Ya era viernes, por fin. Las clases que tuvimos se me pasaron muy rápido, y en un abrir y cerrar de ojos, ya eran las seis de la tarde. Como era invierno, anochecía muy rápido, así que el cielo ya estaba muy oscuro. Alice y yo quedamos para ir a dar un paseo en el centro comercial, y ya de paso Alice quería comprarle el regalo de Navidades de su madre. En cambio yo, no le compraba nada, y tampoco le pedía nada, ya que nunca me gustaron y me parecía bastante hipócrita de parte de mí recibir regalos sabiendo que no creía en nada de eso.
Alice y yo, decidimos llamar a Blair. Hacía mucho tiempo que no la veíamos, entre mi escapada y que ella no venía casi a clases no nos podíamos ver, tenía mucho para contarle. Blair confiaba mucho en mí, como yo en ella, de hecho, yo era la única persona en la que Blair podía confiar, según me dijo ella. Yo quería que Alice quitara ese miedo, que disimulaba con respeto hacia ella, mostrarle que Blair no es un bicho tan malo como los demás la etiquetaban, cosa que a ella no le importaba que le dijeran, es más, disfrutaba con que la gente pensara de ella que era una arpía. Blair y Alice, por muy sorprendente que parezca, nunca han tenido la oportunidad de conocerse bien, ya que Blair era nueva y solo lleva unos pocos meses en el Instituto.
Blair aceptó encantada, y cuando era ya las siete de la tarde, dimos vueltas a todo el centro comercial, Alice no se decidía por un buen regalo para su madre, siempre fue indecisa e insegura. Blair, en cambio, era un icono de la moda, era sorprendente lo bien que se le daba la moda, a diferencia de mí. Blair era una chica muy adinerada y muy mimada, incluso más que yo. Así que Blair recomendó a Alice un par de zapatos, que cuando Alice los vio, se quedó petrificada. Eran ideales para su madre. Alice, siempre tan activa, la abrazó y pegó un grito impresionante como muestra de agradecimiento. Todos nos miraban con cara de asombro, y Blair y yo estábamos muertas de vergüenza.
Nos fuimos al McDonald's, yo me pedí una hamburguesa doble con queso junto a un refresco de naranja y Alice, un Big Mac con Coca-Cola. Blair no pidió nada, ella era muy estirada y no le gustaban nada los sitios de comida rápida. Le conté todo lo que me había pasado, mis ánimos, mi ida a Springfield, mi encuentro con el violador y la salvación de Charles...
-¡Pero se puede saber cuánto tiempo he estado sin venir a clase?-Dijo Blair, alucinando-.
-Pues mucho Blair, creo que deberías de empezar a venir más-Añadió Alice-.
-Te haré caso Alice, iré más a clase. De todos modos, en casa me aburro demasiado-Le contestó Blair, con una pequeña sonrisa-.
Las dejé solas para que hablaran, mientras me iba al baño, tenía que retocarme un poco. Para cuando volví, me di cuenta de que Alice y Blair hicieron buenas migas, así viendo que a Alice se le pasó el miedo hacia ella y estaba bastante suelta. Me alegré mucho de verlas así, me sentí muy orgullosa. Me ponía feliz el ver que gracias a mí, mis dos amigas en las que más confiaba habían conseguido unirse.
Pero no todo era bueno, de repente vimos a Charles, estaba con dos chicos que no conocíamos. Qué rabia me entraba cada vez que le veía, solo por la tontería esa de su actitud. Me parecía bastante ridículo, pero no podía evitar sentirme así cada vez que le veía. Vimos que Charles se nos acercaba, con sus dos acompañantes, y me dijo que quería hablar conmigo. Así que nos fuimos a hablar, mientras dejé a Alice y Blair con sus dos amigos.
-Siento haberte contestado tan borde la vez que nos vimos en el autobús-Me dijo, mientras me ponía ojitos de cordero. Pero esta vez no iba a funcionar-.
-¡Te crees que ahora por decirme lo siento vas a hacer que me caigas bien otra vez? Me has salvado la vida, sí, y de verdad que te lo agradezco. Pero eso no te da derecho a portarte así conmigo, no soy tu juguete con quién descargar la energía. ¿Era eso lo único que me querías decir?-Le contesté, sintiéndome muy orgullosa de mí misma-.
-Qué gracia me haces, Jasmine. Estás acostumbrada a tener a todos detrás de ti, a que todo el mundo te haga caso. Y no soportas que alguien por fin te haga un lío. Si quieres actuar así porque yo sea el primero, vale. Pero no te montes tus películas. Solo eres una cría-Me dijo, con gran descaro-.
-¡Pero quién te crees tú para decirme eso? En serio, estás muy, pero que muy equivocado con lo que dices, Charles. No me conoces de nada, es más en mi vida había hablado contigo hasta que nos vimos en Springfield. De verdad, te veía una persona madura y diferente, pero veo que no. Te dedicas a juzgar a los demás sin conocer, pero tú eres peor, tú a parte te crees mejor que ellos, y por eso el que da pena eres tú-Zas, qué mal le dejé-Y si me permites, me tengo que ir, no soporto estar cerca de desgraciados como tú.
Me volví a donde mis amigas, y vi a cada una de ellas ligando con cada uno de los amigos de Charles. Con el cabreo que llevaba, me dio igual cortarles el rollo a los cuatro. Cogí a Alice y a Blair y me las llevé. De verdad que no soportaba al imbécil de Charles. ¿Quién se había creído él para decirme esas cosas? Lo iba a matar. En serio, poco tiempo más con el y juro que iba a acabar matándolo, sin ningún remordimiento dentro de mí. Nunca nadie me hecho sacar este mal genio. Qué coraje.
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Mi Gran Error
Teen FictionMe llamo Jasmine Waldorf y tengo 16 años. Siempre fui la típica chica popular que no se podía quejar de su vida, así viviendo en un cuento de Disney Channel. Pero un error que cometí, hizo que cambiara por completo mi vida. Mi forma de ver las cosa...