Capítulo 17

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-¡Vamos, Marco! -Vociferó Ferguson arrastrando al chico del brazo-. Apuesto a que el partido ya empezó y nosotros seguimos aquí viendo como le das sus besitos a tu novia.

Marco le dio una mirada asesina que hizo que Ferguson lo soltara. No era su novia aun.

Star rio.

-Solo... apresúrate, hermano -Alfonso caminó hasta la puerta con Ferguson pisándole los talones.

Al lado de Star, Janna se limpiaba los restos de pintura que había dejado aquella rara manualidad que había echado a perder. En realidad le había dado su toque. Ya saben, pintura en varios tonos azulados, negros y rojo sangre, que tan solo hizo que la maestra se espantara y la mandara con el consejero escolar. Claro, Janna no había ido, y ahora estaba junto con Star y Marco en un aula donde no había nadie más que ellos y sus besitos que, en lo personal, le daban asco.

-En serio me puedo quedar si tú quieres -Marco tomó su mano y se acomodó entre sus rodillas. Star estaba sentada en una mesa, moviendo sus pies al ritmo de los tambores que se escuchaban desde el estadio de la escuela.

Marco quería ir al partido, pero prefería quedarse con Star.

-Marco, ve -sonrió ella. No quería que se perdiera ese partido. Se veía ansioso.

Marco suspiro. Se acercó y le dio un último beso a Star antes de salir corriendo de ahí, tratando de alcanzar a sus amigos.

-Diablos, Star -gimió Janna-, no se va a la guerra.

Star rio.

-¿Qué te parece si vamos a comprar golosinas? -Sugirió la rubia-. Se me antojaron unas gomitas.

-Presiento que te vas a enfermar muy pronto por tanta azúcar.

El partido, sin duda alguna, había sido una perdida de tiempo. Se había quedado una hora y media en la que podía estar comiendo con Star, viendo como un monton de chicos en pantaloneta corrian y fallaban pases tan simples como sumar. Hasta el que era un completo desastre en los deportes pudo haber atrapado el balón conmas agilidad. Y claro, el jugador principal estaba lesionado. Un clásico.

-Marco, pasas demasiado tiempo con ella -se quejó Ferguson-. Nos has olvidado.

-Ay chicos -suspiro él-, lo siento tanto. Es solo que tengo miedo.

-Ella no se va a aburrir de ti, Marco.

-Eso ya lo sé -con una mueca de tristeza, miró a sus amigos-. Recuerden que es de intercambio, y en cualquier momento abandonara la Tierra y regresara a reinar Mewni. Y yo me quedare aquí, hundido en la miseria porque perdí una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.

Alfonso y Ferguson se quedaron en silencio, procesando lo que implicaba que Star se fuera. No quería un Marco deprimido divagando por los pasillos del colegio cual zombie.

-Rayos, en serio te gusta.

Marco pensó por un segundo. ¿Le gustaba?

Diablos sí, pero era más que eso. Pensaba en ella la mayor parte del día, y cuando no estaba con ella sentía cierto vacío en su pecho. Como si le faltara una cabeza que se recostara en él. La quería.

-Sí.

Y para Ferguson y Alfonso pareció justo dejarlo disfrutarlo.

✨✨✨

-No me entra ni una sola gomita más -anunció Janna frotando su estómago con nostalgia. Parecía que no iba a poder comer nada el resto del día.

-A mí menos -la secundó Star, aunque todavía les quedaba una funda y media llena de gomitas azucaradas en forma de serpientes. Decidió guardarla para más tarde.

Los rayos de sol entraban sigilosos por la ventana y creaban un ambiente templado ideal para una tarde llena de tarea que no planeaban hacer y una pila de peliculas que iban a ver.

Pero antes, Janna estaba ahí con un proposito. Pasar tiempo de calidad con su amiga. Y cotorrear.

-Star -se incorporó con dificultad-, tú sabes que las charlas de chicas no son lo mío, pero en serio me intriga... -se detuvo y tragó saliva- ... eh, esto que tienes con Marco.

Star levantó la vista y observó a Janna.

¿Qué tenía con Marco?

-¿A qué te refieres?

-Bueno... -Janna tartamudeo, no sabía cómo explicarse-... es que tu eres una estudiante de intercambio ¿verdad?

-Exactamente.

-Star -balbuceó Janna-, se que parece que no me llevo con Marco, pero sigue siendo mi amigo, y me preocupo por mis amigos.

-Está... ¿bien?

Janna suspiró, frustrada.

-Sabes, no quiero ver un Marco deprimido y moqueante que no sale de casa y tampoco nos deja llamar a la línea de ayuda para adolescentes tristes.

Star comenzaba a hacerse una idea de lo que Janna trataba de decirle.

-No quiero sonar grosera, en serio -tomó la mano de su amiga y la apretó un poco-, pero algún día tendrás que irte, y dejarás atras a tus amigos, ahora familia, mascotas, y el que parece ser el amor de tu vida. Sé que te gusta mucho.

-Lo quiero.

-Por eso, yo... -se quedó callada, procesando lo que acababa de escuchar por parte de su rubia amiga-... ¿qué?

-Siento muchas cosas por él -admitió Star, en medio de aquella interesante charla-, más que gustarme, lo quiero.

Entonces Janna supo que eso estaba más que jodido.

-Eso es... mucho -parpadeó algunas veces, tratando de entender qué demonios era lo que pasaba por la mente de la muchacha. Tenía muchas dudas sobre lo que pasaba dentro de aquella rubia e hiperactiva cabeza.

-Sí.

-Bueno, mi punto es -se acomodó el cabello, quería verse muy natural-, si vas a irte, y dejar a este muchacho muerto de amor por ti aquí, lo menos que puedes hacer, es dejarle la mejor de las experiencias.

Star empezaba a sentirse mal. En serio iba a dejarlo. Apenas tenía quince años, y probablemente iba a sufrir una de las decepciones amorosas más grandes de su vida. Se sentía mala persona. Marco era demasiado dulce y bueno para que ella viniera a arruinarle su existencia.

-Tienes magia y esas cosas -continuó Janna-, tal vez puedas hacer algunas cosas buenas con eso.

-Tampoco quiero ilusionarlo y que luego me extrañe aún más.

-Pero tampoco puedes cortar nada ahora, porque sería peor -suspiró-, es mejor que terminen en buenos terminos.

La sola idea de terminar las cosas con Marco hacía que le den nauseas. Simplemente no podía imaginarse una vida sin él.

¿Cómo podía sentir tanto en tan poco tiempo?

Y ni siquiera eran novios en serio.

Abajo, la puerta sonó. Marco estaba en casa.

Desde ese solo instante, Star decidió que aquel indeterminado tiempo que le quedaba en la Tierra, iba a ser lo mejor para Marco. Para los dos, como pareja. Nada de celos, ni peleas, solo amor. El amor que merecían después de tanto.

Falling in Love © (Starco) [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora