Siento algo por ti (Glara)

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One Shot ubicado al principio de la temporada siete, en donde Maggie y Abraham habrían sido las victimas de Negan. Glenn y Tara terminan en una celda, al intentar asesinar a Negan por su propia cuenta.

Capitulo dedicado a Nalo.

El olor a humedad se colaba por la única ventanilla, la suciedad de aquella celda los comenzaba a agobiar y lo único que podían ver aparte de cegadora oscuridad eran sus ojos marrones del otro, llenos de frustración y miedo, las esposas se apretaban a su carne como si fueran unas tenazas, causando que la sangre fluyera por sus muñecas cada vez que trataban de forcejearse. Ambos sabían que no saldrían de ahí, no al menos con vida por supuesto, Negan tal vez entregaría sus órganos personalmente a Rick en una caja, Glenn podía imaginarse la sonrisa socarrona colgando de su rostro mientras dejaba a un lado de la tumba de Maggie lo poco que quedaba de él, la simple idea le hizo sentir enfermo. Fue estúpido venir aquí solos, convencidos de que podrían enfrentar a Negan, la ira definitivamente los cegó, sin pensar en las posibilidades que podían tener al afrentar un monstruo como lo era su poseedor.

Tara intentó una vez más zafarse de las cadenas pero como cada vez que lo hacía, el hierro con oxido se aferraba más a su piel desgastada, haciendo que soltará un alarido por el dolor, las heridas no tardarían en empeorar, tal vez terminarían muriendo de tétanos en vez de una bala entre sus cejas. Glenn permanecía en silencio, sin ningún movimiento aparte de sus brazos alrededor de sus rodillas y la vista vacía hacía el suelo. Tara sabía que estaba pensando en Maggie, parecía que en estas últimas seis horas que habían permanecido encerrados lo único que lo estaba manteniendo cuerdo era una fotografía de Maggie entre sus manos. Con un ligero movimiento de pie, Tara lo hizo salir de su trance, tenían que salir de aquí antes de que Dwight apareciera por la puerta.

—Glenn, tenemos que salir de aquí ¿tus esposas están tan apretadas como las mías?—susurró, gritó las castaña mientras intentaban llegar al extremo de la celda en donde se encontraba él, Glenn no reaccionó.

—Glenn, sé cómo te sientes, sé cómo se siente perder a un ser querido, pero Maggie no habría querido esto para ti, para ninguno de los dos—la voz de Tara le parecía distante, casi vacía, no podía entender ¿Cómo podría entenderlo? Antes de que se diera cuenta las lágrimas comenzaban a amenazar con salir, pero estaba tan deshidratado que dudaba que eso fuera posible.

—Ella estaba enojada, Tara—susurró con voz cansada soltando las palabras que él mismo temía admitir, Tara no parecía entender por lo que intento con todas sus fuerzas colocarse lo más cerca posible de él, estaba temblando.

—¿De qué estás hablando?

—Antes de que Negan...antes de que él le disparara a Maggie—volvió a tomar aire, esta vez con la voz raspándole la garganta—Había discutido con ella.

Glenn se removió aún más sobre la pared dejando caer su cabeza en la fría pared, tenía que contárselo a Tara antes de que ambos murieran. La castaña lo observaba cada vez más confundida, nunca se había imaginado que Glenn y Maggie habían tenido discusiones para que él llegara a creer que lo odiaba, parecían la clase de pareja perfecta en donde uno solo se molestaba si no estaban uno cerca del otro.

—No debí decírselo, debí guardármelo para mí—, la voz de Glenn se apagó en la última palabra, parecía más bien estar balbuceando consigo mismo. —No debí decirle.

—Glenn, me estas asustando, te necesito ahora, por favor dime que harás un esfuerzo por salir de aquí—. Imploró Tara cada vez más exaltada, comenzaba a pensar que Glenn ya se había dado por vencido desde la muerte de Maggie.

