Narrado por Gerard.
Corrí precipitado llegando rápido al elevador, tomando este y así llegando al piso del apartamento.
Al llegar la puerta estaba entre abierta.
Entre de golpe notando que todo esta muy silencioso.
"Frank?" Camine hasta la sala, la cocina, nada. Entonces subí las escaleras. Un pequeño ruidito chilloso se oyó en la habitación. "Frankie?" Abrí la puerta de esta entrando cauteloso. Su mirada se conecto con la mia. El castaño estaba rojo hasta las orejas, con los ojos hinchados y los labios partidos. "Amor..." Me quise acercar a el, pero, obviamente, fui rechazado enseguida.
"Que haces aquí!?" Se cruzo de brasos.
"Fui a la tienda de trajes y mamá me dijo donde hallarte..." Sentía que esta no me la iba a perdonar...
"Ah!!, mira que bonito. Llegando tarde y sin avisar." Abrí la boca para decir algo. "No. No digas nada. Ya no quiero nada!, te odio!, muerete!, me buscare otro prometido!" Su ropa, que sin fijarme estaba en la cama, empezo a volar por todas partes.
"Frank, no seas asi..."
"Así!?, enserio!?, te lo mereces!!, dejarme aqui solo en lo que se supone era NUESTRA boda!, no solo mia!!, me ilusione como un pendejo creyendo que llegarias!!, Maldito!!" Me volví a acercar a el, recibido por golpes en mi pecho.
"Lo lamento, tengo un motivo de por que no llegue a tiempo..."
"No me importan!!" Dejo de golpearme para empezar a recoger su ropa por do quier. "Me voy a casa." Soltó. Rodé los ojos.
"Esta es tu casa!"
"Ya no!!" Dios...
"Deja ya el berrinche!, te quiero explicar las cosas, por favor."
"Que no!, Toma!" Eso era el colmo. Me había tendido el anillo de compromiso.
"Frank!!" Le tome de los brazos con algo de fuerza aplicada.
"Suéltame!!"
"Basta!" Dije furioso.
"No!!, Me voy a ir y así podrás casarte con tu maldito trabajo!!, anda!, largate con el cartel!, parece que ellos te darán de comer toda la vida y te complaceran en la cam..." Calle su boca con un beso forzado. Intento zafarse, mas lo aferre aun mas a mi. Poco a poco fue sediendo. Mordí leve su labio, logrando tener acceso a su cavidad, y así saborearle.
Al parecer había tomado.
Ya entendía su capricho.
Me separe lento, soltando.
"Idiota!" Su cara estaba baja. Pude notar sus ojeras bajo sus ojos; había bajado de peso.
Le había lastimado de nuevo...
"Lo lamento tanto..." Susurre. "Lamento ser una basura. Lamento no merecerte... pero se que si no te tengo a mi lado, mi vida no tendría sentido. Simplemente así. Simplemente tu." Le sostuve de las mejillas, aplicando de nuevo algo de fuerza. El cerro sus ojos; sus pestañas mojadas le hacían ver precioso. "No era mi intención no llegar a tiempo, ademas se me ha apagado el celular y el satelital lo he dejado en Texas. De verdad quería poder haberte cumplido como dije...
"Solo di que no querías escoger los trajes y ver los anillos." Reí.
"Tu crees que me perdería verte con aquel traje, asi de hermoso que estas!." Le bese la mejilla acariciando su pelo. "Tu crees que no conté los días para volver a verte?, el ver tus hermosos ojos avellanas con esta hermosa piel tuya?, De verte ya en el altar, volviéndonos uno por siempre?" Sus pomulos se tornaron de color carmín, desviando la mirada. "Mírame..." El nego. "Frank mírame..." Insistí. Poco a poco cedio y me miro fijo. "Estoy sumamente enamorado de ti. Jamas te dejaría ni por que me apuntaran con un arma en la cabeza." El castaño se rió inocente. Sus mocos sobresalían de su nariz; limpie sus lagrimas y bese sus labios suave. "Aun quieres irte?" Su expresión se puso seria.- Aun sigues sin querer casarte conmigo?"
"Jamas quiero irme." Me abrazo con fuerza. "Quiero ser tu esposo y pasar el resto de mis dias a tu lado, Gerard. Solo tu podrás hacerme feliz, solo tu harás que mi corazón pálpite y mi estomago sienta mariposas como si fuera la primera vez." Me sonroje leve. Le estruje mas fuerte contra mi pecho. Nos quedamos asi un par de minutos mas.
"Bien entonces..." Me despegue de el. "Ya que la boda sigue en pie, creo que aun tenemos tiempo de ir a por los trajes y los anillos no crees?" Frank asintió emocionado. Le mire curioso, mi vida junto a un hombre maravilloso, estaba a punto de comenzar.Narrado por Frank.
Sostén bien el ramo Frank, Sostén bien el ramo.
Respira...
Uno, dos, uno, dos..."Te ves espectacular cariño." Respingue al oir la voz de Donna. Me voltee hacia ella sonriéndole.
