Love is power.

IV. Discussions, princes and morbo.

Su cara es la específica definición de confusión. Está más delgado, tiene el pelo canoso y eso resalta sus ojos azules, sigue siendo una cabeza más alto que yo y lleva una barba de varios días como nunca se la había visto, va vestido informal y en una mano lleva lo que parecen se regalos en un saco. No para de repasar mi cara con la mirada y yo no se como actuar en esta situación, me he quedado completamente paralizada, cada músculo de mi cuerpo se ha congelado en este instante, nadie sabe que hay que hacer cuando te encuentras cara a cara con la causa de tus desgracias.

- ¿ Kathy?.- pregunta con voz ronca, se me encoje el corazón al oír el apodo con el que solían llamarme él y mi madre.- No me lo puedo creer.- niega riéndose como si le hiciese gracia que yo estuviese aquí.

- Después de siete años sin venir me merezco algo las que una risa.- oso contestarle, levanta una ceja al oír mi tono asqueado, después de todo aún sigue sin gustarle que le hable mal.

- Todos los años que pasábamos la navidad sin ti Marie decía que te iba a buscar y a traer y ¿ sabes que?. Eras la última persona que esperaba ver esta noche, pensaba que todavía te quedaba algo de dignidad.- escupe cada palabra imaginando que me haría daño que su opinión, que se me clavaría en el corazón, pero lo que no sabe es que ya es insignificante para mí.

- Ha pasado mucho tiempo desde que vi por última vez a las personas que he querido durante toda mi vida, apartada de lo conocido, por tu culpa, y lo único que recibo es más desaprobación.- debo estar roja de rabia y frustración contenida, no puedo soportar más esta actitud superior e hiriente.- Pues yo creo que el fracasado aquí eres tú, por que yo no he perdido a mi familia sola, pero tú has perdido a las dos personas que mas te han querido solo por tu egoísmo y egocentrismo.

- No la metas en esto, ella no tiene nada que ver.- me amenaza con el dedo a dos centímetros de mi cara como cuando era pequeña, para enseñarme quién manda.

La última vez que lo hizo no volví a pisar mi casa, cambio el peso de una pierna a otra, no me gusta hablar de mi madre y menos para amenazar o dar una lección a una persona, pero alguien tiene que bajarle los humos a este capullo que tengo por padre y al parecer ella es la unica que puede.

- Vamos Greg, todo tiene que ver con mamá.- al mencionarla parece ponerse en guardia.- Te recordaba demasiado a ella y eso te gustaba hasta que viste que era un problema, te dí medios y oportunidad para terminar haciendo la decisión mas racional, apartarme.- digo en un susurro, este tema, lo he pensado tanto, largas noches sin dormir pensando en ella.

- Eso no fue así, te dí a elegir.- me recrimina, bajo los hombros.

Me siento totalmente humillada en este momento, eso es lo que se dice por las noches para poder dormir, que me dió a elegir.

- Entre libertad y familia, creía que era un farol. ¿Crees que es humano dar a elegir a tu hija de 20 años entre eso?- pregunto furiosa.

- Lo que es humano es elegir a la familia, es basicamente un instinto, pero tú elegiste la otra opción.- dice él, me pongo una mani en la frente derrotada y comienzo a negar con la cabeza, esto es imposible, no cambiará de idea.

- Antes la culpaba a ella de tu infelicidad, de tu dolor, pero ahora la comprendo, ya sé porque te dejo y no vas a cambiar, la gente como tú no cambia.- le espeto con la intención de que le duela y le destroce la verdad. Sus mejillas se tornan rojas y aprieta la mandíbula.- Eres irreparable, un hipócrita, cobarde, que no...

- ¡ Cállate!- grita, su mano impacta con fuerza en mi mejilla y me duele más el alma que el golpe, porque esto solo demuestra todo.

- Apártese de ella.- nunca me había alegrado tanto de oírlo como ahora. La voz de Damon se ha hecho presente y veo su cuerpo avanzando en las sombras. Llega al piede las escaleras y da con el hombro en el de mi padre.- ¿Estás bien, tesoro?.- yo asiento con la mano en la cara todavía me escuece y me duele pero aún así no me gustaría estar en la piel de mi padre, a Damon no le importa quien sea.- Usted, ¿ quién coño se cree?