Arreglo el gran vestido de color verde oscuro que Axel me ha comprado: es muy simple en la parte delantera, pero con una apertura de encaje en la espalda, los zapatos que llevo son sencillos en punta, de color negro.
Peino mi cabello dejando caer sus ondas rubias oscuras y coloco un poco más de rubor en mi oscuro maquillaje. He tratado de que mis ojos resaltan y eso me agrada un poco, coloco un tono color carne en mis labios y salgo de mi habitación así.
Recorro el largo pasillo encontrándome con la habitación de Axel y golpeo la puerta como él me lo pidió.
-¿Axel?-Pasa - contesta con esa seriedad que lo caracteriza.
Abro la puerta con el mayor pudor posible y lo veo ahí. Axel de verdad es un hombre muy hermoso, su cabello y su barba oscura hacen resaltar esos ojos casi negros. El día de hoy se encuentra con un traje negro de corbatín, el cual resalta sus músculos y su gran cuerpo. Su estatura es una de mis debilidades, no me considero pequeña, pero sí creo que él es una persona muy alta.
Regresa a ver y sonríe levantado una ceja. - Te queda bien.
-Gracias. ¿Para qué me necesitas?.
-Debemos hablar de la cena de hoy. No quiero que nadie sospeche. Recuerda, que algunos de mis socios estarán aquí.-No lo he olvidado.
-Entonces es mejor que te comportes. No quiero que nadie se de cuenta de lo falso que es todo esto. Eres mi esposa y debes actuar como tal.
--¿Debo besarte? - pregunto dudosa.
Axel desde nuestra noche de bodas, que fue hace un año y dos meses no me permite besarle. Es una de nuestras reglas, sin besos, sin abrazos, sin caricias y claro está; sin amor.Nuestra vida ha sido muy complicada como "casados", somos una pareja no normal. En mi caso casi nunca salgo de casa, tengo prohibido hacerlo a menos que Axel me lo permita, nunca duermo con él, es decir me usa como "su mujer" y luego me desecha. No hay sentimientos entre nosotros, solo es sexo y ya, aunque debo admitir que solo él ha logrado disfrutarlo. Son tres años y un poco más de tiempo en los cuales he olvidado lo que es un orgasmo. Es decir ante lo tenía pero ahora ni siquiera sé que es eso. No es que Axel sea malo, solo que cuando me lleva a ese cuarto me entra un miedo enorme al ver las cuerdas ahí, entonces creo que nunca lo disfruto por el miedo de ser ultrajada nuevamente.
Mi padre desde que me casé no me ha golpeado, pero cada vez me da miedo, ya que se supone que en el lapso de este tiempo ya debo ser la heredera del imperio Lehner, pero ni siquiera he podido ganarme el corazón de mi esposo ¿Cómo es que logre tener toda su fortuna?.
-Lo haremos si es necesario. - me interrumpe.
-¿Puedo salir mañana si me porto bien?.-¿A dónde?
-Necesito comprar unas cosas para mi familia.
-¿Qué cosas?-Un regalo para Leticia.
-Si ya le he comprado yo un regalo.
-No uno que le guste - hablo casi susurrando.
-¿Por qué eres tan difícil, Cristel?
-De acuerdo. No saldré - lo miro con tristeza y de inmediato bajo la mirada.
Gruñe.
-Está bien, pero no te demores más de dos hora. Saldrás con Tomas y Julián.
-Gracias - afirmó cabizbaja.
Me ignora y sigue acomodándose el corbatín que no termina por quedarse recto.-Deja y te ayudo - hablo acercándome a él y arreglando el accesorio. - Ya está - finalizo.
-Ahora ve a tu habitación que en solo unos minutos empieza la reunión.-Sí, gracias- cierro la puerta detrás de mí.
Camino por el largo pasillo y en la tercera puerta entro de inmediato. Mi habitación es bonita, no es que agrade al cien por ciento, pero no me quejo. Tengo una cama de dos plazas con sabanas color pastel, todo en su alrededor es blanco: su armario, sus comoderas, la librería y demás. Tengo una pequeña sala de dos muebles donde muchas veces leo, además de eso un escritorio con mi portátil y demás. Un baño con tina, decorado con cosas de color coral, y un pequeño cuarto de maquillaje. Debo admitir que aunque prefiero un maquillaje un poco seco, me gusta el hecho de arreglarme para mi esposo.
Me recargo en uno de los sillones y miro por la ventana. Sin duda alguna nuestra casa es enorme, cosa que no me gusta, pero así es mi vida y llevo lidiando con este falso matrimonio por más tiempo del que me imaginé. Algunos autos son parqueados y desde mi ventana miro como las personas se van acercando poco a poco a nuestro hogar. Mis casi hermanos están ahí y el solo pensar que los tengo cerca me atormenta la vida. Yo no creo que existan peores personas en el mundo que ellos: ambiciosos como mi padre y egoístas como el mismo. Lo único que me pone feliz es que poder ver a Leticia, la última vez que los vi fue porque llego junto a mi padre para felicitarme por mi cumpleaños número veinticinco.
-Señorita - dice Sara, ama de llave de la casa. Ella es una mujer de unos cuarentaicinco años que se matiné joven para su edad, tiene un cabello color rojizo en melena y su piel es pálida, con ojos cafés y labios pequeños pero definidos. Es delgada y su palidez la hace ver muy bonita ante el resto.
-¿Si?
ESTÁS LEYENDO
1. Mrs. Lehner ®
RomanceOBRA REGISTRADA: 1801135370391 Hay dos cosas que Cristel aprendió a lo largo de la vida: La primera que toda acción trae su consecuencia, y la segunda: que su padre es un monstruo. Y hay dos cosas que Axel Aprendió: la primera pero no menos importa...