Décima novena parte.

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Bueno, gracias a sus comentarios he decidido hacer este capítulo (y en parte también para disculparme por la broma del otro capítulo), espero les guste porque lo hice con todo el amor y cariño que les tengo:3

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Anda, sólo una mordida —imploró la serpiente arrastrándose tras el azabache que empezaba a subir las escaleras cansado—. Trataré de no matarlo, y, si lo hago, prometo que será indoloro.

No dejaré que mates a Tom, Nagini —contestó cuando la de escamas empezaba a subir las escaleras junto a él.

Esto es injusto —se quejó—, ¿por qué él y no yo? Yo soy hermosa y él...¡él es un asqueroso humano!

Ese asqueroso humano es mi esposo y no pude estar contigo porque...

¡Por qué te estabas revolcando con él!

¡Se llama Luna de Miel!

¡Puros nombres muggles!

¡Tom! ¡Nagini me está molestando otra vez! —gritó el azabache entrando a la habitación donde se encontraba el nombrado.

Ya habían pasado seis semanas de haber salido de Hogwarts, a la tercera semana de vacaciones se habían casado a escondidas, dos semanas después de eso y un pequeño escape a Machu Picchu y a una playa en México -según Tom había mucha magia concentrada en esos lugares como para no visitarlos-, había regresado a casa, donde los esperaba una serpiente totalmente preocupada, mas se le olvidó la preocupación al oír lo que había pasado realmente. La hermosa y tranquila casa se había convertido en un campo de batalla donde Tom lanzaba hechizos hacia Nagini mientras ella se escurría y trataba de morderlo, el único que parecía disfrutar el espectáculo era Harry, quien miraba con sus ojos esmeraldas la escena con gracia mientras bebía una taza de té. 

Ojos azules se centraron en la serpiente que lo veía con odio, de la misma manera que él la veía, Harry pensó en ese momento que fue una mala idea hacer que los dos se vieran nuevamente, fue una confirmación cuando Tom sacó su varita para hechizar a la furiosa  serpiente que se lanzaba en contra de su esposo. El azabache agarró su nuevo libro de hechizos médicos y revisaba cuales tendría que utilizar esta vez con un poco de ayuda de su don para ver cosas del futuro, la cual, para su alegría, se ampliaba cada vez más. Un hechizo pasó volando por su oído derecho y se tuvo que agachar para esquivar la cortante cola de Nagini.

Una lechuza azul cielo entró por la ventana que, curiosamente, se encontraba abierta, distrayendo a hombre y serpiente que, en cuestión de segundos, dejaron de pelear. La peculiar lechuza se posó en el libro que tenía Harry y le depositó una pequeña caja ovalada.

¿Me la puedo comer? —preguntó Nagini acercándose a su amo.

Harry miró la pequeña nota que se encontraba en la rara caja, admirando la caligrafía de ésta.

No, es de Dumbledore —contestó como si eso explicara todo.

—Sólo él tendría una lechuza azul —bufó Tom rodando lo ojos.

—Dumbledore tiene un fénix llamado Fawkes —argumentó Harry—, tal vez es una desafortunada lechuza que salió victima de Peeves.

El azabache se acercó a su escritorio y buscó un paquete de galletas, las cuales recordaba haber escondido de Tom, tal parecía que a su antiguo novio le encantaba las galletas hechas por él. Al encontrarlas le da una a la extraña lechuza y se encaminó hacia su cama, sentándose en ésta mientras abría la ovalada caja.

Un nuevo mañana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora