montón de hechizos que tan solo empeoraban la situación. No entendía cómo pudo pasar algo como eso. ¡Todo estaba yendo tan bien! Marco estaba muy feliz con su brazo como nuevo, tenia la confianza suficiente para ganar la competencia. y ahora, solo podía ver a su amigo gritando y asustado gracias a su impertinencia. Debió haber buscado por algún hechizo mas confiable. Debió haber sido mas prudente. Estudiar. Por alguna vez en su vida, pensar en alguien mas que no sea ella.

Al borde de las lágrimas, Star conjuró el último hechizo que le quedaba, rogando que sea el que pueda salvarlo. 

La magia de Star envolvió al brazo monstruoso, llevándolo a su final. Star suspiró aliviada y agradeció a cualquier ser omnipotente que la había ayudado. Y corrió a socorrer a su amigo herido, quien descansaba inconsciente en el piso.

El brazo había desaparecido por completo, pero antes de irse juró venganza.

Pero ninguno de los dos le tomó importancia. Ahora tenían un brazo roto del cual encargarse.

Para los que piensen "¿qué rayos es este capitulo?

Es más importante de lo que parece.

Falling in Love © (Starco) [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora