Capítulo treinta y siete «fiesta pt2»

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«♪»

Siguieron con el pequeño arrullo, meciéndose de un lado a otro sintiendo sus pechos presionar contra el contrario a la par que sus respiraciones chocaban contra el hombro del que abrazaban. JiMin suspiró más de lo que podría recordar sin embargo sí atribuía a la esencia masculina del mayor como la causante de sus suspiros. La canción lenta terminó y se escuchó un pequeño reclamo de parte del resto de presentes, YoonGi estaba dispuesto a separarse del menor para así salir por fin del centro del salón, sin embargo la melodía armoniosa proveniente de las bocinas sólo significó un nuevo comienzo para el menor; habían puesto otra tonada lenta, esta vez una con un suave piano y podría escuchar algunos violines, así que dejó de abrazar al mayor por el cuello bajó sus manos por el pecho del mismo, sintiendo de paso la suave tela del traje, hasta poder llegar a sus manos, no se habían despegado un solo centímetro, por lo que el rostro del menor seguía escondido en el cuello del mayor, la mano más pequeña se encontraba entrelazada con los dígitos de los dedos más largos y maduros, con los cuales jugueteaba un rato, mientras que su otra mano se hallaba en el pecho de YoonGi, sintiendo bajo la yema de sus dedos los pequeños botones que formaban parte del elegante traje. El mayor, por su lado, tenía la mano paralizada mientras sentía el suave tacto de JiMin acariciarle, su corazón latía tan fuerte que temía ser escuchado por la cercanía del contrario, su otra mano, al no encontrar un lugar firme en el cual posarse escaló —sin sentirse incómodo en realidad— hasta la cintura del menor, donde descansó sintiendo el final de su saco. Cerró los ojos mientras sintió una caricia proveniente de JiMin con su nariz, le estaba recorriendo al moverse con los ojos cerrados mientras su rostro descansaba en su hombro y con suspiros le propinaba escalofríos, aun por encima de la tela.

Cuando la segunda canción finalizó el menor abrió los ojos tan lentamente que sintió que aquello no había sido más que una dulce siesta, miró hacia arriba encontrándose con el perfil del mayor, quien, debido a la pequeña tensión en su corazón, tenía la quijada un poco presionada, sonrió y se separó mientras aún tomaba su mano. Después de haberse sonreído un poco más YoonGi le llevó a la mesa de bocadillos, la cual, por la cantidad de invitados, era considerablemente larga, lo que causó que el menor, aun sosteniendo su mano, recorriera la mesa una y otra vez, pues no sabía si le gustaba más la gelatina roja o la ensalada de manzana.

— MinMin... —habló el mayor— es la quinta vez que recorremos la mesa.

JiMin asintió y miró nuevamente los platillos que se ofrecían.

¿Qué te preocupa? —Mencionó nuevamente.

— ¿A... a ti qué te... gusta? —Susurró tímido cerca de él evitando así que los demás presentes, que estaban cogiendo comida, se enterasen.

YoonGi soltó una diminuta sonrisa y no pudo evitar cerrar los ojos mientras sentía aquella calidez que se hacía presente cada vez con mayor frecuencia; JiMin se había preocupado por él, porque ambos comieran juntos, así que sus dudas eran sobre si lo que escogiera sería algo que a YoonGi le gustara.

— Estaré bien con cualquier cosa que elijas. —Sonrió.

El menor volvió a asentir mientras tomaba sonriente un sándwich simple pasándoselo a YoonGi para luego caminar y tomar un pequeño vasito de gelatina y otro del mismo tamaño pero con ensalada de manzana. Volvió a darle aquellos alimentos al mayor soltando su mano momentáneamente mientras busca las cucharas. Cuando las obtuvo caminaron nuevamente hasta llegar a unas sillas —que estaban acomodadas alrededor de una mesa— las cuales se ofrecían como descanso después de tanto bailar, o bien, como refugio para aquellos que odian dicha acción. YoonGi debería estar en la segunda categoría, sin embargo la bonita sonrisa que estaba frente a él le había persuadido de hacer el ridículo sin importar qué.

guardian angel ›› ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora