XX. It is not you.

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"Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo en ese instante."

- No va a presentar cargos contra ti, Kathleen.- dijo a mi espalda Peter. Después de la agresión a mi padre, mis abogados, los de Damon se pusieron en contacto con los suyos.- Me da pena ver la situación a la que hemos llegado.

Me mordí la parte interna del carrillo, para contener las palabras que se agitaban en mi interior. Volvía a ser yo, además le había prometido a Damon que me iba a comportar mientras él atendía una llamada.

- Claro, Peter, es horrible.- dije con sarcásmo. Llevaba media hora sentada en una silla recibiendo el mismo rapapolvo de siempre, el mismo que me localizaba a mi en el foco de la culpa.

- ¿ De verdad no te sientes culpable? ¿ Ni un poco?.

- Vale, te lo confesaré.- me levanté de la silla y me acerqué a él.- Ni un poquito.- me reí.

La puerta de abrió cuando Peter estaba con el deso levantado, a punto de gritarme, la cara roja y a pocos centímetros de mi cara.

- Aléjate de ella.- la voz calmada grave de Damon se hizo en la sala.

Entró arreglándose la corbata y se quitó la chaqueta del traje. Dió la vuelta a la sala, y se colocó a mi lado se agachó y me dió un rápido beso en los labios para luego colocarse a mi lado, extendió la mano y yo la entrelacé con sus dedos.

- Siento mucho esto, Kathleen, en serio.- cerró los ojos y apretó el puente nariz.- La única condición es que te disculpes con él.- me reí. Miré a Damon, con su expresión pétrea y fría, volví a mirar a mi primo.

- Lo haré.- a él le cambió la cara, se quedó pálido, no se lo esperaba.- No quiero darle más importancia de lo que tiene. Si con esto consigo por fin lo que quiero, estará bien.

- ¿ Estás segura, tesoro?.- preguntó él acariciando mi mano. Asentí.- Si esa es lo que tú quieres, se hará.- luego miró a mi primo, su mirada se tornó inexpresiva y fría, estaba calmado pero que me había hecho daño en el pasado y eso a él no le gustaba.- Concierte una reunión antes del finde semana, este es el número de mi abogado, hablé con él cuando halla llegado a una decisión final.

- Claro, si.- dijo él cogiendo la tarjeta que le había deslizado.- Adiós, Kathy.

- Dale recuerdos a Theresa y Katherine.- dije con una sonrisa en mi rostro.- Recuérdale nuestra cita.- él gruñó y se marchó por donde había venido.

No sabía porque pero desde que esta especie de juego en el que yo le provocaba y él se cabreada había empezado esta discusión se me había hecho más amena.

- Tesoro, ¿qué voy a hacer contigo?.- miré a mi marido.

Estaba guapísimo, imponente, me mordí el labio mientras me levantaba para ponerme sobre la mesa.

Me rodeó la cintura y se colocó entre mis piernas. Le acerqué más, quería besarle, quería olvidar y él era el único que tenía ese poder. Estábamos a centímetros el uno del otro, pero por alguna razón, él me tentaba, me llevaba al borde de sus labios y luego se separaba. De hecho sentí como su mano comenzó a acariciar mi cintura con lentitud.

Gemí por impotencia.

- He quedado con Katherine para pasar tiempo con la niña.- dije intentando arreglar lo que sea por lo que me estuviese torturando.- Siento no habértelo lo dicho.

- Me desesperas, Kathleen.- dijo en susurro ronco, pocas veces había escuchado aquel tono, me provocó un escalofrío.- Intento protegerte, intento hacerte feliz, tesoro, dime qué estoy haciendo mal.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2020 ⏰

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