"Gracias." Respondí sincero. "Por todo."
"No. Gracias a ti... sin ti, Gee estaría perdido." Aseguro. Ladee la cabeza.
"Ambos nos complementamos." Afirme.
"Yo, solo quería decirte que Linda estaría sumamente feliz de ver en lo que te has convertido." Sonreí débilmente.
"Lo se."
"Ella te amaba."
"Lo se."
"Ahora que ella no esta, debes saber, que tu nunca estaras solo." Mire a ver al pelinegro, en el altar, esperando paciente a que la boda comenzara. Su traje era negro totalmente, con un moño en vez de corbata, este color rojo.
"Lo se." Asentí. "He recibido el mejor de los regalos, el amor..."
"Estas listo?" Anuncio Donald que entro a la pequeña carpa en la cual esperaba.
"Hmm... " Me mire de nuevo al espejo, viendo que nada faltase. "Si." Dije seguro. Tome el brazo de Donald, entrelazandolo con el mio, ya dispuesto a salir. "Espera!!" Grite. Volví al espejo sersiorandome de estar como debía estar. "Bien" Volví a asegurar, colocandome como antes. "Espera!!"
"Frank!!" Dijeron ambos al uni sonido. Les mire perdido.
"Algo falta... yo..." Ellos se miraron entre si sonriendo.
"Lo único que falta aquí sería la respuesta a la pregunta, amas tanto a Gerard, como el a ti, para relajarte de una vez por todas y caminar directo a ese altar!?" Donna me miro expectante. Mire de nuevo en direccion al pelinegro, tome aire unas cuantas veces mas antes de asentir inconciente.
Claro que lo estaba.
Claro que lo amaba.
El lo era todo para mi.Habian pasado nueve años desde que nos conocimos.
Al principio solo era algo inocente, algo sin nombre, pero despues, el amor... el amor le dio sentido a nuestras vidas.
El le dio sentido a la mia.
"Estoy listo." Asegure. Donald se acerco a mi de nuevo tomándome del brazo.
Jure sentir mis piernas temblar al poner el primer pie fuera de aquella carpa.
Los que le siguieron, fueron pasos fugaces que no tuvieron sentido, pues eran simples y desapercibidos.Solo eramos Gerard y yo.
Nos mirábamos complices, entendiendo que tanto habíamos tenido que pasar para llegar hasta donde ahora nos encontrábamos.
Los aplausos eran mudos.
Las voz del juez era nula.El pasar del tiempo en el que uno habla acerca de lo que es el matrimonio, nunca llego a sentirse.
Nos mirabamos sin siquiera estar de frente.
Nos percibimos sin tocarnos.
Al colocar el anillo que sellaba nuestra alianza, fue como si, el nerviosismo de aquel mágico momento, fuera simple burla, pues, nos moviamos al compás de precisión, como si bailacemos una cancion.
"Yo Gerard Way, Juro solemnemente, amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en los dias malos y tristes, así como tambien en los días buenos y felices, quedarme siempre a tu lado, siendo tuyo eternamente, hasta que la muerte nos separe." Caí en mi realidad. Mi hermosa realidad. Ahora mis manos tenían un tic nervioso y sonreí excesivo de la tanta felicidad indescriptible que sentía.
"Yo Frank Iero." Comenze. Deje el ramo de rosas rojas asentado, mientras rapidamente limpie mis manos sudorosas en mi blanco traje, con mi moño rojo de igual manera. "Yo... Frank Iero..." Me puse mas torpe, quedando rojo al instante. El pelinegro me miro divertido alzando una ceja. Me tomo de las manos, llevando estas hasta sus labios, depositando en ellas un leve beso, para así asentir con seguridad. Me estaba dando apoyo. "Yo Frank Iero" Dije ya mas seguro de mi. "Juro Firmemente, amarte y respetarte, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en lo malo y complicado, en lo bueno y extraordinario, en lo triste y feliz, en lo arriesgado de nuestras vidas, eternamente estar a tu lado, sin dejarte nunca ir, siendote fiel hasta el alma, hasta que la muerte nos separe." Concluí. Mis ojos que hasta entonces los tenía cerrados, se abrieron de golpe, viendo a un Gerard sumamente feliz, sumamente enamorado. Con unos ojos cristalinos.Todo había valido la pena.
Por eso habiamos luchado tanto.
Para este momento.Si año y medio atras, cuando volví a verle en aquella mi primera misión fallida, odiandole al instante, me hubieran dicho que esto ocurriría, jamas lo hubiera creido.
Cada obstaculo que habiamos pasado, ahora se veia tan pequeño como el tamaño de una hormiga.
Había valido la pena cada segundo.
Todo para ese momento. Para ser de el uno y del otro para toda la vida."Ahora yo los declaro..."
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IMPERIO "Frerard versión"
FanfictionFrank Iero es el heredero de el cartel más poderoso de todo USA. Un día, gracias al fallido de su primera misión, le es asignado un nuevo guarda espaldas, un pelinegro que pondrá su mundo de cabeza, Gerard; Quien resulta ser hijo del enemigo princi...