Cincuenta.

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Narrado por Gerard.

Su semblante seguía tranquilo, aunque a veces fruncía el ceño.
Disfrutaba sus largas pestañas, junto con sus labios carnosos entre abiertos.
Era sumamente hermoso.
"Despierta cariño." Deposite pequeños besos en su cuello haciendo que empezara a moverse.
"Hmmm..." Se quejo.
"Estamos llegando." Avise en susurro. Poco a poco fue abriendo sus ojos mirándome. Sonrió leve para luego bostezar. El autobus se detuvo y bajamos ya listos con nuestras maletas.
Caminamos todo el trayecto como la ultima vez que habiamos estado ahí.
Asi hasta llegar a donde todo había empezado.

"Lo recordabas asi de hermoso?" Pregunte

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"Lo recordabas asi de hermoso?" Pregunte. El castaño parecía estar sumido en sus pensamientos. "Frank?" Respingo volteando a verme para sonreír.
"Entremos, hace frio." Camine tras el viendo su cuerpo tensarse a cada paso que daba para estar aun mas cerca de el. Presentía que algo había sucedido con Jamia, y eso en parte, me aterraba.

Entramos a la misma cabaña en la cual nos habíamos hospedado aquella ocasión.

"Parece que nada ha cambiado..." Susurro el castaño.
"Espera!" Hable. Frank me miro confuso.
Rápidamente saque una cámara instantánea.
"Di queso." El me miro sorprendido para luego reír y zaz... primera foto de nuestra luna de miel, la risa resplandeciente de mi esposo, estampada en una foto.
"Listo?" Pregunto. Solo asentí.
Le mire conmocionado y el a mi extrañado.
"Frank..." Mordió su labio inferior bajando la mirada.
Ahí supe que no podía aguantar mas.
Me acerque a el en pasos grandes sosteniéndole de las mejillas para besarle en desenfreno.

El no hizo nada por zafarse.
Al contrario, sentía su necesidad de ir mas allá.

Su cuerpo dio un salto para asi enrollar sus piernas alrededor de mi cintura; fui despojandole de su abrigo y así subiendo escalón por escalón hasta, quien sabe como, llegar a la habitación.

Las sabanas olían a limpio.

Lo acosté en ellas besándole el cuello mientras mis manos se movían apresuradas quitándole su camisa.

Baje poco a poco hasta ir besando salvaje cada parte de su abdomen; tome su tetilla con mis labios apretando esta algo duro.
Su boca solto el primer gemido.

"Ten..go frio..." Susurro.
"Yo te calentare..." Respondí abriendo sus piernas e incorporandolo junto a mi cuerpo, quedando el a horcajadas de mi.
Mis dedos acariciaban leve su espalda tratando de transmitirle calor.
"Gee..."
"Hmmm..." Ahora yo me acoste en la cama con el encima mio; sostuve el endredón de esta acomodandolo alrededor del pelinegro para luego besarle tierno.

El beso se volvió mas apasionado a medida que el tiempo corría.
Sus manos se deshicieron de mi ropa, bajando asi poco a poco a donde mi pantalon tenia prisionero a mi miembro. El castaño lo libero sosteniendolo tímido con ambas manos para luego introducirlo en su boca.

"Agh..." Gruñí. Su lengua recorrió todo mi esplendor, yo solo quería llegar.
Cerré los ojos pensando en aquella
sensación que se desbordaba poco a poco.
"Frank... me voy a ..." No quería eso,no queria venirme en ningun otro lugar que no fuera su interior.
Me incorpore un poco jalando de el haciendo que quede a la par conmigo. "Quiero estar en ti..." Dije deseoso. El castaño se sonrojo leve. Al mismo tiempo, invadí su entrada con dos dedos introduciéndolos de golpe. Este respingo echando su cabeza hacia atras moviendo sus caderas para auto lubricarse. Introduci un tercer dedo mientras mis labios fueron hasta su clavicula, mordiendo esta y luego dejar chupetones al azar, mientras tambien absorvia sus tetillas de nuevo.
"Gee....hmmm..." sus manos se aferraban a mi para no caerse. Su cuerpo empezo a tensarse... "Quiero mas!..." Exigió. Sonreí sonrojado al ver como su entrepierna estaba tremendamente mojada. Mi mano salió de su interior para parar hasta su falo acariciando este con delicadesa, su cuerpo se erizo. "Gee!..." Gruño desesperado. Sin esperar, y siguiendo aun en mi labor con su miembro, me introduje poco a poco en el. "Aghhhh...ah..." Nunca le había visto tan perdido en el placer.

