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Capítulo cuarenta y dos «osito»

«♪»

Se levantaron perezosamente mientras sus manos seguían unidas, JiMin seguía recargando su cabeza en el hombro del mayor, soltando suspiros y sonriendo cada que podía por la cercanía que tanto le agradaba. Su cabello se encontraba en mechones incontrolables en múltiples direcciones mientras en sus hombros descansaba el final del gorro de su suéter lanudo, bajó la mirada paseando sus manos por sus piernas —que aún traían la mezclilla del pantalón— y sonrió. Mientras tanto YoonGi sólo le admiraba de reojo, sintiendo una injusticia contra su corazón al ser consciente de los pequeños dedos del menor asomándose por la manga larga de su, ya de por sí, tierno suéter.

— ¿Quieres desayunar algo? —Susurró ronco.

— Sólo otro... —JiMin levantó su rostro y desenlazó sus manos sólo para tomar con ellas las mejillas del mayor girándole para unirse en otro beso corto y sonoro. Uno que duro muy poco y causó tanto en ambos pechos que la ironía de aquello sólo les causaba una pequeña sonrisa.

— MinMin... —el mayor tomó las manos del menor entre las suyas y separándolas para besar su mejilla.

— Allí no... —JiMin se sonrojó.

— ¿No sientes que son muchos? —YoonGi le abrazó sin fuerza acariciando con la punta de su nariz el cuello del menor causando una risa que inundó su seguridad y sentimientos.

— No... —JiMin le volvió a abrazar.

— ¿No? —YoonGi subió, aun siendo apresado por las manos del menor, acariciándole con la nariz desde el cuello hasta la mejilla— ¿No lo son? —Una vez en su mejilla cerró los ojos sintiéndose embriagado por todo lo que JiMin representaba, sintió el rostro del menor moverse bajo su suave tacto haciendo un pequeño balanceo de izquierda a derecha en forma de negación— ¿Seguro? —Susurró tímidamente mientras su voz sonaba ronca.

— Seguro... —JiMin cerró sus ojos.

Un último beso se propinó entre ellos, uniendo la calidez de sus cuerpos tan lento, sencillo, básico, tierno y simple. Uno donde lo más fuerte que resonó fue el suspiro que soltaron simultáneamente. JiMin acaricio con sus —considerablemente— pequeños dedos el dorso de la palma del mayor. Se separaron sólo unos cuántos milímetros para sonreír haciendo que el mayor le imitase.

— ¿Ya podemos desayunar? —Susurró cerca de su rostro.

— Sí...

— Vamos...

— Sí. —JiMin se levantó aun sosteniendo las manos del mayor.

YoonGi al tenerlo frente soltó una sonrisa ladina y jaló un poco —y sin fuerza— al menor para acercarle apresándole por la cintura.

«♪»

Ambos desayunaron un poco de fruta y cereales, vieron una película, la cual pasaba desapercibida por las caricias proporcionadas en las manos contrarias. JiMin simplemente no podía dejar de abrazar o detener sus manos de tocar al mayor, simplemente no podía evitar los impulsos de su jovial corazón, sus parpadeos eran lentos pero escasos de sueño, todo lo que había en ello era emoción, pues estar simplemente sentado junto al mayor le era suficiente para hacer latir con fuerza su corazón.

— Quiero... café... —susurró juntando sus piernas subiéndolas al sillón para acurrucarse más contra YoonGi.

— Sí... —YoonGi suspiró levantándose poco a poco, dejando a JiMin recostado contra unos cojines.