Love is power.

I. Time of forgiveness.

Corrían las navidades de 2016, yo estaba perdidamente enamorada, enamorada de un hombre frío, duro y completamente sensual. Debo admitir que se podría considerar sin ninguna duda como el hombre, el amor de mi vida. Esas navidades habíamos decidido que le presentaría a mi familia, cosa que me parecía el peor error que podríamos cometer en nuestra vida pero Damon Moore no se detenía ante nada, insistió tanto que no pude decir que no, nunca le diría que no.

Por fin todo nos iba bien, yo, Kathleen Bennett, era una respetada doctora en el principal hospital de Nueva York y tenía un precioso piso a las afueras de Brooklyn casi al lado del famoso puente.

Pero Damon, Damon es tan increíble, a la tierna edad de 28 años, solo dos más que yo, era uno de los hombres más ricos y poderosos, tantos logros no hacían que se relajase, trabajaba más duro para superar las expectativas, no por la gente si no por el mismo. No olvidemos que es increíblemente atractivo, te derrites ante su mirada azul, sus fríos y oscuros ojos azules eran lo que más lo representaban, y su trabajado cuerpo siempre bien vestido, él sabe lo que provoca, envidia, algo que sólo aumenta su seguridad y posición.

- El rojo es más navideño, tesoro.- su perfecta y grave voz me sobresalta.- Aunque estarías preciosa con los dos.

Estoy delante del espejo envuelta en una pequeña toalla de baño sosteniendo en mis manos dos modelos diferentes, un vestido rojo de seda sin escote y la falda por debajo de las rodillas pero con la espalda en su totalidad al descubierto, o un vestido morado con transparencias en los hombros y en el escote palabra de honor, con el tiro por encima de las rodillas. Miro varias veces los dos vestidos para luego dejar el morado encima de la encimera del baño.- Aunque estarías preciosa con los dos.

- Eres demasiado bueno conmigo, Moore.- le sonrío y cojo unos pendientes del joyero, hecho una mirada rápida al espejo y me doy cuenta de que se acerca a mi desde el marco de la puerta.

Lleva puesto uno de sus formales trajes, negro con una camisa blanca y una corbata azul resaltando sus preciosos y eléctricos ojos azules.

Tan perfecto e increíble como siempre, a veces me cuesta creer que fuese de este planeta pero siempre recuerdo algo, las debilidades, eso es algo que distingue de entre todas las especies a los humanos. Tiene una debilidad, algo que ha dejado claro muchas veces que le importa más que su vida, yo misma, por mucho que me gustase la idea, no era bueno ser la debilidad de un magnate.

- Como no serlo si te tengo medio desnuda en mi baño.- las palmas de de sus manos rodean mi cadera, haciendo que mis labios se abran soltando una pesada respiración, miro el espejo medio empañado de nuevo. Su cabeza está en mi hombro y sus labios en mi cuello repasando lo de arriba a abajo, mi corazón late con fuerza, bajo las manos.

- ¿ De verdad tenemos que ir?- pregunté, se tensa tras de mi y aparta las manos de mi cadera, cierro los ojos, no sé porque he sacado el tema ya hemos discutido demasiado por esto.-Lo siento.- bajo la cabeza, no paro de remover los problemas.

Al contrario de lo que me esperaba que hiciera, me da la vuelta obligándome a mirar su precioso rostro, le encanta que le mire a los ojos mientras hablábamos.

- Vamos a ir a esa fiesta, no porque yo quiera Kathleen.- le miro extrañada, levanto la mano y con el dorso acaricia levemente mi mejilla.- Porque dentro de ese precioso y gran corazón existe la esperanza de volver a ser parte de la familia que te crió y si me tengo que agarrar a esa esperanza para hacerte feliz, nada ni nadie se interpondrá en mi camino.- finaliza con su grave voz ronca, pongo mis manos al rededor de su cuello abrazándole conmovida, acerca su convincente boca a mi oído . - Ni si quiera tu misma, tesoro.- susurro.

- Lo intentaré Damon, por ti.- le pongo una mano en el pecho y me separo, me doy la vuelta, quiero seguir arreglándome.- Y porque es Navidad, es época de perdonar.- nuestros ojos se encuentran a través del espejo.

(...)

¡FELIZ AÑO!