Todo era muy difícil en la Tierra para Star, pero ninguna dificultad en todo el universo se comparaba con el esfuerzo que ejercía en las mañanas. ¿Por qué debía levantarse tan temprano, dejando su cómoda y deliciosa cama, para ir a aburrirse en la escuela? ¡Era injusto! Pero le animaba un poco la idea de desayunar panqueques y jugo de naranja. Le rugía el estómago.
—Buenos días —saludó sonriendo a Marco quien estaba ya comiendo en la mesa.
—Buenos días —sonrió ella también y siguió comiendo sus panqueques-. ¿Dormiste bien?
—Sí, lo hice, gracias —dijo la chica mientras se sentaba y miraba su desayuno. Su estómago aclamaba por comida, y si no se la daba iban a rodar cabezas.
—Hoy tenemos un horario un poco apretado —dijo Marco con una mueca en si rostro—. Debemos llegar lo más pronto que podamos porque la primera clase que tenemos es álgebra...
—Aghhhhh —exclamó Star con una mezcla de pánico y frustración—. No, por favor.
—Lo sé, lo sé. Horrible.
—¿Y luego? —preguntó la rubia, quien seguía desayunando los deliciosos panqueques.
—Luego tenemos historia —Star gimió y estrelló su cabeza contra la mesa.
—¿Por qué todo debe ser tan aburrido aquí?
—No todo lo es —repuso Marco con la intención de animar a Star. Luego recordó algo que tenía planeado decirle, y no, no le iba a decir que gustaba de ella-. Hey, hoy en la tarde tengo una competencia de karate, tal vez te apetezca venir.
—¡Si, si! Supongo que eso debe ser menos aburrido que aprender sobre números y letras.
Marco soltó una risa.
—Pero tengo una pregunta —continuó la chica—. ¿Qué es karate?
Después de soportar un montón de números y letras en cada clase, el bullicio del salón, los maestros estresantes y monótonos y una cantidad descomunal de tareas, al fin la jornada de clases terminó, y Star y Marco volvieron juntos a casa en medio de risas e historias del chico en las cuales relataba parte de su pasado como karateca y algunos consejos para pasar de año sin problemas en las materias. El chico se mostraba alegre y sereno a simple vista, pero guardaba demasiadas dudas e inseguridades en su interior, y
más que nada preocupaciones.¿Lograría sacar la calificación máxima en su trabajo de historia? ¿Cómo se las arreglaría para ganar su competencia de karate esta tarde? ¿Qué pasaría con su vida en un futuro? Sus estudios, su trabajo, su... familia.
¿Cómo conseguiría que una chica se fijase en él?
—Marco ¿estás bien?
Marco se había derivado de la realidad y estaba volando muy lejos. Tenía catorce años y estaba pensando en su futuro —lo que hacía muy a menudo—, y había olvidado a su rubia amiga que caminaba junto a él.
—Sí, todo bien.
—Estoy emocionada por la competencia —Star dio dos saltos y camino de espaldas y mirando a su amigo—. ¡Ya quiero verte patear los traseros de todos!
Star continuaba dando pequeños saltos mientras seguía caminando de espaldas, e iba tan distraída que ni siquiera miraba por donde caminaba.
—Star, te vas a caer —advirtió Marco con voz seria.
—No seas paranoico, Marco —se quejó la chica mientras seguía sin hacer caso a su amigo.
Star podía ser tan terca cuando se lo proponía, y este caso era uno de esos. La chica podía hacer lo que sea para probar que no debía seguir ordenes de absolutamente nadie.
—Star...
—Marco... —lo imitó Star con la misma voz de Marco.
—¡Cuidado! —Marco se abalanzó hacia Star y la tacleó tratando de evitar su caída de la acera. Star estuvo a tan solo pocos centímetros de que su cabeza tocara el pavimento y un auto pasara sobre ella, pero afortunadamente Marco estaba allí para salvarla. Aunque normalmente pasaba al revés.
—¡Wow! —exclamó Star sorprendida por la repentina acción de su amigo, quien había caído de lado, apoyado sobre su brazo derecho.
En el suelo, Marco se retorcía del punzante dolor que invadía su brazo.
"Está roto" se dijo a sí mismo, perdiendo todas las esperanzas en poder ganar la competencia de karate que tanto había estado esperando.
Todo era culpa de la terquedad de Star, pero Marco no era capaz de culpar a su rubia amiga, porque la quería demasiado como para hacerla sentir mal. Era importante para él.
—¡Marco! —gritó la chica, asustada—. ¡¿Estás bien?!
Marco negó con la cabeza y dejó salir un sonido tembloroso de sus labios. Casi parecía que se fuera a echar a llorar.
La desesperación se mezclaba con el pánico en su interior. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Llamar a alguien? Pero ¿A quién? No tenía en sus contactos a nadie de la tierra más que a su amigo que se retorcía del dolor en el suelo.
Una idea brilló sobre su cabeza ¡Exacto! ¡El teléfono de Marco!
Con manos temblorosas, se acercó a su chaqueta y lo tomó. Se desesperaba por cada sonido que hacia su amigo, pero al final encontró el contacto de su madre y marcó.
Todo iba a estar bien.
O eso creía.
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Falling in Love © (Starco) [Pausada]
FanfictionTodos alguna vez han visto una pareja feliz por la calle ¿no es cierto?, pero ¿han visto alguna vez a una princesa mágica de otra dimensión de la mano de un chico seguridad? Nunca. Star Butterfly ha llegado a la Tierra para poner en práctica su magi...