Por si mismo, se empezo a mover delicado en un vaivén esxquisito; le admire en su trabajo.
Empeze a perderme a mi mismo cuando sentí el aumento de su ritmo al igual el como, alrededor de mi falo, sus paredes internas se estrujaban, haciéndome sentir una sensación extraordinaria.
Sostuve sus piernas ayudándole a descender con mas rudeza; sus manos ahora rasguñaban mi espalda con desesperación mientras su cuerpo convulsiono corriendose encima mio.

Su venida hizo que sus paredes me estrujaran con mas fuerza, logrando asi, mi liberación.

Nuestras respiraciones eran apresuradas.

Le sonreí tiernamente mientras el trataba de salirse por su cuenta.
Hizo una pequeña mueca para luego simplemente sentarse a mi lado, de rodillas.

"Sucede algo?" Pregunte. Se notaba su nerviosismo. "Frank...
"Recuerdas que he hablado con Jamia?" Asentí. "Tengo que decirte algo importante." Soltó. Suspire.
"No puede esperar?, digo, es nuestra luna de miel..." Mas bien, yo no quería saber, me daba miedo el solo pensar que aquello podría ser malo. El negó.
Desvíe la mirada. "Que pasa?" Se oyó un gran suspiro.
"Jamia esta embarazada." Me sobresalte al instante mirándole incredulo. Mi mente empezo a procesar cada palabra que me había dicho.
Entonces recordé que mi castaño se había acostado con la chica.
Sentí una punzada en el pecho. "Pero ella, no quiere al bebe." Finalizo. Ahora si mi mente estaba en blanco.

Al decirme que la chica estaba embarazada, creí instantáneamente que me dejaría para forma una familia con ella, por el bebe.

Entonces entendí a donde quería llegar...

Reí.

Reí calmado y tranquilo.

Sus avellanas me miraron con miedo.

"Entonces supongo que nosotros nos encargaremos de el, no es así?" Frank respingo mirando a todos lados. "Será nuestro pequeño, nuestro bebe, no es asi?" Repetí. Sus hermosos ojos se llenaron de lagrimas al instante asintiendo.
Sonreí.
Me acerque a el limpiando sus lagrimas para luego besar sus labios "Yo me hare cargo del niño. Seré igual su padre." Asegure. El solo seguía asintiendo. "Seremos una hermosa familia." El cuerpo de mi esposo temblaba aferrado a mi.
Lo abraze de inmediato calmando le tiernamente.
Minutos despues todo se había quedado en silencio.
"Gracias." Respondió sin mas. No dije nada. Solo le abraze, y así caímos a los brazos de morfeo.
Sin soltarnos ni un solo momento.

El lago brillaba por el reflejo del sol.
Era precioso.
Había algo de frío, pero ver el amanecer en el lugar, valía la pena.
"Todo bien?" El llego sentándose a mi lado.
"Es muy temprano para que estes levantado." Dije.
"Sentí frio." Se encogió de hombros. Me sonroje.
"Lo siento." Me disculpe. Nos quedamos en silencio viendo el lago apenas moverse mientras el sol seguía saliendo. "Recuerdas que aquí fue la primera vez en la que tu te me confesaste?" El me miro apenado.
"Lo recuerdo." Dijo a lo bajo.
"Aquel día, no pude confesarme apropiadamente de la misma manera que tu." No respondió. "Pero ahora tengo la oportunidad de remediarlo." Me acerque a el rozando mi nariz con la suya. El río para luego verme a los ojos. "Te amo Frank Iero." Mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. Solo el lograba causar tanto revuelo en mi. "No me importa nada mas que tu." Sus ojos estaban cristalinos y su sonrisa era extensa, junto con sus pomulos color carmín. "Eres mi mayor imperio.

FIN.

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IMPERIO "Frerard versión"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora