Love is power.

XV. Mine.

El olor a café inunda mis sentidos y automáticamente sonrío, ese olor significa empezar el día al lado de Damon. Me revuelvo entre la sábana y me la coloco al rededor de mi cuerpo desnudo. Me recorro todo el pasillo desorientada, tengo ganas de verle, me dirijo hacia las escaleras, tiro hacia arriba de la sabana e intento que no se me caiga mientras bajo las escaleras.

- Lo quiero para ayer.- oigo decir, la voz de Damon retumba por la planta baja.- No, Dom, si no lo tienes para hoy mismo, mejor que yo no me enteré, porque toda la culpa recaerá sobre ti.

Llego a la cocina cuando Damon esta colgando con resignación el teléfono. Esta haciendo no sólo café si no una gran cantidad de desayuno, me apoyo en el marco de la puerta y le observo mientras fríe lo que parece un omelette.

Lleva puesto un pantalón del chándal negro caído dejando ver los perfectos y marcados músculos, lleva el torso desnudo atrayendo toda mi atención hacia sus abdominales.

Me muerdo el labio inferior, cada movimiento con la sartén hace que sus bíceps se tensen, yo no puedo hacer otra cosa que suspirar y derretirme.

- Se supone que deberías estar dormida.

Dice sin mirarme apagando el fuego de la vitrocerámica y sacándome de mis fantasías.

- No duermo bien sin ti, Damon.- murmuro con amargura, y es verdad Damon tiene la mala costumbre de privarme de su compañía por las mañanas, cuando yo lo único que necesito es comenzar el día viendo su hermoso rostro

-Lo siento.- dice acercándose a mi acariciando mi mejilla.- Te lo compensaré.

-Suena bien.- muerdo mi labio inferior mientras agarró la sábana con fuerza.- Suena muy muy bien...

Susurro, él  repasa mi cuerpo con la mirada, acerca su cara a la mía y me besa, desliza por mi labio inferior su lengua, dejo caer las manos a ambos lados de mi cuerpo y cierro los ojos mientras siento cada sensación recorriendo cada parte de mi cuerpo. Las manos de Damon se deslizan a por la sábana blanca hasta encontrar el nudo que la sujeta. Levanto los brazos y me quedo desnuda frente a él, deja de besarme solo otra tomarse un tiempo y mirarme.

-Eres perfecta.- me da un beso rápido en la boca.- Eres preciosa.- besa mi hombro.- Y eres toda mía.- baja la cabeza a la altura de mis pecios muerde mi pezón.

-No lo dudes.

Me gira poniéndome contra la pared, pone los brazos en la cadera, separó un poco más las piernas. Noto como Damon se agacha y coloca la boca justo rozando mis labios vaginales, sintiendo la respiración continua y tranquila, mientras la mía es irregular y los calientes gemidos comienzan cuando su lengua comienza a recorrer mi feminidad. Me conoce tan bien, sabe que puntos debe tocar para hacerme gemir hasta el punto del éxtasis.

-Ah, si, Damon.

Clavo las uñas en la pared e intento mover la cadera para poder tener más contacto pero al parecer con sus movimientos expertos, mis músculos están bloqueados ante el placer infringido.

-Vamos, tesoro, córrete para mi.- escucho a Damon decir con voz entrecortada.

Lame con lentitud la entrada de mi coño y mi cuerpo no es capaz de soportar tanto placer, me muerdo el labio inferior y todos mis músculos se relajan cuando siento que me corro en su boca. Intento mantenerme apoyada en la pared, en estos momentos cada roce me podría causar un orgasmo.

-Ahora si que estas lista.

Sus labios besan mi hombro y cuando siento que se baja los pantalones, sonrío. Quiero tenerle dentro, quiero que me haga el amor cada segundo del día simplemente por el placer de tenerle cerca.