Capítulo 17

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Pov Jim

No sabía que horas eran, pero estaba seguro de que había dormido poco. Tenía un agotamiento físico y mental. Me sentía perdido y como un idiota. Lo único que me calmaba un poco era sentir al vulcano junto a mi, me calmaba saber que no me tenía rencor. Me reacomode en la cama de tal manera de quedar frente a frente. Quería observar su rostro relajado. Su semblante perfecto.

-¿En qué piensas, Jim?-Escuché susurrar a Bones, casi inaudible. 

-¿Cómo sabes que estoy despierto?-Pregunté bajito, no quería interrumpir el sueño de Spock.

-Te movías mucho. Yo tampoco puedo dormir de todas formas-Me respondió-No quiero que empiece el día. No quiero enfrentar la realidad en la que estamos metidos. Maldita sea, Jim, estoy asustado.

-Yo también, Bones.-Le confesé.

-Bueno, hemos salido de cosas peores. Es solo que me da miedo este lugar y los peligros que corremos.

-Solo cuida que no se te resbale el jabón, Bones.-Bromee.

-No te hagas el gracioso, mocoso. Crees que no me di cuenta que estás durmiendo abrazado con el duende.-Dijo Bones fingiendo indignación-¿Qué es lo que se traen, Jim? Debo admitir que me sorprendí, pero luego pensé que nada de lo que nos sucede es de esperarse. Así que solo te voy a pedir que no me hagan sentir como la tercera rueda.

-Bones, yo jamás haría eso, te lo prometo-Dije intentando aguantar la risa.

-Jamás haríamos algo contra su voluntad, Doctor.-Escuché a Spock hablar y me sobresalté. Le miré y me estaba observando con esa mirada tan tranquila de siempre.

-¿Cuánto llevas despierto, Spock?-Le pregunté. 

-Desde que mencionaste lo del jabón.

-¿Y por qué no dijiste na-No pude termijar li pregunta porque escuchamos como se habría la puerta. 

Spock y yo nos levantamos de inmediato y esperamos a que Bones bajara del camarote.

-¿Y ahora qué?-Preguntó mi malhumorado amigo.

-Quién sabe-Fue lo único que pude decir. 

Se escuchó una voz por altoparlantes que decía "Son las 7 am. Diríjase a las duchas y posteriormente a la sala comedor". Spock fue el primero en salir, seguido de mi y a mis espaldas Bones. Junto a nosotros caminaban otros reos. Intentaba no hacer contacto visual, pero tenía curiosidad por saber que tipo de personas había en ese lugar, así que era una tarea difícil. Algunos nos miraban intrigados, otros nos pasaban de largo. Unos lucían rudos e intimidantes, mientras otros eran más de apariencia más inucoa, pero si estaban presos era por algo, por lo tanto no podía confiarme.

Llegamos a las duchas siguiendo a los otros internos. En la entrada había un guardia con toallas. Nos formaron en una fila y así había que esperar hasta que fuera nuestro turno. Estabamos de tal modo que detrás de otros reos estaba yo primero, luego Bones y Spock. Cuando fue mi turno el guardia me dio una toalla y un cepillo de dientes junto a una pasta dental.

-Eso es para tu aseo personal, como eres nuevo junto a esos dos-dijo señalando con un movimiemto de cabeza al vulcano y a McCoy-Les explicaré como funcionan las cosas. Primero que nada, la toalla deben devolverla al terminar de ducharse. Segundo, el cepillo y la pasta de diente los conservan, deben guardarlo en el bolsillo largo que tienen en el pantalón de uniforme, pueden venir a cepillarse los dientes cuando gusten aquí. Siempre lleven a mano su cepillo y pasta dental, no queremos internos con problemas bucales. Se deben rasurar seguido, pero con vigilancia, y nosotros decidimos cada cuanto ¿Entendido?-Nos preguntó y asentimos-Muy bien adelante-Le entregó las cosas a Spock y Bones y nos introducimos en el lugar.

Las duchas eran amplias y tenían puertas. Suspiré aliviado al notarlo. Me retiré los zapatos para dejarlos afuerta, me introducí en una ducha y me saqué la ropa, la que colgué en la misma puerta junto a la toalla. Saqué un poco de shampoo que estaba en un recipiento pegado a la pared. El agua estaba helada, por lo mismo no tarde mucho. Corté el agua y me sequé para vestirme nuevamente. Abrí la puerta y me puse los zapatos. Afuera se encontraba Bones y segundos después salió Spock. Caminamos hacia la salida y le entregamos al guardia que se encontraba en esta nuestras toallas. Nos indicó donde estaba el comedor y emprendimos camino hacia allá.

Fuera de ley / SpirkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora