Capítulo 5

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Jim Pov.

Spock parecía concentrado en la taza llena de té que sostenía entre sus manos. Yo le daba sorbos de vez en cuando a la mía y comía galletitas, incómodo por tanto silencio. Estabamos sentados en el suelo junto a la chimenea, la cual tenía dos palos en su interior con una llama moderada. Eran apenas las 12 del día, del primer día, y debíamos ir a chequear al correo al quinto, todo por comunicarnos de una forma segura.

-Quizás debimos traer un tablero de ajedrez-Dije. No me molestaba en absoluto estar con Spock, solo me aburría el silencio y no tener que hacer. El vulcano me miró y pareció meditar una respuesta.

-Podemos entablar conversaciones-sugirió-Sobre cualquier tema que quieras tratar-Dicho eso bebió de su té.

-¿Cómo te sentiste al ser acusado de traición?-Fue lo primero que se vino a mi mente. Spock pareció tensarse.

-Me sentí sorprendido, supongo-dijo-No pensé que me encontraría envuelto en aquella situación. Cuando comencé a notar irregularidades en los informes decidí que lo mejor sería preguntar e investigar que estaba sucediendo, jamás pasó por mi mente tal situación en la que yo sería el criminal. No tiene sentido.

-Entiendo-le miré comprensivo-Yo creo en ti, Spock. Eres probablemente la persona más honesta que conozco. Sacar tu herencia humana en el juicio fue descarado, especialmente cuando fue un humano quien te acusó.

-Lo se, Jim. Pero el almirante se las arregló para hacer parecer que fui yo quien realizo todas esas acciones ilícitas.Pero algo debió pasar por alto, algo se debió escapar de sus manos, y eso hará que la justicia fallé a mi favor-Suspiró-o eso espero-casi creo que vi la decepción en su mirada, o tal vez solo cansancio por la situación. Yo en su lugar probablemente estaría estresado.

-Todo saldrá bien, Spock-Le dije dándole leves golpecitos en el hombro con mi mano. Me miró y sonrió muy, muy sutil. De todas formas en mi interior sentí cierta calidez debido a ese gesto. Fue reconfortante.

-Gracias por tu apoyo, Jim. Debo admitir que no me esperaba tanta ayuda.

-¿Qué piensa tu padre?-Pregunté curioso.

-Mi padre por supuesto está de mi lado, aunque después de este escape no se cual sea su postura.

-Cierto.

-¿Qué pasará si nos descubren?-Spock me pilló desprevenido con aquel cuestionamiento-Digo, no quiero que ustedes paguen por mi culpa.

-Spock no pensemos en eso, mejor preocupemonos del almuerzo-Intenté bromear pero el vulcano estaba serio.

-Es en serio, Jim-me regaño con ese tono tan neutral-No puedo permitir que ustedes siendo inocentes tengan que sufrir consecuencias. Si es necesario diré que todo fue plan mío y...

-Tú también eres inocente, Spock-le interrumpi, con la voz firme-Y nosotros pagaremos por las consecuencias de nuestros actos, o mejor aún seremos recompensados por evitar que vayas a prisión donde quien sabe que tipo de cosas tendrías que soportar-Me levanté con las galletitas y la taza de té entre mis manos y salí de la cabaña, para sentarme en la pequeña escalerita previa a la entrada. Se que no debía enojarme con Spock ni reaccionar así, es solo que ya se que hay posibilidades de que las cosas no salgan bien, pero intento no pensar en aquello.

Spock Pov.

No lograba comprender la actitud de Jim, quizás se debía a lo difícil de la situación. De todas formas creí que lo mejor era dejarlo solo un rato afuera. Luego recordé que andaba solo con su uniforme, ya que se había desecho de su abrigo cuando comenzó a calentarse la cabaña. Yo aún estaba abrigado e incluso con el gorro que Pavel me regaló puesto.

-Jim-le dije desde la entrada.

-Si, Spock-me contestó sin mirarme.

-Entra-le dije con tono imperativo pero suave.

-Si vas a empezar con todo ese asunto de sentirte culpable mejor me quedo aquí-me dirigió una breve mirada.

-Está helado para que andes así.

-No eres mi madre, Spock.

-Tú tampoco eres un niño pequeño, Jim.

-Qué sabes tu.

-Jim...

-Dejame solo, respirando el aire frío de Alaska.

Me dieron ganas rodar los ojos, así como los humanos hacen, lo juro. Fui donde se encontraba sentado y me paré frente a el. Me observó fijamente y procedí a cederle mi gorro. Desvió su mirada al suelo y parecía algo ruborizado, quizás ahora si tenía fiebre.

-Vamos Jim, cocinaremos arroz con algo,aunque no se si disponemos de una olla, quizás echaron una pequeña, o si no lo que encontemos en ese bolso, probablemente fideos instantáneos-tomé su antebrazo y le ayude a pararse. Entramos a la cabaña y le arropé con su abrigo, no quería que agarrara un resfriado.


*******************************************Gracias por sus comentarios, son motivantes. Perdón por la tardanza he tenido una semana ocupada.

Fuera de ley / SpirkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora