Narrado por Frank.
El olor de un hospital es realmente imperdible.
Con sus largos pasillos, algunas ambulancias que suenan del exterior, camillas pasando de minuto en minuto, enfermeras haciendo papeleos y otras corriendo en busca de algo, doctores inexpresivos, el olor a sangre y al de alcohol excesivo.
Tenia un terrible tic en mi pierna derecha que no dejaba de moverse desde que había pisado el lugar. Me dolía estar sentado durante horas sin saber nada aun.
"Toma, te mantendrá despierto." Mire confuso a Donna, tenia tiempo en que no la había visto y ahora nos hallabamos ambos con los ojos hinchados de tanto llorar, esperando alguna buena noticia.
"Gracias." Tome el vaso con cafe negro bebiendo este de una. Lo caliente me lastimó la garganta quemando mi lengua, pero aun asi no me dolía mas de lo que ya me dolía el pecho.
"Familiares de Gerard Way?"
"Aquí!" Respondimos ambos al unisonido. El doctor nos miro de reojo para luego volver a algunos papeles que traía en mano.
"Hemos terminado la operación junto con la transfusión de sangre, el sigue critico, no sabemos si va a despertar aun, mantengamos la esperanza y veamos como amanece."
"Podemos verlo Me apresure a decir.
"Solo un momento y uno por uno." Asentí.
"Gracias." El doctor se fue. "Ve tu primero."
"Estas seguro?" Sonreí débil.
"Eres su madre, ve a verle. Esperare mi turno." Ella asintió abrazandome para luego irse.
Me sente de nuevo sintiéndome un poco mas calmado pero aun preocupado.
"Y Donna?" Donald llego junto a Arthur que solo mantenía la cabeza baja.
"Entro a ver a Gee. Esta critico pero el doctor mantiene la esperanza, se esperara a ver como amanece."
"Oh..." Se que nunca lo diría pero Donald estaba destrozado muy dentro.
Nos quedamos en silencio por un rato mas, sin nada que decir.
Minutos despues salio Donna, había llorado de nuevo.
Fui a verle seguidamente, entre despacio queriendo no despertarlo, sabiendo a obvia razón que no lo haría.
Su piel se veía incluso mas pálida de lo que era la mía. Estaba conectado a varias maquinas, y usaba un aparato para respirar artificial.
Me di cuenta de que me había quedado estatico en mi lugar, temblando, con miedo a avanzar.
Con fuerza de voluntad camine hacia el sentándome a su lado. Tome su mano aferrandola a mi, llorando de nuevo.
"Dios!.." Me dolía el corazón. Odiaba verle así. Pero me daba furia el hecho de que sabia que mi propio padre había estado involucrado. Quería matarle y sabia que eran deseos pecaminosos. Pero diablos!!, de verdad que ahora le odiaba. "Lo siento tanto..." Tenia mucha culpa. "Si no me hubieras conocido..." Estaba indefenso, no tenia barreras.
No podia perderle. "Tienes que despertar amor..." me acomode como pude a su lado. "Tenemos que casarnos... no me propusiste matrimonio para luego dejarme viudo o si?" Imagine como seria eso un buen chiste, escuchando la risa de Gerard resonar en mis oidos.
Eso solo me hizo sentir mas miserable.
Sentí mi bolsillo trasero vibrar. Seque mis lagrimas contestando la llamada.
"Quien es?" Gruñí.
"Debe ser tarde y se que no debe ser buen momento, pero llamo para darte una buena noticia."
"Alicia?..."
"El traspaso ha sido completado con éxito, incluso antes del tiempo predicho."
"Bien" Frote mis ojos llorosos "Gracias, nos mantendremos en contacto." Dije para luego colgar.Que mierda.
Todo era solo una gran mierda.
Y es que, por que tenia que suceder esto?
Por que nací en una familia de narcotraficantes?
Si no miraba a mi alrededor, la culpa de todo aquello la tenia Cheech.
Pero habia que ser realistas que la raíz de ello era la gran mierda en la que había nacido, en la que mi padre nació, en la que el abuelo lo convirtió.Todo el Imperio de los Iero.
El cual yo estaba dispuesto a terminar.
Me incorpore, levantándome para depositar un leve beso en la frente del pelinegro.
"Vendré mas tarde cariño, tengo que encargarme de unos asuntos." Susurre, quería creer en el fondo que podía oirme.
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IMPERIO "Frerard versión"
FanfictionFrank Iero es el heredero de el cartel más poderoso de todo USA. Un día, gracias al fallido de su primera misión, le es asignado un nuevo guarda espaldas, un pelinegro que pondrá su mundo de cabeza, Gerard; Quien resulta ser hijo del enemigo princi...