—Eras tú Tara, le dije lo que sentía por ti.

Por fin después de todo el tiempo que habían estado en aquella celda, Glenn la miró a los ojos, el temor de ser rechazado podía verse en sus ojos castaños oscuros. Tara esperaba realmente que lo que había escuchado fuera producto de la deshidratación, imploraba que fuera así, se quedaron un momento en silencio, sin ningún sonido aparte de las gotas de agua grisácea cayendo por el techo. Era en esos momentos en donde Tara quería seguir inconsciente.

Era imposible contar cuantos días llevaban ahí, los días parecían transcurrir como semanas, las horas como días y los segundos parecían detenerse bajo tierra, debes en cuando uno de los perros de Negan pasaba para dejarles un poco de comida que la mayor parte de las veces estaba cubierta de moho o era una insignificante ración de comida de perro con un duro pedazo de pan. Ya no intentaban escapar, esa idea tan descabellada como la posibilidad de que Rick y su grupo los encontraran. Mientras tanto, Tara estaba ocupada divagando constantemente en Maggie, no podía evitar sentir la culpa pesándole en los hombros, se había imaginado repetidas veces como es que Glenn confesó su repentino enamoramiento por ella, no imaginaba el dolor que le causaron sus palabras. Le resultaba extraño que Maggie no había cambiado su actitud con ella después de eso, lo suficiente como para que Tara ni siquiera sospechara su ruptura.

—¿Desde cuándo?—preguntó de pronto Tara, tenía muchas dudas que aclarar, aunque seguía teniendo miedo de lo que podría escuchar.

—¿Desde cuándo qué?

—Cuando empezaste a sentir algo por mí.

La pregunta le hizo enderezarse sobre su espalda de pronto, comenzaba a pensar que Tara no le dirigiría la palabra por lo que les quedaba de vida. Titubeó un poco antes de contestar, lo estaba mirando, sus hermosos ojos cafés lo leían como si fuera un libro abierto, su cabello marrón negro, caía en pequeñas ondas no más allá de sus hombros. Suspiró, encogiéndose al mismo tiempo de hombros.

—No lo sé, supongo que fue desde lo que paso en el aquel túnel, estábamos atrapados, tú estabas dispuesta a sacrificarte por mí, aunque llevábamos poco de tiempo de conocernos—, Glenn se encogió de hombros sin darle mucha importancia, le costaba trabajo decirlo para que después fuera rechazado. —Desde el momento en que supe que podría sacarte de ahí sin que los caminantes nos atacasen, me sentí muy aterrado, ya no estaba preocupado por reencontrarme con Maggie o por mi grupo, lo único que me importaba en esos momentos realmente era salvarte y llevarte a un lugar seguro.

Tara sintió el impulso de sonreír levemente, pero desgraciadamente sus labios estaban demasiado agrietados para una acción así, seguramente lo que lograría sería una mueca más bien extraña, así que, aún con las cadenas apretando sus muñecas y talones se acercó lo más posible cerca del castaño colocando con delicadeza su cabeza en su rostro, ya que ambos estaban demasiado adoloridos para hacer algún movimiento.

—Lamento lo que le ocurrió a Maggie—susurró Tara contra su hombro, tratando de hallar su mano en la oscuridad.

—Siento no haberte dicho nada antes—añadió el coreano, los ojos comenzaban a pesarle cada vez más, se preguntaba si era muy noche bajo tierra no podía verse más que una tenue luz amarillenta al final del pasillo en donde se encontraba su celda o tal vez el tétano comenzaba a hacer algún efecto en él.

—Yo también, siento algo por ti Glenn.

Admitió Tara después de que él quedará profundamente dormido, sin nadie que la escuchara aparte de las sofocantes paredes que la rodeaban, no podía estar con Glenn, no podía hacerle eso a Maggie, pero podía fingir que él la estaba escuchando en ese momento.

One Shots; TWDWhere stories live. Discover now